CLAUDIA VARELA

La levedad del ser

Recordé a Milan Kundera. Novela famosa de los 80 con aire filosófico que plantea los conflictos de las relaciones de pareja. Se llama en realidad la insoportable levedad del ser.

Claudia Varela, Claudia Varela
26 de abril de 2020

Le quité lo de insoportable por que al final creo que somos tan adaptativos que casi todo es soportable.

Sabemos que somos finitos y que finalmente venimos a la vida perseguidos por su antítesis diaria…nos vamos a morir. Pero nadie quiere reconocerlo, nos asusta hablar de la finitud propia. Un día que me vendieron un seguro de vida lo entendí, la vendedora negocia con la muerte pero me dijo “ si le pasara algo, Dios no lo quiera…” es la continua dicotomía humana.

En estos días entonces está claro la levedad. Lo frágiles que somos y lo iguales que somos como seres humanos, sin importar el país, el nivel de ingresos, el color de la piel.  Sin embargo seguimos actuando individualmente.

El mundo resuelve por fragmentos. Cada país se subdivide, cada ciudad, cada empresa, cada barrio, cada micro ambiente. Qué difícil es entender lo colectivo. Desde la burbuja de casas super armadas con las despensas llenas es fácil entrar a criticar y a discriminar a otros. Somos un país con un nivel de inequidad absurdo, con un nivel de educación básicos y una vocación de destrozar al prójimo que nos enferma. Yo no entiendo cómo entramos ahora a volver política una situación que nos está llevando por delante. Si al presidente, si a la alcaldesa, si al Ministro les va mal ….nos va mal a todos, así que ¿de qué sirve hablar mal con juicios radicales de otros mortales?.

Recibí una llamada de una amiga hace poco. Está en otro país, vive sola con sus dos hijas, se enfermó gravemente por una alergia de una de sus niñas. La empatía de su jefe fue ridícula. No la escuchó, no le importó, siguió pidiéndole veinte pendientes y conexiones a otras reuniones en las que era importante que estuviera.

La levedad. La insoportable levedad de los líderes que son líderes por que son jefes en sus tarjetas de presentación. Lo que nos está pasando como humanidad no va a acabar el capitalismo, no va a terminar con las empresas, pero creo que todo nos sugiere un cambio para que veamos que el poder real no está en quien atesora más bienes.

Esto no se va a acabar con que termine la cuarentena. Hace poco escuché en una reunión del sector financiero que estamos hasta ahora iniciando el problema en Latinoamérica. Se viene un problema social muy grande que no podemos mirar desde el balcón. Hay que salir de la burbuja y entender el rol que tiene cada uno de nosotros si tenemos alguna influencia, aunque sea en entornos pequeños. 

Aquí la plata no sirve para ganarle al virus. Se trata más de disciplina, de ser sensibles a una realidad social que es real, la pobreza es increíble en países como el nuestro. Con la mitad de la población dependiendo de economía informal va a tardar mucho en que la economía se recupere. 

Pero la responsabilidad del futuro no está en sentarme a criticar lo que hacen los demás. Ya paren con la mala onda de izquierda y de derecha.¿ Qué hacen los que critican tanto por ayudar a que mejoren otros? ¿Ya terminaron contratos en sus empresas? ¿Sacaron a la empleada doméstica y le pagan lo justo o la obligan a ir a sus casas? ¿critican los esfuerzos que hace el gobierno local o nacional pero no han dado ni una idea en sus entornos propios?

La levedad es grande. La inconsciencia es enorme, la indisciplina y el egoísmo es lo último que debemos tener hoy como sociedad. ¿Podemos dejar el ego a un lado y ayudarnos como seres humanos sin juzgar a los demás, al menos en semejante crisis?

No cedas ante las presiones hoy más que nunca. No dejes que el ruido de las opiniones de los demás callen tu propia voz interior (Steve Jobs). ¡Encuéntrala!