JULIO ROZO

Caquetá: la mano del Gobierno Nacional hoy y la de sus emprendedores para el mañana

Llevo un buen tiempo conociendo la realidad de Caquetá y del territorio amazónico. Hoy la veo más vulnerable que nunca.

Julio Andrés Rozo Grisales, Julio Andrés Rozo Grisales
7 de mayo de 2020

La covid expuso la realidad de la gran mayoría de departamentos del país pero, en especial, de una región sobre la que decimos sentirnos orgullosos y a la que le hemos dado la espalda por décadas: la Amazonía

La pandemia amenaza la salud pública hoy, compromete la salud de la economía local y amenaza la salud ambiental de la Amazonía. En Caquetá se estima que hoy el desempleo puede estar llegando al 70% de la población. Esta cifra puede ser vista como un hecho coyuntural generado por la pandemia o como lo que realmente es: un reflejo de la baja capacidad que tiene el territorio para construir un tejido socio-económico sólido a partir de su base empresarial e industrial. 

Desafortunadamente esta crisis sanitaria ha expuesto, una vez más, el alto grado de informalidad laboral que existe en el departamento y el bajo nivel de inserción de nuestros productos en los mercados nacionales e internacionales. 

Una economía basada en el comercio, sin conectividad e infraestructura, con bajos márgenes de productividad y una apuesta mínima por la innovación, siempre será vulnerable a este covid y a las crisis que se avecinan debido al cambio climático.

Esta situación que vive Caquetá también se replica en otros territorios del país. Una lección importante que nos deja esta crisis es la responsabilidad que tenemos todos de evitar la dependencia del petróleo como única o principal fuente de ingresos. El petróleo ha castrado la capacidad de innovación y ha fomentado un modelo económico basado en la informalidad que ofrecen las dinámicas de comercio. 

Esto, en su suma, termina llevando a que en el mediano y largo plazo el gran perjudicado de toda esta situación sea la naturaleza. La deforestación sigue aumentando en el territorio amazónico y, sin dinero en las arcas públicas y con urgencias del día a día por cubrir, la capacidad para proteger nuestras selvas se ve aminorada. 

A continuación quisiera encauzar algunos mensajes que provienen desde la Región Amazónica para el Gobierno Nacional, los gobiernos territoriales y la ciudadanía caqueteña.

Lo urgente hoy: la mano del Gobierno Nacional

Los ingresos departamentales se han reducido y se verán afectados de manera considerable en el corto plazo. Los recaudos por concepto de los impuestos al consumo sufren un golpe considerable debido a la contracción de la demanda, especialmente los derivados por consumo de licores, principal fuente de renta del departamento a la fecha. Esto, naturalmente, tiene un impacto directo en los objetivos de inversión en salud, educación, agricultura y medio ambiente referenciados en el Plan de Desarrollo Departamental y recientemente comunicados a la ciudadanía y al Gobierno Nacional. 

El departamento del Caquetá depende de las regalías y otras transferencias por parte de la Nación para fortalecer su sistema de salud, alimentario y educativo. El Gobierno Nacional debe sostener su compromiso con la región bajo el Fondo de Estabilización para que las regalías prometidas por monto de 320.000 millones fluyan en estos cuatro años de vigencia. Hoy la red hospitalaria necesita cerca de $25.000 millones para sobrellevar la pandemia y los menesteres cotidianos del sistema de salud. También, es indispensable encontrar la figura con apoyo del Gobierno central para subsidiar a los estudiantes de estratos 1 y 2 de la Universidad de la Amazonía para que los procesos educativos continúen y el golpe de hoy pueda ser superado en el largo plazo con innovación y ciencia producida desde el entorno local. 

Los municipios necesitan mantener las nóminas de sus empleados y aquí ayudaría mucho la liberación de los recursos del Fonpet de libre inversión para poder ser destinados a este aspecto, muchos de ellos profesores y maestros del sistema de educación departamental.

Lo estratégico para mañana: más emprendimiento y un cambio de actitud

Varias personas que me han escrito y que están leyendo esta columna hacen su propio análisis y encuentran en la falta de visión, liderazgo y preparación colectiva las respuestas que explican por qué hoy el departamento se muestra tan vulnerable.

No obstante, esta columna no tiene la más mínima intención de seguir construyendo la típica narrativa social que nos gusta a los colombianos: “la culpa es de los gobernantes”, o, “es el gobierno quien deben solucionar mis problemas”. 

Quiero invitar a los lectores a analizar lo que se esconde detrás de la cifra del 70% de desempleo de hoy. Lo que ella nos dice es básicamente la oportunidad para cambiar una actitud y una narrativa en donde “Yo” sea la solución y no el alcalde o el gobernador de turno. Detrás de ese 70% lo que veo es el chance para mirar hacia la Universidad de la Amazonía como centro de construcción de modelos de innovación. Es la oportunidad para que el turismo sostenible sea la plataforma para conectar a los colombianos con la Amazonía y dinamizar el aparato productivo. Es la oportunidad para hacer de la agroindustria responsable la base para asegurar los alimentos que se consumen en el territorio, crear empleos formales y bien remunerados, que disminuyan nuestro nivel de vulnerabilidad en futuras crisis.

En días pasados leí el Plan de Desarrollo Departamental y confío en que este sea uno de los instrumentos que sirvan para dinamizar la economía del territorio y mejorar el bienestar social para, con ello, conservar la riqueza natural del territorio. Veo en él palabras como emprendimiento, conservación, turismo y más infraestructura y confío en que esta visión sea construida entre todos.

Esto se logra cuando el insumo más importante se pone en funcionamiento: la actitud que los caqueteños quieran adoptar y que se refleje en nuevos discursos y narrativas.  

Esta crisis nos está obligando a todos a enfrentar viejos y nuevos retos, en el día a día, pero también abre ventanas de oportunidad. Hoy, más que nunca, necesitamos innovadores, emprendedores y personas que construyan. Dejar atrás discursos de dependencia, en el que el sector público es el único garante de empleo formal en los territorios, debe ser algo del pasado. ¡Debemos alejarnos de la queja y pasar a la acción con una actitud renovada! 

Los retos de Caquetá, y en general de la Amazonía colombiana, se han expuesto y profundizado por la covid. El trabajo mancomunado entre los gobiernos locales y el Gobierno Nacional permitirá aminorar el golpe en el corto y mediano plazo, pero es el trabajo de la ciudadanía, las alcaldías y la Gobernación de Caquetá, y su apuesta por el emprendimiento local, lo que a la larga generará transformaciones sostenibles en el mañana. En ese camino, ¡empecemos por cambiar la visión y la narrativa de nosotros mismos y de nuestro territorio!

Hasta el próximo jueves.