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Ricardo Duarte Duarte, ex Jefe Negociador del TLC entre Colombia y Canadá | Foto: Cortesía

Opinión On Line

Canadá más cerca en todo

A partir de este momento los dos países dan un salto cualitativo en su historia económica y comercial bilateral.

Ricardo Duarte Duarte*
15 de agosto de 2011

En materia de comercio internacional, Canadá es una economía fácil para hacer negocios, próspera, estable y abierta al mundo. Es el mayor importador del mundo. Tiene una moneda fuerte y un ingreso per cápita siete veces más alto que el colombiano para comprar e invertir. No tiene un déficit estructural de deuda como otros desarrollados y tiene todas las ganas a nivel federal y provincial de aumentar significativamente su comercio e inversión con Colombia y las Américas. Pero ese incremento comercial ya no lo hará el Gobierno, es el turno para la iniciativa privada que debe mentalizarse y ejecutar todos los planes de acción para aprovechar este acuerdo con una nación desarrollada (G-8).

Para derivar beneficios entre socios comerciales, hay que conocerse y analizar dónde están las oportunidades económicas. Eso sólo se logra viajando, visitando, conociendo, interactuando con los pares en el otro país. Esto aplica para ambos países. El gobierno colombiano debe priorizar la movilidad de empresarios y estudiantes a Canadá para crear la masa de talento y emprendedores que puedan jalonar la relación. 

Por lo anterior, el sector turístico debe ser una de los ganadores tempranos del nuevo relacionamiento. Los productos turísticos diseñados para los gustos y necesidades canadienses se ponen al orden del día. La conectividad aérea y marítima es buena y la cercanía geográfica es mayor que la mental. Por barco, es más cerca el mercado de la costa este canadiense que el mismo México.

Las oportunidades en comercio, servicios e inversión se van a presentar de doble vía, tanto en la agroindustria, la manufactura y los servicios. Dado que el 98% de las exportaciones colombianas a Canadá entran libres de arancel a ese mercado, la dificultad de acceso ya no es arancelaria. Habrá que identificar esas otras variables, como cadenas productivas y de distribución, tamaño de los mercados, reglas técnicas o normas fitosanitarias, que permitan la integración colombiana exitosa en las cadenas productivas canadienses o en la venta de producto final.

Los empresarios de uno y otro país deben apoyarse en la institucionalidad que existe en el país para promover el comercio, inversión y turismo, tales como Proexport, Cámaras de Comercio, agencias de promoción de las regiones y ciudades, gremios o academia, entre otros. Todos tienen la responsabilidad, junto con el Estado, de apoyar a los empresarios en su esfuerzo comercial o de inversión cuando toman la decisión de explorar y aprovechar el mercado.

Las empresas de capital canadiense establecidas en Colombia ya superan las 70 y están presentes en una diversidad de sectores. Es importante que crezcan y se consoliden con responsabilidad corporativa, que integren proveedores locales, transfieran conocimiento, y ofrezcan nuevas oportunidades comerciales. De esta manera serán las mejores embajadoras de Colombia en Canadá y a través de ellas se podrán crecer el número y calidad de nuevas oportunidades.

Por ahora, los importadores de maquinaria y equipo y de algunos productos agrícolas canadienses como trigo, cebada, fríjol, lentejas, entre otros, deben aprovechar el acuerdo. Los productores de flores, esquejes y follajes, café en grano y soluble, hortalizas, frutas (piña, guanábana, papaya, mangos y fresas, otros), embutidos de carne, azúcar de caña crudo, confitería, derivados de cacao, productos a base de cereales, preparaciones de frutas y hortalizas, preparaciones para sopas, alcohol etílico, aguardientes, preparaciones alimenticias para animales, tabaco y cigarrillos, manitol y aceites esenciales, se suman a los productores café, banano, aceite de palma, cacao y algunas preparaciones de hortalizas, que ya gozan de libre acceso a Canadá y que están llamados a incrementar su participación. Estos productos y sectores serán lo primeros ganadores en la locomotora agrícola.

De otra parte los prestadores de servicios tercerizados y transfronterizos, desde los servicios profesionales de arquitectura, ingeniería, construcción hasta los de desarrollo de software y BPO podrán aprovechar la visibilidad de Colombia en Canadá para aumentar su volumen de contratos de prestación de los mismos o el desarrollo de nueva integración de servicios a otros procesos de productivos o de servicio canadiense.

Al 15 de agosto, Colombia ya tiene 7 tratados con 17 países en vigencia, tanto en Europa como en todas las Américas (Sur, Centro y Norte). Suiza y Canadá son los dos países desarrollados que medirán la competitividad colombiana. Todos los grupos de interés deben cambiar el chip: ya estamos no sólo negociando más acuerdos, sino más importante aún, estamos en fase de “aprovechamiento” de nuevos accesos. No nos puede quedar grande el reto.

*ex Jefe Negociador del TLC entre Colombia y Canadá