Colombia arde

El país vive horas de desespero por las intensas conflagraciones que afectan a doce departamentos. Las montañas pierden sus tonos verdes, los animales de los bosques mueren calcinados, los cultivos son devorados por el fuego y las columnas de humo se apoderan del cielo. El 61 por ciento del país está en alerta roja. Es decir, 681 municipios están bajo la amenaza de la candela. De estos, 66 ya reportan problemas de abastecimiento de agua.

En lo que va corrido del año, se han reportado 278 incendios en Colombia. Ante la situación de emergencia, se ha declarado calamidad pública en seis departamentos y 32 municipios por desabastecimiento, variabilidad climática y el fenómeno de El Niño. En la lista están Huila, Sucre, Boyacá, La Guajira, Santander y Cundinamarca.

Mientras el fuego arrasa con miles de hectáreas de bosques y páramos, quedan al descubierto las graves falencias para contener la emergencia y evitar la tragedia ambiental. A pesar de las advertencias, el país no estaba preparado.

El pasado sábado 20 de enero, mientras el país estaba descansando, una mecha se encendió desde Ruitoque, Santander. Germán Acuña, residente de este condominio, publicó un video impactante. En este se veía cómo el fuego prácticamente se estaba comiendo la entrada de su casa, en medio de un verde campo de golf. Nadie anticipaba en ese momento que la tragedia que comenzaba a vivir ese departamento se iba a expandir por todo el país de manera tan rápida.

El viernes Colombia había perdido bajo el fuego 17.443 hectáreas de vegetación, según la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). Eso significa que una ciudad como Armenia, que está por el orden de las 12.000 hectáreas, se calcine bajo las llamas con una gran extensión de sus zonas aledañas.

Los incendios que vive el país arrasan con su mayor tesoro: la biodiversidad. Miles de animales y plantas mueren bajo las llamas. Otras migran desesperadas. La pérdida del páramo y de la selva amazónica, de las que nadie habla, puede poner en jaque a Colombia.

Un valle de la muerte se extendió esta semana en el páramo de Berlín. La escena era escabrosa y arrancó lágrimas de los amantes de este ecosistema sagrado. Decenas de frailejones seguían de pie, en medio del humo y la ceniza, calcinados y sin vida. La muerte de un frailejón es una tragedia irreparable. La planta es la guardiana del agua.

Se levantan imponentes hasta los 10 metros de altura y algunas de sus especies crecen tan solo un centímetro por año. Atrapan la humedad y forman pequeñas gotas que, poco a poco, van escurriendo al suelo, que retiene el agua hasta que se convierte en ríos o lagunas. Los que se quemaron en Santander podrían tener más de un siglo de vida.

SEMANA sobrevoló los incendios forestales en los cerros orientales de la ciudad y llegó hasta el corazón de la emergencia, en los que son considerados los pulmones de la ciudad.

El fuego intenso arrasó el páramo y llegó a conjuntos residenciales, lo que provocó pánico. SEMANA habla con los campesinos de Santander que perdieron sus cultivos y luchan por rescatar la tierra del fuego.

Santander arde. En menos de una semana, alrededor de 33 conflagraciones encendieron las alarmas. El saldo es devastador: 1.066 hectáreas, incluida muchas de páramo, reducidas a cenizas. Sus tonalidades verdosas pasaron a matices grises y desde el aire reluce una desalentadora escena protagonizada por hojas secas y troncos negrecidos. Hay familias que perdieron por completo su casa, sus enseres, sus cultivos y sus animales.

Hay alerta máxima en el país por los graves incendios: las llamas se toman montañas enteras y las temperaturas llegan a cifras históricas. Seis departamentos y 32 municipios se declaran en calamidad pública por los efectos del fenómeno de El Niño.

El saliente director del Cuerpo Nacional de Bomberos, el capitán Arbey Trujillo, habló con SEMANA sobre su sorpresiva salida de la entidad, en medio de la emergencia por los incendios forestales.

El funcionario declaró en entrevista con SEMANA al respecto de las labores que está haciendo la Defensoría del Pueblo con la crisis de los incendios que azota al país.

Los incendios forestales en los cerros de Bogotá continúan, las autoridades están tratando de apagarlos. Conéctese a nuestra transmisión especial y entérese de la situación que mantiene preocupados a los ciudadanos.

Habla Andrés Varón, un hombre que salva perros en Bogotá y cuya fundación se afectó por cuenta de los incendios en el cerro El Cable. Esta es su historia.