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Fueron nueve partidos en los que operó el cartel de boletas. Sus ganancias superaron $13.000 millones. | Foto: fotografía_ AFP

INVESTIGACIÓN

Los chats y pruebas del cartel de boletas para el Mundial Rusia 2018

Altos dirigentes de la Federación Colombiana de Fútbol y dos empresas están en el ojo del huracán. Un fallo los encontró culpables de haberse cartelizado. Esta es la historia del entramado.

25 de julio de 2020

El día de su retiro del fútbol, Diego Maradona aseguró que, si bien él tuvo errores en su vida, la pelota nunca se manchó ni mancharía. Sin embargo, el comportamiento de dirigentes y empresarios contradicen esa máxima del astro argentino.

Se acaba de evidenciar en Colombia. Altos dirigentes de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF) y las empresas Ticketshop y Ticket Ya, así como sus directivos, armaron, según se desprende de un fallo de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), un cartel empresarial a la vista de todos y engañaron a miles de colombianos.

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Sus actuaciones llevaron a que los ciudadanos compraran las boletas de las Eliminatorias al Mundial Rusia 2018 por un valor hasta 350% superior al inicialmente fijado. Hoy, esto los tiene con una sanción de más de $18.000 millones de la SIC y una investigación penal abierta.

El contrato turbio

El entramado comenzó hace cinco años, cuando la FCF afinaba detalles del contrato para comercializar dichas entradas. Esto se dio en medio del mayor escándalo que ha tenido el fútbol internacional, denominado ‘Fifa Gate‘. El ente rector del fútbol abrió una convocatoria para entregar dicho contrato, de tal modo que se viera como una institución transparente. No obstante, la realidad era otra.

De acuerdo con la resolución del fallo, la ‘jugadita‘ de la Federación tuvo dos partes. La primera fue la adjudicación del proceso, en el cual todas las pruebas indican que la empresa ganadora era la menos opcionada.

En total, se desviaron más de 40.000 boletas, "con la anuencia de la Federación Colombiana de Fútbol".

En dos estudios (uno externo y otro interno), la Federación conoció que las postulaciones de Primera Fila y Tuboleta se acercaban más a los requisitos exigidos. La cuestión es que Ticketshop recibió información privilegiada de las otras competidoras. Entre su primera oferta y la definitiva (cuando supo estos datos) aumentó su ‘cace‘ en $3.000 millones.

Así logró quedarse con el contrato, que, al final, terminó siendo de otro. Si bien Ticketshop hizo la propuesta, quien realmente estaba interesado era la firma Ticket Ya, representada por Elías Yamhure.

En decenas de reuniones, confirmadas por los delatores, Yamhure logró lo imposible: que su empresa recibiera más de 40.000 boletas, que luego revendió a precios inflados.

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La cuestión no termina allí. Una vez se adjudicó el contrato, el cartel siguió operando. En cada partido, la empresa ganadora le traspasaba parte de las boletas a Ticket Ya, que era la que finalmente terminaba trasladando a otros revendedores. Esto llevó a que algunas entradas terminaran costando hasta $2 millones.

El modus operandi fue el mismo para los nueve encuentros: se mantenía en pie el acuerdo anticompetitivo, de tal modo que las boletas llegaran a los consumidores finales con un precio de venta más elevado. Esto les garantizaba un margen de ganancias mayor, que les dejó a los implicados al menos $13.000 millones.

Chats de WhatApp

De hecho, algunos de los salpicados crearon un grupo de WhatsApp denominado ‘Eliminatorias Mundial‘, en el que dejaron huella de sus prácticas non sanctas. En uno de los chats, directivos de Ticket Ya le pidieron explicaciones a Ticketshop sobre por qué no les entregaron la cuota completa para el partido Colombia vs. Brasil.

La cuestión fue que una parte de las boletas fueron vendidas a abonados, lo cual generó la molestia de los directivos de Ticket Ya, a tal punto que, para calmarlos, Ticketshop le traspasó las 14.000 boletas restantes, que al final fueron revendidas.

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Como estas, hay decenas de conversaciones en las que los condenados dan detalles de reuniones, número de boletas desviadas por localidad y partido, y hasta el desempeño del onceno colombiano.

Incluso, hablaron de la necesidad de reemplazar al técnico de la Selección para garantizar el buen rendimiento del equipo y, por ende, que su negocio de reventa tuviera mayor éxito.

"Hay que sacar a (José) Pekerman pero ya; si no, no vamos al Mundial. Reinaldo Rueda es la ficha para jugar (...). Si no clasificamos, pensaría que Yerusum (sic) pierde su presidencia", aseguró Medardo Romero del grupo de socios de Ticket Ya.

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En otra ocasión, Rodrigo Rendón, de esa misma firma, solicitó que se guardaran 60 boletas para Jorge Perdomo, Ramón Jesurún y Álvaro González (todos de la Federación). Lo sorprendente es que la FCF no firmó el contrato con Ticket Ya, sino con Ticketshop.

Estas y otras conductas, dice la SIC, sugieren que "los miembros del comité de la FCF tenían conocimiento de que el negocio (en realidad) era de Ticket Ya". Los investigadores determinaron al menos otros dos casos en este sentido.

Por un lado, se tiene registro de que la relación de amistad y comercial de Yamhure y los dirigentes del fútbol es de vieja data. Es más, antes de adjudicarse el contrato, se reunieron en varias ocasiones.

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Y, por el otro, que en la adjudicación del contrato, fue clave la recepción de un anticipo de $10.000 millones por parte de Ticketshop.

Esto tiene a los máximos directivos de la Federación tras las cuerdas, pues deberán explicar si hubo o no un soborno en medio de este proceso.

En todo caso, para la SIC no hay dudas de que el cartel estuvo orquestado desde las máximas cabezas del ente rector del fútbol, que ahora intentan buscar una segunda opinión sobre el fallo.

Y aunque ya les negaron una tutela que pretendía tumbar la decisión de la SIC, a esta batalla legal todavía le queda tela por cortar.