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Camilo Díaz

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Mejorar el crecimiento

El crecimiento reportado por el Dane es buena noticia, pero la recuperación no ha sido uniforme.

19 de febrero de 2022

Según lo reportado oficialmente por el Dane, la economía nacional creció 10,6 % en 2021 frente al año 2020. La cifra es una buena noticia porque significa que ya se ha entrado en una senda de recuperación, pero si se compara con el 2019 —antes de los efectos de la pandemia— el crecimiento fue únicamente del 2,9 %, una cifra que a todas luces es baja y muestra que la economía entró en recuperación, pero todavía no está consolidada.

Por otra parte, falta por recuperar alrededor de un millón de empleos de los cinco millones que se perdieron durante la pandemia, algo que implica que el consumo se mantiene débil en los hogares y en los cuales la informalidad está respondiendo por más de la mitad de los empleados creados.

Igualmente, una parte del crecimiento fue explicado por una expansión de las actividades de la administración pública, que no es más que el gasto del Estado, que por supuesto es muy importante, y resalta la necesidad de que exista sincronía entre la política fiscal y la monetaria, ahora que el Banco de la República ha iniciado la subida de las tasas de interés. Sin embargo, la economía necesita mayor apuntalamiento ya que, si el costo del dinero aumenta, tanto para el Estado como para las empresas se vuelve más costoso invertir y por ese camino se restringe la generación de puestos de trabajo.

Mejorar el crecimiento necesita que no solamente se regrese a los volúmenes producidos anteriormente, sino que se emplee más mano de obra formal, y esa mayor actividad económica se convierta en mayor recaudo de impuestos para el Estado. Hay que recordar que el déficit fiscal se encuentra en 8 % del PIB y cerrarlo demanda más crecimiento, con generación de empleo e ingresos vía impuestos para la Nación.

Un crecimiento con calidad requiere que todos los sectores de la economía mejoren su desempeño. El de 2021 fue explicado fundamentalmente por el comercio, que estuvo muy afectado durante 2020; la industria, que en menor medida pudo abrir más rápidamente, y las actividades de administración pública. Otras ramas económicas que no tuvieron tanta afectación no mostraron crecimientos importantes, tal es el caso del agro que creció al 2,4 %.

La alta tasa de crecimiento también fue, en parte, el resultado de una base estadística baja, ya que en 2020 la economía nacional se contrajo duramente al caer 6,8 % frente al 2019, el cual fue un año normal. Eso no quiere decir que el crecimiento experimentado deje de ser una buena noticia, más bien se trata de reconocer que se necesitan mayores esfuerzos y coordinación de la política monetaria y la económica para hacer que el crecimiento se mantenga, el empleo mejore y la recuperación continúe. El riesgo de inflación y los problemas de suministro están siendo un lastre para la economía.

Una mención especial merece la extracción de petróleo crudo y gas natural, así como las actividades de apoyo para la extracción de petróleo y de gas natural, las cuales decrecieron 5,6 %, mostrando que, aunque 2021 fue un año de recuperación de los precios internacionales con un petróleo Brent que cotizó la mayoría del año por encima de US$ 65 por barril, la producción nacional no aumentó y se mantuvo en un promedio de 745 mil barriles mensuales.

Ecopetrol responde por el 68 % de esa producción, algo que es un claro ejemplo de que la recuperación no ha sido pareja en todos los sectores y que sigue necesitando de impulso, mucho más en un sector que responde por el 52 % de las exportaciones.

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