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Frank Kanayet ha invertido en más de 20 proyectos nuevos, entre ellos algunos que evaluó en Shark Tank. También en otros que le han presentado por medio de sus redes sociales. | Foto: ALEJANDRO ACOSTa

EMPRENDIMIENTO

Lecciones de un ´tiburón`

Frank Kanayet pasó del discurso de ‘pensar en grande’ a convertirse en ejecutor de los más ambiciosos proyectos. Invierte en 20 compañías.

17 de agosto de 2019

En el mundo del emprendimiento, Frank Kanayet se ha vuelto un referente por su exitosa carrera empresarial y sus inversiones de talla global. Pero también por su participación en el famoso programa Shark Tank Colombia: Negociando con Tiburones, del canal Sony.

El empresario colombo-croata es uno de los mayores accionistas individuales de Ecopetrol y el representante de Maserati en Colombia. Y en Shark Tank es uno de los ‘tiburones’ que evalúa emprendedores frente a las cámaras y decide si invierte o no en ellos su capital.

¿Cómo persuadirlo? Este ‘tiburón’ asegura que no hay recetas únicas ni mágicas a la hora de emprender, pero que es necesario ser creativo, persistente y siempre pensar en grande. Es decir, que no hay que temer a las ideas disruptivas ‘chifladas’, aunque tampoco hay que confundir la persistencia con la terquedad.

En vez de enfocar los esfuerzos en controlar costos –lo cual sucede mucho en el mundo empresarial– hay que invertir tiempo en generar ideas, productividad y nuevos productos para tener mayores ingresos. “Hay que generar riqueza para no tener que administrar pobreza”, le dijo Kanayet a SEMANA.

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Y lo dice porque lo sabe y lo practica. Este ingeniero se aventuró a crear su propia compañía de servicios petroleros y terminó exportando más de 15.000 barriles diarios de petróleo en un momento en que el precio pasó de 12 a 100 dólares.

En la actualidad le apuesta muy fuerte al sector de la electromovilidad. Es el primer inversionista de la Fórmula E y de la compañía croata Rimac, que fabrica el carro eléctrico “más veloz del mundo”.

Hace cinco años estas dos compañías eran un documento en PowerPoint y hoy están llegando a mil millones de dólares; es decir, son unicornios.

En el caso de la Fórmula E, es la única competencia con 10 fabricantes de primera línea en el mundo, y fue valorada por la revista Forbes en esa suma. Rimac, por su parte, hace un año recibió una inversión de Porsche por 20 millones de dólares, y en mayo Hyundai y Kia invirtieron 80 millones. Hoy, su valoración supera los 600 millones de dólares.

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Kanayet acaba de lanzar en Bogotá Pitch & Hunt, una nueva cadena de tiendas donde tendrán presencia algunos de los más de 20 proyectos en los que ha invertido en las diferentes temporadas del programa y otros que le han presentado a través de sus redes sociales. Esto porque reconoce que los emprendimientos en sus etapas iniciales no tienen exposición en un centro comercial porque resulta muy costoso, pero si reúnen de 12 a 15 de estas marcas, es posible acortar la brecha con el mercado.

Las primeras tiendas estarán en el Centro Comercial San Roque de Cajicá y Plaza Claro de Ciudad Salitre, pero la idea es expandirse nacional e internacionalmente. Estos proyectos terminarán este año con una facturación conjunta de 15.000 millones de pesos, lo cual significa que habrán multiplicado por cinco sus ventas en año y medio. Una cifra sorprendente.

Este ‘tiburón’ empezó invirtiendo entre 30 y 100 millones de pesos, pero ha alcanzado hasta el millón de dólares en sectores que van desde tecnología o textil hasta agroindustria. No hay sector vetado.

En los últimos años, el capital de riesgo ha crecido en Colombia y un gran número de inversionistas y grupos están interesados en ideas novedosas. “Ha comenzado una cultura que ha cogido una tracción interesante”, afirma.

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Para Kanayet, el emprendedor colombiano es creativo pero muy desconfiado y cree que debe tener siempre la mayoría accionaria de la empresa. Por eso considera que se necesita trabajar más en temas de gobierno corporativo para lograr un balance entre los fundadores y los independientes. Porque el 100 por ciento de cero es cero, pero un pequeño porcentaje de un billón es mucha plata. Hay que pensar en grande.