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David Malpass, el poderoso hombre y ficha de Trump que llegó a la cabeza del Banco Mundial

Donald Trump se apunta una victoria con el nombramiento de David Malpass como el nuevo presidente del Banco Mundial. El funcionario había sido un fuerte crítico de la institución que presidirá por lo que su nombramiento podría tener efectos sobre temas como las relaciones con China y el cambio climático.

6 de abril de 2019

El nombramiento de David Malpass como nuevo presidente del Banco Mundial es una victoria para Donald Trump. El candidato del mandatario estadounidense fue nombrado sin sorpresas este viernes para presidir la entidad multilateral por un periodo de cinco años que comienza la próxima semana.

Malpass de 63 años, que era hasta ahora subsecretario del departamento de Tesoro estadounidense encargado de Asuntos Internacionales, era el único candidato para liderará la entidad de asistencia financiera y técnica después de la sorpresiva renuncia de Jim Yong Kim.

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La cómoda carrera de Malpass por el puesto generó controversia por ser un crítico de las organizaciones globales, a las que considera que hay que reformar de manera “urgente”. Antes de su nombramiento calificó al Banco Mundial de “demasiado grande e intervencionista” y defendió que no debería prestarle tanto dinero a economías medianas.

Sin embargo, el Banco Mundial defendió que la elección de Malpass fue un proceso "abierto y transparente". "El proceso fue seguido por una exhaustiva entrevista al Sr. Malpass por parte de los directores ejecutivos", dijo el banco en un comunicado

El Banco Mundial quería ratificar el nombramiento de su nuevo presidente antes de la reunión de primavera (boreal) del organismo que se celebra la próxima semana en Washington.

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Malpass, un fiel acólito del presidente Donald Trump que lo acompañó desde el inicio de su campaña electoral, se convirtió en una figura controvertida después de criticar en 2017 a las instituciones internacionales, que tachó de derrochadoras, "no muy eficientes" y "a menudo corruptas en sus prácticas crediticias".

A su vez, se ha mostrado reacio a los préstamos a China argumentando que la segunda mayor economía del mundo es demasiado fuerte para recibir esa ayuda.

Otra de las prevenciones en torno al nombramiento de la ficha de Trump en la entidad multilateral es que en su afán reformista reduzca el papel del Banco Mundial para luchar contra el cambio climático y la ayuda a los refugiados. En una entrevista con Reuters, Malpass afirmó que mantendría el compromiso de combatir el cambio climático y perseguiría los propósitos establecidos por la entidad el año pasado de conseguir un aumento de capital de 3.000 millones.

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En los últimos tiempos ha suavizado su mensaje afirmando que está comprometido con la misión del banco de eliminar la pobreza extrema y que las reformas instauradas el año pasado corrigen muchas de las críticas que él había señalado.

En una carta abierta a los empleados del Banco, Malpass dijo que la misión de la entidad era "más urgente que nunca", agregando que había "escuchado con atención" lo ocurrido en las últimas reuniones con los trabajadores, los miembros del directorio y con otras partes.

La presidencia del Banco Mundial, que tiene sede en Washington, se atribuye habitualmente a un estadounidense, según un acuerdo tácito por el que, a cambio, la dirección del FMI se suele confiar a un europeo.

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¿Un proceso abierto?
El economista tuvo una larga trayectoria en el departamento del Tesoro durante las presidencias de Ronald Reagan (1981-1989) y de George H.W Bush (1989-1993), pero también ejerció en el sector privado.

Durante 15 años trabajó en el banco de inversiones Bear Stearns, del que fue economista jefe. Después de que esa entidad despareciera en 2008 durante la crisis de las "subprimes", Malpass fundó su propia consultora, Encima Global.

"En estos cargos, se centró en una variedad de cuestiones económicas, presupuestarias y de política exterior y la participación de los Estados Unidos en las instituciones multilaterales, incluido el Banco Mundial", dijo el Banco en un comunicado.

Malpass ha recibido muchas críticas, entre otras cosas por su fracaso a la hora de anticipar el colapso financiero de 2008 que terminó por engullir a la entidad en la que trabajaba y por su oposición a las políticas instauradas por la Reserva Federal tras la crisis.

En un comunicado, el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, e Ivanka Trump, hija del presidente estadounidense y asesora económica, felicitaron a Malpass citando el compromiso durante su carrera con la reducción de la pobreza.

Mnuchin se refirió a él como "ideal" para el cargo y, por su parte, Ivanka dijo que era "un líder extraordinario".

Malpass fue el único candidato que concurrió a la elección después de la sorpresiva renuncia de su compatriota Jim Yong Kim, cuya candidatura había impulsado el expresidente estadounidense Barack Obama.

En los últimos años, los países emergentes habían intentado trasgredir las reglas no escritas por las cuales se rigen las dos grandes instituciones financieras internacionales con sede en Washington.

El Banco ha subrayado que ha escuchado estas críticas y que ahora el proceso es más abierto, sin embargo los pocos aspirantes no estadounidenses han recibido escaso apoyo de los grandes accionistas de la entidad.