CAMILO DÍAZ

El sube y baja del dólar

La continua variación del tipo de cambio entre los niveles que hemos visto en lo corrido del año muestra que la mayor influencia viene desde el ambiente externo.

Camilo Díaz, Camilo Díaz
26 de octubre de 2019

Las principales variables que han afectado la cotización del dólar frente al peso colombiano tienen una mayor relación con el ambiente y los riesgos que se viven en el exterior, que los que puede entrañar la economía a nivel local, esto a pesar de las vulnerabilidades que tiene nuestra economía, entre ellas el déficit de la cuenta corriente que ronda el 4,2 % del PIB, la elevada tasa de desempleo que ha promediado el año en 10,5 %, y la concentración de las exportaciones en unos cuantos productos básicos. 

El principal motivo de debilidad de las monedas de países emergentes como Colombia ha sido la batalla comercial que mantienen los Estados Unidos y China, cuando los mensajes políticos de los líderes de ambas potencias han ido en el sentido de resolver la disputa comercial, el dólar se ha depreciado frente a las demás monedas puesto que el temor por el riesgo y la incertidumbre de los inversionistas disminuye permitiendo que fluya más capital hacia lugares menos seguros que Estados Unidos o Europa, todo lo contrario ha sucedido cada vez que se percibe un escalamiento de las tensiones entre los dos gigantes económicos. 

La razón para que las monedas de emergentes sufran con las diferentes posturas comerciales de China o Estados Unidos, son las implicaciones en términos de crecimiento mundial que trae un enfrentamiento entre las dos naciones con mayor consumo de materias primas. Al tiempo se ha continuado la guerra comercial, China ha pasado de crecer a tasas del 6,5 % a 6 % con la consecuente disminución en las compras de hierro, cobre, carbón, petróleo etc. llevando a que los precios de los commodities se contraigan y por esa vía los ingresos de las economías dependientes de materias primas como nuestro país disminuyan, ampliando los déficits comerciales y deteriorando el balance de la cuenta corriente. Colombia, por ejemplo, deja de recibir cerca de $430.000 millones por cada dólar que baja el precio del petróleo, obviamente ocurre lo contrario cuando suben los precios.

Menor valor de las ventas externas implica menor dinámica interna y menores ingresos fiscales para apoyar el gasto del gobierno, y contribuir a la generación de empleos, así mismo menor oferta de divisas lleva a que el tipo de cambio roce permanentemente el techo de $3.500 que vimos algunas semanas atrás. Por otro lado, el nivel de $3.150 también se mantendrá hasta que no se reduzcan los déficit fiscal y corriente. 

Otros factores que persisten, pero que tienen menor impacto en la cotización del dólar han sido las implicaciones de un brexit sin acuerdo para Reino Unido y Europa, esta última de manera agregada es el segundo destino de las exportaciones colombianas, de tal manera que el lánguido crecimiento de la zona euro por debajo del 1 % logra impactar la percepción de riesgo sobre la economía local, y sobre todo, cambia la disponibilidad de capitales para invertir en economías que enfrenten mayores riesgos.

A lo anterior se suman los efectos negativos que tiene la percepción de incertidumbre generalizada sobre Argentina y su capacidad para poder hacer los ajustes económicos que requiere para salir de la crisis en la que lleva sumergida los últimos años, sin bien no existen vasos comunicantes relevantes entre la economía colombiana y la argentina, puesto que el comercio internacional entre ambas naciones es escaso, igual que los flujos de inversión extranjera, un fuerte desbalance allá puede provocar la generalización de la situación para todas las economías latinoamericanas llevando a que los flujos de inversión se reversen y de esa forma las monedas de la región pierdan valor frente al dólar.

Finalmente, como se vio el efecto de la caída de la Ley de Financiamiento no tuvo un impacto negativo en el peso colombiano, la razón es que si no se aprueba una nueva norma en el Congreso, el país va a quedar con las reglas tributarias de la reforma de 2016, con lo cual terminaría evitándose el gasto tributario que representa la disminución del impuesto a la renta del 33 % al 30 % y los $6 billones que cuesta deducir el IVA en los bienes de capital del imporenta. Eso es lo que vieron los analistas locales e internacionales y por eso no hubo salidas de pánico o algo parecido, los ojos están puestos es en la evolución de la guerra comercial China-Estados Unidos.