Home

Opinión

Artículo

ANGELINO GARZÓN Columna Semana Garzon Garzón Angelino garzón

Opinión

Regiones y “vacas” solidarias

La iniciativa de la vaca solidaria por las vías de Antioquia y muchas otras que puedan surgir en otras regiones de Colombia deben llevarnos, unidos en la diferencia, a mantener y fortalecer la unidad de la nación.

Angelino Garzón
28 de marzo de 2024

Recogiendo la rica historia de iniciativas populares en las diversas regiones urbanas y rurales de Colombia, de la figura de “hacer una vaca” y en base a la propuesta pública del expresidente de la República Álvaro Uribe Vélez, el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, la viene impulsando.

El gobernador, como primera autoridad del departamento, a partir de sus mandatos legales y constitucionales, ha invitado a toda la población urbana y rural de Antioquia a una vaca solidaria, a fin de contribuir a financiar voluntariamente las vías antioqueñas denominadas 4G. Es de anotar que la materialización de esa obra es una responsabilidad compartida del Gobierno nacional, el departamento de Antioquia, los municipios y la población que directa o indirectamente se beneficiará con las mismas.

Como el Estado colombiano, además de estar muy endeudado, no tiene recursos económicos suficientes y menos puede convertirse en una fábrica para emitir billetes o continuar asfixiando a la población con nuevos impuestos, la iniciativa es atractiva y puede, si se hace de manera coordinada con el Gobierno nacional, teniendo en cuenta las directrices y prioridades del Plan Nacional de Desarrollo, posibilitar un avance en temas de conectividad vial, incluyendo los férreos, fluviales y de vías terciarias, en diferentes zonas de Colombia.

Con esa misma figura, en la que todos ponen, también se puede contribuir a resolver situaciones endémicas que tanto vienen afectando a la población urbana y rural en muchas partes del país, como es la falta de agua potable y de centros de salud públicos en más de 400 municipios colombianos, lo mismo que el mejoramiento de baterías sanitarias y bibliotecas escolares, principalmente en la mayoría de los centros educativos públicos de educación primaria y secundaria.

Pero es importante evitar que esas iniciativas puedan favorecer la desarticulación y debilitamiento de la nación o el ingreso de dineros de grupos armados ilegales y del narcotráfico.

Por ello, lo mejor sería que desde el Gobierno nacional, en coordinación con los gobiernos departamentales y locales, con la participación de sectores sociales beneficiados por la riqueza, se promovieran y fortalecieran las iniciativas regionales de las vacas solidarias.

Como lo he señalado en columnas anteriores, no solo las personas somos diferentes, también las regiones. Esas diferencias no presuponen desunión, son la riqueza que hay que cuidar, son retos que invitan a la suma de diálogos en las regiones para conseguir mejoras, desarrollo económico, bienestar y reconciliación y que requieren que nos unamos si queremos hacerlas reales. Solo así lograremos una Colombia más avanzada democráticamente, sin corrupción, sin violencia y con una calidad de vida mejor.

De otra parte, la transparencia en el recaudo y en el manejo de los recursos económicos en cualquier iniciativa de una vaca solidaria requieren ahora y siempre de la existencia de una sola cuenta bancaria en un banco nacional que dé plena garantía en el manejo transparente de los recursos económicos, pero sin desconocer al final de cuentas que el mejor control y seguimiento será el que hagan la población y los organismos de control y de justicia del Estado, tanto en Antioquia como en toda Colombia.

Será el banco que está recaudando dichos recursos económicos el que tenga el deber ético de informar públicamente la procedencia de cada uno de los aportes y, en caso de sospecha de que alguno de ellos viene de actividades ilegales, deberá informarlo a la pluralista junta de garantes y a las autoridades competentes nacionales y regionales, a fin de que las mismas procedan a denunciarlos e intervenirlos.

La iniciativa de la vaca solidaria por las vías de Antioquia, y muchas otras que puedan surgir en otras regiones de Colombia, deben llevarnos, unidos en la diferencia, a mantener y fortalecer la unidad de la nación, al mismo tiempo en que se puede ir abriendo camino para la existencia de un país de autonomías regionales.

Noticias Destacadas