Home

Salud

Artículo

El teletrabajo, el trabajo en casa y el trabajo remoto pueden tener cosas en común, pero cada modalidad tiene sus propias características y diferencias. | Foto: 123fr - El País

Salud laboral

El teletrabajo reduciría a la mitad la huella de carbono frente a ir a la oficina; esto revela un estudio

Al menos en Estados Unidos, el trabajo remoto permitiría reducir hasta en un 58 por ciento la huella de carbono frente a la de aquellos que asisten a la oficina de manera presencial.

Redacción Semana
18 de septiembre de 2023

Gracias a la pandemia del covid-19, el teletrabajo ha ganado popularidad entre millones de personas en todo el mundo. Desde entonces, los expertos han enumerado sus múltiples beneficios frente a la presencialidad en las oficinas: ahorra tiempo y costos al evitar el desplazamiento entre el domicilio y el trabajo; reduce la congestión de tráfico y las emisiones de carbono en el día a día, además de que permite que las personas puedan conciliar de la mejor manera la vida familiar, social y laboral.

Otra de las bondades son las menores bajas por enfermedad, pues los gérmenes se propagan por el aire y, si una persona enferma va a trabajar a la oficina, es capaz de contagiar a sus compañeros. Como resultado, aumenta el número de bajas por enfermedad.

El teletrabajo ha eliminado las restricciones geográficas que solían limitar la contratación de personal.
El teletrabajo ha eliminado las restricciones geográficas que solían limitar la contratación de personal. | Foto: Getty Images

Además, trabajar remoto posibilita una mayor independencia y libertad. Otras voces indican que promueve una mayor creatividad y productividad e igualmente brinda a los empleados una mayor libertad para poder trabajar de acuerdo con sus preferencias, es decir, es una modalidad de trabajo más flexible.

Ahora, la ciencia ha añadido una ventaja adicional: el teletrabajo, al menos en Estados Unidos, permitiría reducir hasta en un 58 por ciento la huella de carbono frente a la de aquellos que asisten a la oficina de manera presencial.

Al menos así lo deja ver un estudio basado en modelos Pnas. La investigación encabezada por la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, analizó el potencial del trabajo a distancia para reducir la huella de carbono de los empleados.

Es que la pandemia de covid-19 aumentó la prevalencia del teletrabajo, el cual puede influir en la producción de gases de efecto invernadero debido a cambios en factores como los desplazamientos al trabajo y el uso de energía residencial.

El teletrabajo es una opción para que migrantes, si cumplen con ciertas condiciones, puedan desempeñarse en el extranjero.
El teletrabajo promueve una mayor creatividad y productividad e igualmente brinda a los empleados una mayor libertad para poder trabajar de acuerdo con sus preferencias, es decir, es una modalidad de trabajo más flexible. | Foto: Getty Images / Luis Alvarez

El estudio evaluó las emisiones de gases de efecto invernadero de esa transición, teniendo en cuenta factores como las tecnologías de la información y la comunicación, los desplazamientos al trabajo, los viajes no relacionados con el trabajo y el uso de energía eléctrica tanto en oficinas como en viviendas.

El equipo de investigación, coordinado por Longqi Yang, usó varios conjuntos de datos con más 100.000 muestras, incluidos de los empleados del gigante de la tecnología Microsoft, en EE. UU., sobre desplazamientos y teletrabajo.

Para su estudio modelizaron las emisiones de gases de efecto invernadero de empleados de ese país en las cinco categorías citadas y compararon las emisiones previstas para los trabajadores “in situ”, los totalmente remotos y los híbridos.

Uno de los hallazgos de este modelo es que los empleados que hacen únicamente teletrabajo tendrían una reducción del 58 por ciento en las emisiones de gases de efecto invernadero, en comparación con los “in situ”, debido principalmente a un menor uso de energía en la oficina.

Un día a la semana de teletrabajo, por ejemplo, redujo las emisiones previstas en solo un 2 por ciento. Por el contrario, de 2 a 4 días de trabajo a distancia por semana redujeron las emisiones de un individuo hasta en un 29 por ciento, en comparación con los trabajadores “in situ”.

Un teletrabajador, que generalmente trabaja desde casa, pasa la mayor parte del tiempo en ella. Esto hace que sea muy posible que la empresa solicite algún trabajo adicional, incluso por fuera de los horarios establecidos. | Foto: Archivo El País

El mayor uso de las tecnologías de la información y la comunicación tuvo un “efecto insignificante” sobre las emisiones, mientras que el consumo de energía en la oficina y los desplazamientos no diarios por trabajo son importantes, escriben los investigadores de este estudio.

El estudio también sugiere que maximizar los beneficios medioambientales del trabajo a distancia depende de múltiples factores, como la elección del vehículo, el comportamiento en los desplazamientos y la eficiencia energética en hogares y oficinas.

Pero, no todo son ventajas cuando se habla de teletrabajo. Un teletrabajador, que generalmente trabaja desde casa, pasa la mayor parte del tiempo en ella. Esto hace que sea muy posible que la empresa solicite algún trabajo adicional, incluso por fuera de los horarios establecidos. De esta forma, el factor motivador disminuye y afecta la productividad habitual. Por lo tanto, lo primero que debe realizar el empleado es aclarar las horas de trabajo.