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Alejandro Gaviria, ex ministro
Alejandro Gaviria. Bogotá Diciembre 7 de 2021. Foto: Juan Carlos Sierra-Revista Semana. | Foto: JUAN CARLOS SIERRA PARDO

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Alejandro Gaviria hace grave vaticinio sobre el sistema de salud: “vamos para una tragedia”. Llama a marchar el 21 de abril

El exministro de Salud asevera que la Corte Constitucional debe tomar medidas para proteger el derecho a la salud de los colombianos.

7 de abril de 2024

SEMANA: ¿Estamos en el final del sistema de salud que ya conocemos?

Alejandro Gaviria (A.G.): Fui ministro de salud por seis años. El escenario que siempre temí es lo que uno podría llamar una crisis sistémica y para entonces trabajamos de muchas maneras para evitar que eso pasara y salvar el sistema en su momento, tanto así que se salvó: resistió una pandemia. Hoy creo que estamos ante una crisis sistémica, una crisis que no es solamente la de una EPS, es de todo el sistema como consecuencia de la inacción, de un futuro que no es previsible para nadie y ante cierta obstinación ideológica por parte del Gobierno. Al comienzo de este debate la exministra Carolina Corcho habló de que se necesitaba una crisis explícita.

SEMANA: ¿Estamos en la crisis explícita?

A.G.: Estamos en la crisis explícita. Nada más y nada menos.

"Estoy preocupado. Nunca habíamos visto intervenciones de esta naturaleza" | Semana Noticias

SEMANA: ¿Esa crisis explícita llega auspiciada por el Gobierno o se veía venir desde que usted era ministro y con el Gobierno anterior?

A.G.: Yo lo digo de esta manera: el sistema tiene una crisis estructural, sobre todo, en los temas de sostenibilidad, como consecuencia del envejecimiento de la población, la presión tecnológica, los precios de los medicamentos cada vez más mayores, de las demandas de la sociedad. Esa crisis está ahí y es una crisis que, si uno la mira de manera detallada, la tienen todos los sistemas de salud del mundo.

A mí me hacen la crítica y me dicen: “¿Usted por qué no solucionó el problema si tuvo seis años como ministro?”. Este tema no tiene una solución definitiva, nunca va a haber una reforma, una medida, una sola acción que resuelva completamente el problema.

Este es un problema que viene de atrás y lo que tiene que hacer el Gobierno es manejar el problema, pero cuando se desatiende el problema y se dedica simplemente a promover una reforma a la salud fallida, pues pasa lo que está pasando. Uno podría utilizar una metáfora médica: este es un problema crónico, pero no hay que dejar que estos picos agudos que se están presentando lleven a lo que está ocurriendo.

Exministro de Salud, Alejandro Gaviria, en entrevista en SEMANA.
Exministro de Salud, Alejandro Gaviria, en entrevista en SEMANA. | Foto: Semana

SEMANA: Porque pueden llevar a la muerte...

A.G.: Exactamente.

SEMANA: Usted dice que cuando fue ministro de Salud gestionó este problema crónico, pero ahora estamos en un momento en el que tenemos a la mitad de los pacientes colombianos bajo la batuta de EPS que están siendo administradas por el Gobierno, por las intervenciones y por los problemas críticos. ¿Qué va a pasar con los pacientes colombianos que están esperando sus medicamentos o las personas que temen enfermarse en medio de esta crisis?

A.G.: Este es un momento de incertidumbre para todos, los pacientes de alto costo y los prestadores. Lo que tiene que pasar es que esa crisis sistémica no lleve a una crisis de atención sin precedentes en la historia de Colombia. Este es el momento de que el Gobierno se tome en serio el problema que no se lo ha tomado por dos años ya. Lo que ha pasado con algunas EPS son problemas de atención que se van de manera paulatina empeorando. No es que esto se dé súbitamente, que de un momento a otro se cierren los hospitales, sino que esto se da gradualmente y eso es lo que vamos a empezar a ver: un deterioro gradual de la atención en salud para mucha gente.

La Corte Constitucional tiene que tomar medidas, tiene que proteger el derecho a la salud de los colombianos. También llegó el momento de que este sector se movilice y llame la atención sobre un problema donde me parece que la sociedad colombiana y ciertos sectores asociados a la salud han sido pasivos.

SEMANA: Va a participar de las marchas del domingo 21 de abril, la marcha de las batas blancas por el sistema de salud. ¿Por qué decide salir a la calle?

A.G.: Esta es una marcha que ya no va a tener un tinte político. Es el momento de llamar la atención, de romper esta pasividad, de decir que estamos ante una situación verdaderamente grave y que el Gobierno no puede seguir aplazando las soluciones de sentarse verdaderamente con el sector, en lugar de seguir diagnosticando mal el problema diciendo mentiras, que es lo que está ocurriendo.

SEMANA: Usted habla de tomar medidas y diagnosticar el problema. ¿Qué medidas se podrían tomar para enfrentar la crisis del sistema de salud?

A.G.: Los problemas financieros del sistema vienen de la insuficiencia en parte de la Unidad de Pago por Capitación, de unas deudas que se han venido acumulando de lo que se conoce como presupuestos máximos, pero también de la ausencia de futuro.

Cuando estaba de ministro de Salud decíamos que nunca habrá los suficientes recursos para resolver el problema de una vez, uno nunca podrá sentarse con el ministro de Hacienda para que dé toda la plata que se necesita, porque los sistemas de salud también demandan recursos.

Habría que tener una doble estrategia: conseguir recursos, sentarse a conversar con el sector, entender la solución del problema y aliviar los problemas financieros de corto plazo. Pero también ir creando un futuro posible, ir mostrándole a todo el sector que todo no se va a derrumbar. Lo que hizo el Gobierno fue todo lo contrario: no resolver los problemas financieros de corto plazo (de caja) y generar un vacío, una desesperanza, la idea de no futuro en el sector. Las dos cosas combinadas llevan a lo que está ocurriendo.

Hay que sentarse con el sector para construir una reforma de verdad, no una reforma basada en las premisas ideológicas, sino una que haga dos cosas: que resuelva algunos problemas y cree unión para que este sector deje esta idea de “suma cero” de que si unos ganan otros tienen que perder.

SEMANA: Y eso fue justamente lo que estuvo pasando con el llamado a que se conversara.

A.G.: Nunca se conversó. Voy a contar una anécdota. Yo era parte del Gobierno, teníamos una de las tantas reuniones que tuvimos sobre este tema, claramente teníamos desacuerdos que se tramitaron en un principio de manera tranquila y después vi que era imposible llegar a un acuerdo. En ese momento el ministro José Antonio Ocampo le dijo al presidente Petro que esa reforma como se estaba planteando no sería aprobada por el Congreso. Y yo recordé una frase que había oído en uno de los tantos debates de la salud, de que los problemas y las crisis de salud, y las reformas a la salud nunca ponen gobiernos, pero pueden tumbarlos. Las crisis sanitarias cuando ocurren de una manera sistémica son el peor problema que puede tener un Gobierno y creo que en eso estamos entrando.

SEMANA: Hay quienes señalan que el trámite de la reforma a la salud y las intervenciones a las EPS actuales han sido dictatoriales. ¿Considera que el presidente Gustavo Petro está siendo dictatorial con el manejo de la salud?

A.G.: Las intervenciones a las EPS fueron autoritarias, caprichosas y no están plenamente sustentadas. Después de la segunda intervención el presidente manda un mensaje por una red social hablando de “las EPS que controlamos”. Esa no es la idea de una intervención, la idea de una intervención no es que el Gobierno se tome una empresa para controlarla, sino que el Gobierno ve que hay un problema, la interviene para resolverlo y, si se da cuenta de que no lo puede resolver, simplemente la liquida. Uno no interviene una EPS para hacerla parte de una política pública y no es el presidente de la República el que le da órdenes a los interventores, porque este es un tema puntual que tiene que resolver en cada empresa un problema específico.

SEMANA: Y técnico...

A.G.: Uno no resuelve problemas sistémicos de un sistema de salud mediante la intervención sistemática de las empresas. Aquí hay, yo creo, una irregularidad. Hay una forma de concebir las intervenciones que, yo no quisiera hablar de expropiación, porque es un término que está ideológicamente muy cargado, pero es un desafuero, es un abuso de poder.

SEMANA: ¿Podemos hablar de un irrespeto a las empresas privadas que prestan el servicio de salud y a las normas que deberían regular estos temas?

A.G.: Yo creo que sí hay un irrespeto y hay un aprovechamiento de una debilidad institucional que tiene nuestro país y es que el poder de las superintendencias es muy grande, casi absoluto. Cuando Colombia fue a entrar a la OCDE esta señaló que las superintendencias deberían tener periodo fijo y no ser simplemente instrumentos del gobierno de turno. Se han convertido en eso. Estoy preocupado. Nunca en la historia reciente de las relaciones entre el Estado y el sector privado habíamos visto intervenciones de esta naturaleza.

SEMANA: ¿El presidente Gustavo Petro y el ministro de Salud Guillermo Alfonso Jaramillo están siendo cuerdos, sensatos, al momento de manejar esta crisis del sistema de salud?

A.G.: No lo están siendo.

SEMANA: ¿Por qué?

A.G.: La ignoraron por mucho tiempo y han con concebido el problema de manera equivocada. El diagnóstico inicial es equivocado. El presidente está convencido, sin entender muy bien el problema, porque el presidente Petro no entiende el funcionamiento del sistema de salud, y él está convencido al analizar un tema técnico (la ausencia de inversiones de las reservas técnicas de las EPS) y que en el fondo la forma como él entiende los problemas del sistema de salud se reduce al desvío de $13 billones de reservas técnicas.

Lo que él no entiende es que esa no es la causa del problema, sino una consecuencia de los problemas financieros más de fondo. Si uno analiza, esos recursos han sido pagados al sistema, no es que hayan sido desviados o desaparecidos o robados, incluso el presidente Petro llegó a hablar de corrupción de $13 billones.

SEMANA: Es posible que hayan sido recursos que se utilizaron para atender huecos para atender pacientes...

A.G.: Las reservas técnicas son unas cuentas por pagar anticipadas y lo que hicieron muchas de las EPS fue pagarles a los hospitales.

SEMANA: ¿Usted ve mentiras en los argumentos expuestos en el trámite de la reforma a la salud y las intervenciones de parte del Gobierno, o de la bancada del Pacto o de quienes son opositores a la reforma?

A.G.: Yo he visto imprecisiones y el uso oportunista de indicadores. Mentiras ha habido muchas. Cuando yo salgo del Gobierno en la última conversación que tuve con la jefe de gabinete de entonces le dije que me iba tranquilo con un intento de juntar dos visiones diferentes del cambio social que no funcionó, pero algo que resiento es que el presidente está distribuyendo fotos de hospitales venezolanos para minar la credibilidad del sistema de salud de Colombia.

Desde entonces el presidente ha mencionado cifras que no son, ha hablado de que el sistema de salud mató 340 mil personas. No hay ningún análisis objetivo de esto, podemos traer a un grupo de epidemiólogos para que decidan si esta interpretación es cierta y claramente no lo es. En el tema de los faltantes del sistema de salud, las reservas técnicas y lo que está pasando con la crisis financiera también han existido muchas imprecisiones.

Con las mentiras en la política, con la forma de ensuciar el debate público con cifras que no son ciertas, yo tengo una gran preocupación.

SEMANA: ¿Cuál es?

A.G.: Uno dice una mentira y queda flotando en el aire. Es muy difícil desmentirla. Es muy fácil ensuciar el debate público y muy difícil limpiarlo. Pongámonos de acuerdo, por los menos, en algunos hechos, seamos precisos en las cifras. Yo entiendo que podemos tener ideas diferentes del cambio social en las funciones que pueden jugar los diferentes agentes. Di una respuesta muy larga para decir una sola cosa: sí, han existido muchas mentiras en este debate, sobre todo por parte del Gobierno.

SEMANA: Varios sectores coinciden en que hace falta una reforma. ¿Cuando la reforma a la salud que se necesita llegue va a ser demasiado tarde para los pacientes?

A.G.: Una reforma que tenga giro directo por parte de la Adres, límites a la integración vertical, inversión de una parte de los recursos en atención primaria en salud y énfasis en la formalización de los trabajadores de la salud, sobre todo en el sistema público, tiene consenso del país y se hubiera podido aprobar.

SEMANA: Faltan dos legislaturas, ¿en qué momento aprobaríamos una reforma así?

A.G.: Ese es el problema. Si aprobamos una reforma así, empieza ahora el 20 de julio, se demora el trámite, hay cuatro debates que tienen que darse... Yo creo que esa discusión ya casi se volvió irrelevante, ahora hay que salvar el sistema, hay que evitar la crisis sistémica. Ahora esto se trata de salvar vidas.

SEMANA: ¿Y el presidente va a salvar el sistema o va propiciar la crisis sistémica para poder implementar su sistema?

A.G.: La gran preocupación que yo tengo es que el presidente de la República en este momento no parece interesado en entender los problemas y resolverlos, sino en capitalizar políticamente cualquier elemento de la sociedad. El presidente todo lo enmarca en lo que él ha llamado la Asamblea Constituyente, el presidente simplemente está buscando apoyos políticos y ahora esto sí es enserio. Hay otros temas que esperan un poco de tiempo, pero esto ya no da espera. Si la actitud del Gobierno va a ser simplemente tratar de darle un manejo político a esto, vamos para una tragedia.

SEMANA: ¿Qué le diría a un paciente crónico que viva en un estrato bajo, que no tenga una póliza de salud o un plan complementario, que no está en Bogotá o en Medellín, en este momento?

A.G.: Infortunadamente es difícil dar un mensaje de tranquilidad después de lo que está pasando. Yo lo que diría es que ese paciente también tiene que hacer valer sus derechos, que la salud en Colombia es un derecho fundamental, que no solamente está el Gobierno, está la Corte Constitucional, está la sociedad civil, están las instituciones. El Estado colombiano, en última instancia, tiene que responderle a ese paciente.

SEMANA: Pero la respuesta puede llegar muy tarde.

A.G.: En este momento confío, por ejemplo, en la labor de la Corte Constitucional, en que se apersone de este problema como lo hizo en 2008 y 2009, como lo hizo cuando yo era ministro de Salud en 2012. Que la Corte haga explícitos unos autos y que el Gobierno deje esta actitud dilatoria y asuma de una vez por todas y para siempre, con seriedad, este problema.

Los pacientes crónicos lidian con una incertidumbre. Cuando uno es paciente de cáncer, por ejemplo, yo lo viví, uno se levanta todos los días con miedo. Uno abre los ojos y piensa: “Tengo cáncer”. Sumarle a esa angustia existencial la incertidumbre sobre la atención es una locura.

SEMANA: Usted en su momento hizo un vaticinio de las etapas del Gobierno de Gustavo Petro. ¿En qué etapa estamos y qué es lo que cree que sigue para el Gobierno y para el presidente Petro?

A.G.: Yo hice un vaticinio donde en algún momento decía se le desbarata el gabinete plural, empieza a trinar como loco y no se hace nada y el país empieza a girar entorno al Twitter de Petro. Yo lo llamaba la inacción destructiva. Yo creo que lo que hemos visto en las últimas semanas es una nueva etapa, la etapa de la radicalización y del abandono de cualquier idea de hacer políticas públicas o gobernar; dedicarse a una tarea para él más ingente que es la de asegurar que el poder quede en manos de su partido, de su ideología, de su gente, del Pacto Histórico. Pero yo no sé si este cimbronazo, si este tema, lo va a hacer entrar en realidad. No lo esperaría, no soy del todo optimista. Ojalá.