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Tuvieron que pasar dos meses del nuevo periodo de los mandatarios locales para que el presidente Gustavo Petro se reuniera con los alcaldes del país. En la foto: Gustavo Petro, Paola Andrea Castillo, alcaldesa de Jamundí, Valle; Juan Pablo Pérez, Ramírez, alcalde de Támesis, Antioquia; Santiago Montoya, alcalde de El Retiro, Antioquia; Jorge Rojas, alcalde de Samaná, Caldas y Klaus Faber Mogollón, alcalde Pamplona, Norte de Santander. | Foto: Presidencia

Regiones

Alcaldes inconformes se le plantan a Petro y le piden interlocución para no gobernar “a ciegas”

Los mandatarios se reunieron esta semana en Cartagena y piden que el Gobierno los escuche para sacar adelante iniciativas que beneficien a la gente en las regiones. Reclaman que los recursos lleguen.

Redacción Semana
2 de marzo de 2024

Los alcaldes del país reclaman una interlocución directa con el Gobierno Petro porque, aseguran, solo pudieron ser escuchados por el presidente dos meses después del inicio de sus periodos. Mientras vieron cómo Petro sí les dio cita en su agenda a los gobernadores afines al Pacto Histórico, ellos se quedaron esperando una señal de la Casa de Nariño para sentarse a trabajar en asuntos tan sencillos como entender de qué manera articular sus programas con el Plan Nacional de Desarrollo.

Por eso, los mandatarios locales señalan que han andado a ciegas. Quienes repiten en los cargos aseguran que nunca antes se habían sentido en el aire sin saber a quién del Gobierno tocarle la puerta para pedir ayuda. El primer problema es la plata. En las declaraciones se escucha que hay recursos para las regiones, pero en las cuentas bancarias de los municipios no se ve esa financiación y los alcaldes necesitan recursos.

“Al Gobierno le pido que ese recurso público se sienta en las regiones, con proyectos, y que también mejoren la calidad de vida de la gente. Los alcaldes hemos visto que se ha hablado de que hay recursos, pero realmente no se ve cómo se pueden ejecutar”, dijo el alcalde de Samaná, Caldas, Jorge Rojas.

 Jorge Rojas, alcalde de Samaná, Caldas.
Jorge Rojas, alcalde de Samaná, Caldas. | Foto: Facebook Samaná

Si de dinero se trata, hay otro asunto que les preocupa: los recursos están amarrados a las líneas de inversión nacionales y ellos aseguran que cada municipio tiene necesidades diferentes, no necesariamente las mismas que ve el jefe de Estado desde Bogotá.

La cuestión de los fondos es un asunto recurrente, pues temen que la plata se priorice para los municipios PDET o Zomac (los afectados por el conflicto armado).

 Paola Andrea Castillo, alcaldesa de Jamundí, Valle del Cauca.
Paola Andrea Castillo, alcaldesa de Jamundí, Valle del Cauca.

Sin embargo, los que no tienen categoría especial se quedan en el aire y esperan una atención, tal y como lo señala la alcaldesa de Jamundí, Valle del Cauca, Paola Andrea Castillo. Otros, como el alcalde de Samacá, Boyacá, Wilson Castiblanco Gil, reclaman que se modifique la fórmula para calcular el Fonpet (Fondo Nacional de Pensiones de las Entidades Territoriales) porque las matemáticas del Gobierno no los están beneficiando. Todos los problemas llevan a los recursos.

Piden que les contesten

Varios de los alcaldes coinciden en que la comunicación con el Gobierno ha sido prácticamente nula. Los más afectados son los de municipios que no son capitales de departamento.

“Es la tercera vez que soy alcalde y creo que la gran mayoría no encontramos una interlocución válida con el Gobierno. No sabemos con quién hablar y por eso muchos nos sentimos navegando a ciegas porque no hemos tenido interlocución”, señaló el alcalde de Pamplona, Klaus Faber Mogollón.

 Klaus Faber Mogollón, alcalde de Pamplona, Norte de Santander.
Klaus Faber Mogollón, alcalde de Pamplona, Norte de Santander. | Foto: Facebook Pamplona

La prueba de fuego de esa comunicación comienza en tres meses. Ellos están representados en la Federación Colombiana de Municipios, que le planteó al presidente un encuentro trimestral para que no se repita el escenario en el que los nuevos burgomaestres no saben cómo formular un plan que esté en sintonía con el del Gobierno.

La idea de conseguir que Petro se comprometa a una reunión periódica fue el principal objetivo de los municipios, por lo que los alcaldes terminaron ganando doble: Petro llegó temprano a la cita que tuvo con ellos esta semana en Cartagena y cedió a su principal reclamo. El alcalde de Támesis, Juan Pablo Pérez Ramírez, enfatiza que es el momento de que se abra un espacio de diálogo directo con ellos.

 Juan Pablo Ramírez, alcalde de Támesis, Antioquia.
Juan Pablo Pérez Ramírez, alcalde de Támesis, Antioquia. | Foto: facebook tamesis

La desazón de los mandatarios locales por el discurso grandilocuente de Petro, que no se traduce en acciones en sus regiones, es latente. Sin embargo, los mandatarios evitan expresarla en micrófonos porque temen que el Gobierno les amarre los recursos por señalar que Petro no los ha escuchado, solo quiere seguir su propia agenda y promete mucho, pero les cumple poco. Es más, los alcaldes antioqueños tienen miedo, pues señalan que el jefe de Estado sectorizó Antioquia.

“Salimos tristes. Nos quedamos esperando las propuestas de fondo que tenía el presidente, porque, más allá de compartir o no su ideología, queríamos compartir las problemáticas. El presidente Petro ha tenido varias manifestaciones en las que nos discrimina como departamento y en las que es evidente que a Antioquia el Gobierno nacional la discrimina”, cuestionó el alcalde de El Retiro, Antioquia, Santiago Montoya.

 Santiago Montoya, alcalde de El Retiro, Antioquia.
Santiago Montoya, alcalde de El Retiro, Antioquia.

La decisión de no cuestionar duramente al mandatario es una estrategia para intentar llevarse bien con el presidente, pero aseguran que aun con el “cambio” están sufriendo los efectos de una administración centralista que mira a las regiones desde un escritorio en Bogotá.

Hay una petición tímida que solo manifiestan fuera de micrófonos para que se revisen sus salarios. Ese reclamo es comentado entre los mandatarios locales, pero saben que la propuesta es de pocos adeptos, pues un incremento significaría un alza en los gastos de funcionamiento de sus municipios y, con ello, un descuadre peor de las cajas regionales del país.