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David Wigoda, dueño de la firma Factor Group.

Caso Factor Group

Tenso encuentro entre Wigoda y víctimas de Factor Group

Ocurrió el martes de la semana pasada en el restaurante Dinner, en la esquina nororiental del Parque de la 93, en Bogotá.

5 de junio de 2013

David Wigoda, dueño de la firma Factor Group –actualmente en liquidación tras su descalabro- llegó con un par de jóvenes amigos con la intención de almorzar. Pero la sonrisa que se dibujaba en su rostro desapareció al advertir que en la mesa de al lado se encontraban antiguos clientes suyos que hoy le reclaman las millonarias sumas que le confiaron.

Los clientes, encabezados por un empresario bananero de Urabá, tampoco ocultaron su sorpresa y no pidieron reprimir algunas exclamaciones que causaron sorpresa entre los comensales. Acababan de llegar de la Fiscalía donde habían rendido amplias declaraciones sobre las causas de su actual drama económico y, según dijeron, se resistían a creer que el causante de sus males anduviese campante y libre de apremios.

Una de las jóvenes hijas del empresario se levantó de su mesa y se dirigió a donde estaba Wigoda. No esquivó el beso en la mejilla con el que éste la saludó, pero le espetó esta afirmación: David, tantos inocentes en las cárceles y vos tan campante como si no hubiera ocurrido nada.

El dueño de Factor Group lucía nervioso pero intentaba mantener su compostura. “Mirá –le respondió- los negocios son así y una quiebra no significa necesariamente que alguien haya obrado de mala fe…”.
Sus palabras se perdieron entre las voces de los acompañantes de la joven que lo rodearon para reclamarle a Wigoda que no quisiera darles la cara. “Tenemos que abordarte así porque cuando vas a Medellín, lleno de escoltas, es imposible que alguien te hable. Todo lo que te pedimos es que respondas, con las mismas diligencias y habilidad con la que captaste nuestro dinero”.

El abogado José Luis Giraldo, asesor de las víctimas de Factor Group, moderó los ánimos y convenció a los clientes de Wigoda tener paciencia y esperar los resultados de los procesos para que puedan recuperar al menos una parte significativa de los recursos invertidos en las operaciones de Factoring que hicieron agua.

Ese día la suerte no estaba del lado de Wigoda. Además de su tenso encuentro con sus ex clientes, el liquidador de su compañía, Luis Fernando Alvarado Ortiz, objetó ante la Superintendencia de Sociedades su rendición de cuentas por antitécnica e incumpleta.