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Presidente de la República, Juan Manuel Santos.

Política

Reelección, ¿la verdadera intención del revolcón?

La necesidad de recuperar su credibilidad y fortalecer el camino a la reelección, es sin duda el propósito fundamental que tiene el presidente Santos con los cambios que se avecinan al interior del Gobierno.

4 de septiembre de 2013

El año que le resta al presidente Juan Manuel Santos en la Casa de Nariño será el tiempo en el que se jugará a corto plazo la reelección y a largo plazo su capital político. Para ello, el mandatario le está apostando a las modificaciones al interior de su equipo de trabajo, que más allá de ser cambios normales de cualquier administración, es una estrategia para que en esta última oportunidad pueda cambiar la percepción que tienen los colombianos de su gestión.

La tesis de que la real intención de los cambios en el Gobierno es para encarar la campaña reeleccionista del Jefe de Estado se hace más fuerte si se mira hacia atrás, cuando los movimientos en su equipo de trabajo demostraron que no llevaron a grandes transformaciones, pues las políticas siguieron siendo las mismas, su orientación se mantuvo y la única variación notable fue el relevo de funcionarios.

Es el caso por ejemplo del cambio que realizó en los ministerios de Transporte, Minas y Energía, Salud, e incluso en el Interior, donde no hubo orientaciones diferentes a las que se propuso en el inicio de la administración.

Lo contrario pasó en mayo de 2012 cuando el mandatario decidió hacer un movimiento en el Ministerio de Vivienda, que estaba en cabeza de Beatriz Uribe, y al que entró Germán Vargas Lleras para adelantar uno de los programas más importantes de la administración.

“Los cambios son superficiales, el contenido no es otro radicalmente diferente a lo que venían teniendo los ministros anteriores. Tan sólo en el Ministerio de Defensa y en la Cancillería se notan las necesidades más grandes, pero la estrategia de cambiar ministros por cambiarlos, para pagar favores, se nota”, afirmó el analista político Enrique Serrano.

Dos temas han sido las piedras más grandes que se le han cruzado al mandatario en su camino, por un lado el fracaso ante la Corte Internacional de Justicia de la Haya por el litigio con Nicaragua y por otro el paro nacional agrario. Para el analista Vicente Torrijos, “el margen de maniobra del Gobierno es tan escaso que debe apelar nuevamente al cambio de nombres pensando que va a incidir en la opinión pública, pensando que va a mejorar en las encuestas de opinión que seguramente le van a ser muy adversas y de lo cual depende el proceso de la reelección”.

Serrano señaló que “en los últimos meses se han producido una serie de reverses en que no parecieran tener un manejo coherente. Pero además cambiar los ministros a última hora, como una estrategia de reelección y hacerlo en medio de un proceso de paz es aún más cuestionable”.

Agregó que el Presidente “es un personaje muy paradójico porque a pesar de haber llevado un buen gobierno relativamente, el remate ha sido pésimo y la perspectiva de cambiar los ministros supone un nuevo aire y una nueva posibilidad para el segundo gobierno, pero eso no está garantizado”.

El paro agrario hizo presión

El nuevo revolcón que se espera obedece seguramente también a la crisis social que vive el país desde hace varios meses con el paro cafetero inicialmente, la huelga de campesinos del Catatumbo y que se hizo más grande y fuerte con el paro nacional agrario.

Para el representante a la cámara del Polo Democrático Alternativo, Iván Cepeda, ese cambio ministerial puede responder a una necesidad de transformar la orientación del Gobierno.

“Por eso más allá de hacer un balance y evaluación de los ministros y ministras, aquí lo que radica es la orientación de las políticas. El Gobierno tiene que comprender que se requieren cambios en la política económica, agraria, y en hacer compatible la búsqueda de la paz que se va a hacer en La Habana con una agenda social, pero para ello estos cambios deben obedecer a una lógica de esa reorientación y no a unos pactos de carácter burocrático y clientelistas”, dijo Cepeda.

Por su parte, la representante por el Partido Verde, Ángela Robledo, indicó que más allá de cambiar todo un gabinete, debería repensarse la forma de desplegar el gobierno y sus políticas públicas en los diferentes campos.

Sin embargo, agregó que “a estos equipos que han acompañado a Santos en estos años se les ha tachado de ser poco sensibles, conocedores de la región, poco idóneos en algunos de los campos donde desempeñan su tarea”.

Entonces… ¿De quién rodearse?

Vicente Torrijos piensa que hacen falta personalidades estrictamente técnicas en el Gobierno, “hay que dejar de jugar al protagonismo político como lo había venido haciendo, atrayendo a líderes de principales partidos como Rafael Pardo, Germán Vargas Lleras, Luis Eduardo Garzón. Todo ese juego de equilibrio de poderes a nivel burocrático lo ha desgastado inmensamente”.

El analista sostuvo que Santos dejó de lado la prioridad de tener personas que “tecnocráticamente hubieran desarrollado una agenda de Gobierno con unos indicadores de gestión muy precisos y que fueran medibles en el tiempo, a corto y mediano plazo”, por la burocracia.

Por lo que considera que ya cualquier tipo de maniobra que haga “va a tener unos efectos muy reducidos, pero podría ser el momento para dar ese giro sobre todo a lo tecnocrático, y dejar ese toque de fachada”.