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Parque Natural Sumapaz. | Foto: Alcaldía de Bogotá

Biodiversidad

“El más” es el Parque Sumapaz

En un concurso liderado por el Instituto Distrital de Turismo y la Corporación Clorofila Urbana, el parque fue elegido por los habitantes de la capital colombiana como el primer tesoro natural de Bogotá.

22 de febrero de 2014

Después de un proceso de votación popular realizado durante los dos últimos meses, Bogotá eligió al Parque Natural de Sumapaz como el tesoro natural con más belleza y biodiversidad de la ciudad.

Entre las 25 maravillas naturales, los bogotanos escogieron ayer las siete primeras. Al Parque Natural de Sumapaz le siguen el Jardín Botánico José Celestino Mutis, la Quebrada Las Delicias, la Quebrada La Vieja, la Laguna Alar Pasquilla, el Parque Ecológico Montaña Entrenubes y el Parque Ecológico Mirador Los Nevados.

Este concurso forma parte de las actividades de un programa de Turismo Social que promueve el IDT que permitirá que más de 5.000 niños entre 9 y 11 años de edad, pertenecientes a colegios distritales y de programas de atención a la infancia, residentes en la capital, descubran y recorran estos tesoros naturales como ejemplo del cambio cultural, la apropiación y el amor por el patrimonio ambiental y turístico de Bogotá.

De valor incalculable

La región de Sumapaz contiene uno de los principales ecosistemas de páramos que existen en el país. El parque está constituido por un paisaje montañoso adornado por pajonales y frailejones, e innumerables lagunas de aguas purísimas. Existen en el área protegida sitios arqueológicos precolombinos que evidencian una gran ocupación humana anterior a la llegada de los españoles.

En el Parque Nacional Natural Sumapaz se encuentran representadas dos de las principales regiones de vida de las montañas tropicales: el páramo y la zona andina. Pese a la presión de la agricultura y la ganadería sobre los bosques y páramos de la región, la fauna del Parque aún presenta especies muy representativas, entre las que se destacan el venado blanco, la danta de páramo, el tigrillo y el puma, además de muchas especies de ranas, reptiles y aves.

“Bogotá no es solo un destino turístico enfocado en las compras, los negocios o la diversión, sino que posee riquezas naturales que lo catapultan como un epicentro de turismo ecológico que apenas estamos empezando a reconocer. Esta es una de las metas que nos proponemos para este año: impulsar el turismo natural sostenible, sobre todo el de tipo rural comunitario, pero además la apropiación de una ciudadanía por una ciudad rica y diversa”, concluye Rosas Londoño.