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La adopción de nuevas fuentes energéticas es una realidad en el país y se espera que se incremente gracias a los beneficios ambientales y económicos

ENERGÍA

El sol brilla más

Aunque la pionera de las energías en Colombia es la eólica, la solar es la que ha crecido más en los últimos cuatro años.

18 de octubre de 2019

Al ver paneles solares en muchos techos de edificios, supermercados, fábricas e, incluso, en el aeropuerto El Dorado da una sensación de que las Energías Renovables No Convencionales se están tomando el mercado. Sin embargo, aunque el sol brilla para todos, aún le falta alumbrar bastante.

La capacidad de las pequeñas plantas solares no es muy significativa, tampoco la generación con biomasa, especialmente con el bagazo de caña y, aunque pionera, la última en la lista es la eólica, que se quedó con el proyecto piloto de EPM Jepirachi, en la Guajira.

Sin embargo, de granito en granito de arena, las energías limpias desde 2014 empezaron a hacer parte de la canasta o matriz energética colombiana.

Germán Corredor Avella, director ejecutivo de SER Colombia, hace una mirada por cada una de las nuevas energías limpias o verdes:

Germán Corredor Avella Director ejecutivo de SER Colombia

Solar

Hoy se encuentran en servicio cerca de 100 megavatios a partir de energía solar, pero “la energía solar tiene mucho potencial en Colombia, porque nosotros tenemos mucha radiación todo el año y todo el día en el país”, anota Corredor Avella.

Aclara, eso sí, que hay unas zonas con mejor radiación que otras, como La Guajira, la Costa Atlántica, algunas áreas de la Orinoquia, en Boyacá, Cundinamarca y Huila.

Reconoce el directivo de SER que, con la reglamentación que permitió la venta de excedentes a pequeña escala, ha habido gran interés y se han sumado muchos proyectos de pequeña escala, como colegios. “Vamos a la velocidad colombiana, un poco lentos, pero creo que esto se va a acelerar en la medida que vean más ejemplos y ahorros”, agrega.

Eólica

Jepirachi, el proyecto piloto de energía eólica en el país, de EPM (20 megavatios), aunque aporta solo 0,1% a la matriz energética, facilitó al país las primeras estaciones de medición de vientos para la exploración del potencial eólico de La Guajira y le permitió al sector y a la región conocer los determinantes técnicos, económicos, sociales y ambientales de este tipo de tecnologías.

Sin embargo, el potencial de esta energía, que muestran los mapas de la UPME, da cuenta de 2.532 megavatios de potencia en La Guajira (2.154 MW), y en el Atlántico de 378 megavatios. Se trata de zonas donde se cumple uno de los requisitos fundamentales para su desarrollo: vientos permanentes todo el año y que sus velocidades sean aceptables para mover las turbinas.

¿Y por qué no se ha desarrollado más? Para el director de SER existen varios factores para que la eólica aun no vuele a mayor velocidad.

Un problema de La Guajira es que no solo hay que pensar en generar la energía, sino en cómo transportarla, porque en esta región no hay demanda. Esto implica la construcción de líneas de transmisión y, aunque la UPME hizo una convocatoria para construir la primera línea, se han presentado dificultades porque hay que hacer consulta previa, al atravesar zonas indígenas. Y crear una segunda línea podría conllevar 4 o 5 años.

Otras zonas interesantes son la costa Atlántica (Magdalena y Bolívar, aunque con menos viento). Y en el interior, según SER Colombia, hay potencial en los Llanos y cerca de Villa de Leyva, pero allí el problema es la logística del transporte de las máquinas de los aerogeneradores, tarea que no es sencilla, pues una torre de generación eólica mide entre 120 y 140 metros, más las aspas, serian 180 metros.

Biomasa

Colombia también tiene un potencial enorme con este tipo de energía, que consiste en aprovechar todos los desechos agrícolas como cascarilla, café, bagazo, basuras, así como los avícolas, porcinos y ganaderos.

Cualquier explotación agrícola sirve, aunque esta fuente también puede significar cultivos especializados en biomasa. “Se cultivan unas plantas con ese propósito”, explicó el directivo del gremio de las ERNC.

El año pasado, aunque solo en bagazo de caña de los principales ingenios del país se generaron 141 megavatios, que se suman a los 6 megavatios de biogás, el país tiene un gran potencial, pero el hecho de tener agua, sol y viento, ha hecho que se deje esta opción ‘para más tarde’.

Otra de las opciones menos conocida en Colombia es la geotérmica, que se obtiene del calor del interior de la tierra y que se empezó a estudiar, desde hace 40 años, gracias a una misión de japoneses.

El que más avanzó fue el del volcán del Ruíz, con Isagen. Pero un proyecto de geotérmica es similar a uno de hidrocarburos, solo que este saca vapor, y esta actividad implica más inversión y permisos especiales.

Y, aunque las energías no convencionales van a buen paso, hay que tener en cuenta que estas son variables porque el viento cambia, al igual que el sol –por las nubes–, y esto se debe tener en cuenta para no afectar la calidad. Por ello, se deben hacer adecuaciones en las normas operativas.

Por ejemplo, el mercado colombiano no tiene transacciones en el día, solo del día anterior, y como nunca se sabe cómo va a estar el sol o el viento, deben crearse ‘mercados intradiarios’ que permitan hacer ofertas cada dos o tres horas) y así acertar más.