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El alcalde electo de Bogotá, Gustavo Petro, tiene los días contados para conformar su equipo de trabajo. Son 12 Secretarías y más de 50 entidades. | Foto: Archivo Semana

Bogotá

El sonajero de Gustavo Petro

Con hombres de izquierda, como Antonio Navarro Wolf y Daniel García-Peña, estaría conformado el gabinete del nuevo Alcalde de Bogotá. Estos son los más opcionados.

23 de noviembre de 2011

Quienes conocen a Gustavo Petro dicen que su mayor virtud es que no le corre sangre por las venas. Les sorprende que siempre se muestre imperturbable, incluso ante las circunstancias más adversas. Hoy, sin embargo, algunos saben que el reto que le espera al frente de la Alcaldía de Bogotá le ha despertado una inocultable ansiedad. Un sentimiento que espera aplacar en Estados Unidos o Europa, donde pasará la Navidad y tomará una decisión crucial para la capital: conformar su equipo de trabajo.

Sabe perfectamente que de su buena elección dependerán, en gran medida, sus resultados. Que, entre otras cosas, tendrán que empezar a verse pronto. El compás de espera que le abrirán los bogotanos a Petro no será muy largo pues, aunque tiene un mandato legítimo, para muchos no es lo suficientemente sólido porque está representado en tan solo 30% de los electores. Eso significa que el otro 70%, que a la larga es la fracción de los escépticos de un nuevo gobierno de izquierda en Bogotá, podría comenzar a pasarle cuentas de cobro desde muy temprano.

Para evitar una letanía de críticas antes de lo previsto, la comisión de empalme del Alcalde electo está concentrada en trazar el derrotero de los primeros 100 días de gobierno. Un documento que deberá estar en manos de Petro antes de que empiece diciembre y en el cual quedarán consignadas las principales misiones del mandatario local. Entre tanto, sus hombres de confianza aprovechan el tiempo para mencionarle al oído los nombres de algunas personas que, a su juicio, podrían contar con los pergaminos para liderar los cargos más importantes del Distrito.

Son 12 secretarías y más de 50 entidades. Casi todas igual de importantes. No obstante, si el nuevo Alcalde quiere meterle el acelerador a fondo a sus promesas de campaña, deberá prestarles especial atención a trece nombramientos: los secretarios de Gobierno, Movilidad, Hacienda, Salud, Educación, Hábitat, Ambiente y Planeación; los directores del IDU y la Empresa de Renovación Urbana (ERU); y los presidentes de la ETB y las empresas de Acueducto y de Energía.

Sobre los directivos de cada una de esas carteras recaerá la responsabilidad de hacer realidad el ambicioso programa de gobierno de Petro. El chicharrón más grande, por ejemplo, quedará en manos del nuevo Secretario de Movilidad, quien tendrá que definir el futuro del Metro, el Transmilenio y el Sistema Integrado de Transporte. No menos complicada será la misión del Secretario de Educación: abrir 1.000 jardines infantiles y 100 megacolegios.

Para lograrlo, más allá de lo técnico, los nuevos funcionarios deben cumplir con un requisito imprescindible: capacidad gerencial. Y es ahí donde puede flaquear el Alcalde, pues, aunque todavía no ha hecho ninguna designación oficial, los nombres que está barajando tienden a inclinar la balanza hacia la orilla de lo académico y lo político. Una mezcla interesante pero no suficiente para hacerle frente al gran desafío de la ciudad, que no es nada distinto a ejecutar.

Las cartas del juego
La baraja de nombres sobre la mesa de Petro tiene un común denominador: la izquierda. La gran mayoría de sus eventuales funcionarios ha militado en algún movimiento afín a esa doctrina y sus cimientos políticos han estado basados, hasta cierto punto, en las teorías del socialismo.

Es el caso de Antonio Navarro Wolf, actual gobernador de Nariño, y probablemente el próximo secretario de Gobierno de la ciudad. De ser así, podría convertirse en la ficha clave de Petro. Por un lado, sería el encargado de tender puentes de comunicación entre la Administración Distrital y el Concejo, además de ser el escudero de los proyectos del Alcalde, muchos de ellos seguramente blanco de futuros reparos por parte del Cabildo. Y, por el otro, tendría bajo su control las políticas de seguridad de la capital.

Otro nombre que suena con fuerza es el del concejal del Polo Guillermo Asprilla, ex coordinador de la campaña de Petro y un avezado abogado que se mueve como pez en el agua en temas de salud y medio ambiente. Es el más firme candidato a liderar la Secretaría de Salud, desde donde deberá reabrir el hospital San Juan de Dios, y poner en marcha la EPS Capital Salud, por mencionar solo algunas de sus tareas.

Daniel García-Peña, por su parte, sería el secretario general. El hombre más cercano al Alcalde y casi la voz de su conciencia. Pero, de no ser así, podría abanderar la política de restitución de tierras planteada por Petro, de la cual se beneficiarían unos 600.000 bogotanos. Su experiencia en derechos humanos encaja con el perfil que busca el Alcalde para esa misión.

Las carteras de Hábitat y Planeación, encargadas de hacer realidad las 56.000 soluciones de vivienda que prometió el alcalde electo y redensificar el centro de la ciudad, quedarían cubiertas por María Mercedes Maldonado y Consuelo Ahumada, respectivamente. Dos expertas en esa materia y pertenecientes a las tropas de Petro desde su época de parlamentario.

Para la Secretaría de Movilidad y el cuestionado IDU, toman cada vez más visibilidad Fernando Rey y María Fernanda Rojas, respectivamente.

La lista de opcionados es interminable. Y también sus perfiles. Por eso, ahora que está enfocado en seleccionar a los funcionarios de su gabinete, Gustavo Petro deberá actuar con la sangre fría que siempre lo ha caracterizado, si quiere escoger a los mejores. Ojalá no se deje llevar por sus simpatías partidistas y actúe bajo los criterios que exige la ciudad.