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El consenso

Ante la turbulencia externa, no solo el gobierno cambió sus proyecciones. También lo hicieron los analistas privados.

3 de agosto de 2001

En esta quinta publicación que hace Dinero de las proyecciones macroeconómicas de los analistas de mayor prestigio tanto internacional como nacional, así como de diversas filiaciones políticas, la nota sobresaliente ha sido la revisión hacia abajo de la proyección de crecimiento, particularmente, por parte de todos los analistas colombianos. En esto hay una gran coincidencia con el gobierno, que también acaba de reducir la meta en 1,4 puntos porcentuales, de 3,8% a 2,4%. La razón: la conjunción de problemas locales como la menor exportación de petróleo y café, y la violencia, con el deterioro de la economía argentina. Mientras que en septiembre del año pasado había quienes pensaban en un crecimiento de la economía colombiana en el 2001 de 4%, hoy los más optimistas lo estiman en 3%, a la vez que los más pesimistas están previendo un crecimiento de 1,5%. Paradójicamente, el bajonazo en las proyecciones no ha sido tan fuerte por parte de los extranjeros. Con excepción de Goldman Sachs y JPMorgan, que prevén un crecimiento de 2% y 2,3%, respectivamente, el resto aún considera que la economía colombiana podría crecer alrededor de 2,8%. De hecho, el promedio de los extranjeros es de 2,7%, mientras que el de los colombianos es de 2,2%.

Por otro lado, las perspectivas para el 2002 son mejores. El consenso aquí es de un crecimiento de 3,5% para los extranjeros y de 2,9% para los analistas locales. El promedio en conjunto es de 3,2%.



El mayor consenso entre todos los analistas se ha logrado en torno a la inflación. Aquí, la divergencia entre extranjeros y locales es mínima, 8,9% frente a 8,6%. En realidad, en este tema no se espera ninguna sorpresa y mucho menos desde cuando el gobierno anunció que monetizaría US$1.000 millones en el último semestre en aras de mantener la tasa de cambio bajo control. Las expectativas de inflación para el 2002 son hacia la baja desde la perspectiva de los colombianos, pero estática desde la perspectiva de los extranjeros.



La tasa de cambio, por su parte, se ha comportado acorde con la decisión del gobierno de mantenerla en un rango razonable y, bajo este escenario, no hay divergencias importantes entre las proyecciones de los analistas, pues la proyección de los extranjeros y los nacionales está muy cerca, $2.455 frente a $2.450 por dólar. De igual forma, para el 2002 no se esperan grandes sobresaltos en el tema cambiario, aunque si se llegara a producir una cesación de pagos de la deuda pública argentina o si se siguieran teniendo más frustraciones en materia petrolera, las cosas podrían cambiar drásticamente.



En el tema fiscal, el gobierno ha venido ganando credibilidad sobre la posibilidad de cumplir efectivamente la meta de déficit consolidado de 2,8% que acordó con el FMI. Claro está que este logro se debió más al exitoso swap de deuda que permitió posponer hasta el 2005 los pagos de la deuda que a una reducción efectiva en el nivel de gasto del gobierno. Para el año que viene, los analistas, sin embargo, están menos condescendientes con el gobierno. Unicamente, Javier Fernández y Suvalor le creen al 1,8% de déficit acordado con el FMI.



Para todos, el tema del desempleo sigue siendo el más complicado. Ninguno de los analistas prevé una mejoría en este tema, sino que, por el contrario, a medida que bajan su proyección de crecimiento aumentan la de desempleo. Este espinoso tema no se puede seguir posponiendo.