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| Foto: Getty Images

OPINIÓN

Cooperar, confiar, crear, cambiar y conquistar

La confianza es el lubricante social que reduce los costos de transacción de la sociedad, aminora la incertidumbre y la vulnerabilidad. Un análisis de Oswaldo León Gómez, líder de la Plataforma Solidaria Confiar.

24 de abril de 2019

Con el propósito de que la gente crea y confíe en ella misma y en el país, la Agencia Usaid y la ONG Acdi-Voca Colombia, lanzaron la campaña Confía, con el objetivo de impulsar reflexiones y acciones que nos permitan a los colombianos transformar nuestras actitudes y avanzar hacia una sana convivencia. Para tal fin se adelantó un estudio con 11.966 personas en 41 municipios y una de las mediciones, la que incluyó el eje de la confianza, arrojó los siguientes resultados:

El 86% de los encuestados no confía en las instituciones del Estado; el 83% no confía en el sector privado; el 84% no confía en los medios de comunicación; el 73% no confía en sus vecinos.

Las cifras son tan desalentadoras que las instituciones que mejor paradas salen en la medición no pueden decir que reúnan la confianza mayoritaria, sino que tienen menores índices de desconfianza. Entre ellas están la Iglesia, en la que confían el 28% de los encuestados, el Ejército Nacional con el 18% y la Policía con el 15%.

En cuanto a las respuestas que manifiestan que no se confía nada, muy poco o ni mucho ni poco —podríamos decir “no confianza”— en instituciones claves para la estabilidad democrática y política, las cifras son abrumadoras: los partidos políticos y movimientos sociales alcanzan un 92%; los sindicatos, 90%; las gobernaciones y alcaldías, 87%; y los  jueces y fiscales, 88%.

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Resulta entonces necesario preguntarnos en qué país vivimos y cómo funciona en un escenario de tanta desconfianza, si la confianza es lo que le permite a cada quien estar más o menos seguro de que la otra persona va a cooperar con él, que  actuará de acuerdo con sus intereses para construir bienestar individual y colectivo. La confianza es el lubricante social que reduce los costos de transacción de la sociedad, aminora la incertidumbre y la vulnerabilidad.

Confiar, como valor y verbo, traza un camino extraordinario para construir sociedades con mayores certezas. La confianza de unos con otros hace posible hasta lo imposible, llena la vida de esperanza y nos quita el miedo. Pero hoy la confianza está fracturada; aquellos que solo buscan generar inseguridad y reducir las certezas llevan al país por un camino ciego y oscuro, el de la mentira.

La confianza es un factor de seguridad, solo el que confía en lo que hace, en sus capacidades y en el otro está seguro. ¿Cómo reaprender cómo se construye, cómo se administra, cómo se mantiene, cómo se restaura y se multiplica la confianza?

Raro país es Colombia, donde esa asimetría creada por la desconfianza nos lleva  a la polarización extrema, pues a la pregunta de si se sienten orgullosos de ser colombianos, el 92,1% de los ciudadanos contesta inequívocamente que sí.

La diferencia está en confiar, pero ¿cómo comunicar diferente para afianzar la confianza?, ¿cómo inventar y reinventar espacios, encuentros, imágenes, rituales, palabras, trinos, postales, símbolos, formas y maneras de hacer visible y creíble  el poder y el valor inmenso  de la confianza?

Por: Oswaldo León Gomez, Lider de la Plataforma Solidaria Confiar

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