MARIA ALEJANDRA GONZALEZ-PEREZ

El papa Francisco y su Laudato Si’

“Mientras la humanidad del período post-industrial quizás sea recordada como una de las más irresponsables de la historia, es de esperar que la humanidad de comienzos del siglo XXI pueda ser recordada por haber asumido con generosidad sus graves responsabilidades”, (Papa Francisco, 2015, Laudato Si’: 165).

Maria Alejandra Gonzalez-Perez, Maria Alejandra Gonzalez-Perez
10 de septiembre de 2017

La encíclica Laudato Si’ presentada en junio del año 2015 consta de 192 páginas sobre la responsabilidad que tenemos frente al cuidado del medio ambiente.

En este documento, el papa Francisco hace un enfático llamado con connotaciones no solamente religiosas sino políticas, económicas y sociales donde claramente responsabiliza al consumismo y al desarrollo inconsciente e irresponsable de la degradación ambiental y del calentamiento global.

Esta contundente posición causó reacciones donde se evidenció la polarización entre algunas fracciones de políticos conservadores que cuestionan los argumentos científicos acerca del cambio climático y los riesgos ambientales por antropogénesis, y por otro lado fortaleció las posiciones universalistas en pro de asumir una responsabilidad gubernamental, empresarial e individual para la mitigación y adaptación al cambio climático en alineación con el acuerdo de Paris (COP21) sobre el cambio climático en diciembre 2015, y claramente en armonía con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la agenda al año 2030 aplicables a todas las naciones del mundo.

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“¿Para qué pasamos por este mundo?, ¿para qué vinimos a esta vida?, ¿para qué trabajamos y luchamos?, ¿para qué nos necesita esta tierra? Por eso, ya no basta decir que debemos preocuparnos por las futuras generaciones. Se requiere advertir que lo que está en juego es nuestra propia dignidad. Somos nosotros los primeros interesados en dejar un planeta habitable para la humanidad que nos sucederá. Es un drama para nosotros mismos, porque esto pone en crisis el sentido del propio paso por esta tierra”  (Francisco, 2015: n.165).

Las posiciones expuestas en Laudato Si’ tienen un nítido propósito de buscar movilizar la voluntad política de los gobernantes hacia la consciencia humana, y a actuar decidida e inmediatamente por el planeta, y por los más pobres; ya que “la interdependencia nos obliga a pensar en un solo mundo, en un proyecto común”, (Francisco, 2015: n. 164). En Laudato Si’, el Papa Francisco, pronuncia que “el cambio climático es un problema global con graves dimensiones ambientales, sociales, económicas, distributivas y políticas, y plantea uno de los principales desafíos actuales para la humanidad. Los peores impactos probablemente recaerán en las próximas décadas sobre los países en desarrollo” (Francisco, 2015:25).

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Esta perspectiva fue robustecida y enfatizada en  el discurso de su santidad el papa Francisco en el marco del lanzamiento de los ODS el 25 de septiembre de 2015 ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en donde claramente se sintoniza con el mensaje de la agenda 2030 de “no dejar a nadie atrás”, y pide a los jefes de gobierno hacer  “todo lo posible a fin de que todos puedan tener la mínima base material y espiritual para ejercer su dignidad y para formar y mantener una familia, que es la célula primaria de cualquier desarrollo social. Este mínimo absoluto tiene en lo material tres nombres: techo, trabajo y tierra; y un nombre en lo espiritual: libertad de espíritu, que comprende la libertad religiosa, el derecho a la educación y todos los otros derechos cívicos”.