OPINIÓN ONLINE

Un mundo sin dinero en efectivo

La bancarización del sistema financiero colombiano no avanza al paso que muchos predijeron, pero sin duda alguna es irreversible.

Christian Onetto
20 de abril de 2016

Y su impacto sobre la economía, la productividad y la forma de transar en diferentes sectores económicos y productivos también transformará el mundo como lo conocemos, aunque también represente desafíos significativos.

Tal conversación toma especial relevancia en tiempos en que el Gobierno Nacional está emitiendo un nuevo paquete de billetes, incluyendo el de 100 mil pesos, al mismo tiempo en que el sector TI y la banca aumentan su interés por estimular mundos hiperconectados entre cosas y personas, en el que naciones enteras pueden celebrar sus relaciones comerciales completamente a través del escenario digital.

Esto es un sueño posible en Colombia. A finales de 2015 Concepción, un municipio ubicado en Antioquia, se convirtió en la primera población del país en desarrollar un sistema en el que se utiliza el dinero electrónico para las actividades cotidianas. Esto, para sus 4.500 habitantes, incluyó desde las compras en tiendas hasta el pago de servicios.

La presentación del piloto, liderado por Davivienda, la Asobancaria y la Banca de Oportunidades, mostró que es posible un escenario de este tipo no solo en naciones europeas o americanas, sino también en las latinoamericanas.

Lograrlo demandará de altos estándares de seguridad, de redes eficientes, de parámetros y estándares más altos de protección digital, con una vigilancia inteligente y permanente. Esto, al final, se traduce en mayor velocidad calidad y una protección que debe superar una visión puesta en un antivirus, en un candado frente a la puerta de entrada, y demanda protección para todos los escenarios, en todos los puntos de contacto y gestión.

Luego el camino también es largo en la educación de las personas, en estimular el sistema con beneficios directos en la facilidad, la practicidad, la experiencia y su economía, pero sin duda es fundamental dentro de una visión de ciudades conectadas, donde hacerlo permitirá una reducción en los costos, una mejor vigilancia del uso legal de los recursos, una facilidad en la integración con servicios, facilidades o beneficios, entre otros.

Como en la mayoría de las iniciativas de esta envergadura, se necesita que sigan avanzando los esfuerzos de los sectores público y privado por igual, en medio de dinámicas comerciales sin fronteras, con sumas cada vez más importantes y otras características que al final pueden estimular que un mundo sin dinero en efectivo sea posible, y que Colombia sea uno de los primeros países en levantar la mano para mostrar su innovación y crecimiento a través de este tipo de iniciativas.

Tenemos el talento, la tecnología, el interés. Si el camino sigue como va, es cuestión de tiempo.