OPINIÓN ONLINE

¿Puede la digitalización recuperar el pulso de la salud en Colombia?

La tecnología y más exactamente correr hacia la digitalización del sector salud es un tema imprescindible ante la innegable tendencia que nos mueve en la actualidad.

Christian Onetto
16 de marzo de 2016

La atención de la salud en Colombia requiere convertirse en una operación de alta eficiencia y perfil empresarial, propósito que demanda el uso eficiente de los recursos físicos y humanos, de la mejor gestión posible, pero también de una adopción tecnológica integral en los procesos. Uso de tecnología que haga posible mejorar la administración interna de los procesos, ingresos e información, pero que principalmente impacte el manejo, atención y servicio que se les da a los pacientes.

Desde la visión de la tecnología corporativa moderna, uno de los imperativos para este propósito es el de la digitalización como soporte para que las compañías puedan dar prioridad a la atención de los pacientes al tiempo que son capaces de realizar sus negocios de manera más eficiente, proveyendo nuevas herramientas para que la fuerza de trabajo haga bien su trabajo y sus clientes (pacientes) obtengan el mejor servicio posible.

La tecnología y más exactamente correr hacia la digitalización del sector salud es un tema imprescindible ante la innegable tendencia que nos mueve en la actualidad. Según datos de Cisco, para 2020 habrá 500 mil millones de objetos conectados, el tráfico de IP se multiplicará por tres y habrá un aumento del 40% en las comunicaciones M2M, panorama que evidencia la manera cómo el mundo tiende hacia convertirse en digital como un estándar mínimo, como requisito para hacer parte de la interacción de productos y servicios no solo en Colombia, sino a escala internacional.

Para los hospitales y clínicas esto podría comenzar con almacenar una historia clínica digital nacional, pero extenderse a mejores procesos de atención, de manejo de información, de atención remota, de cruzar esa información con otros datos disponibles para analizar, generar variables, conclusiones y permitir la toma de decisiones.

Así mismo, podría permitir establecer de manera más sencilla patrones y correlaciones con enfermedades presentes en la familia, así como abrir las puertas a procesos de telemedicina más reales, entre muchas otras ventajas.

Hacerlo con un alcance y propósito país mejoraría de manera radical los indicadores de prestación de servicios en salud, calidad, alcance, eficiencia y precisión, en un sistema capaz de entregar mayor claridad y vigilancia, incluso si uno lo considera de cara a sectores hermanos como sucede en el nicho pensional.

Además, la aplicación de estos principios impacta de manera veloz en la reducción de costos y complejidades, sin olvidar que permitirán un control más seguro de la información clínica, uno de los derechos más sagrados de los pacientes.

Sin duda alguna los datos son oro y las empresas deben saber manejar, gestionar y aprovechar ese valor en beneficios para todas las partes por igual. Esto no solo para aquellas privadas con socios e indicadores permanentes, sino también y sobre todo, para las que prestan servicios a la sociedad en temas esenciales para su desarrollo, donde el sector salud debe ser uno de los abanderados en la transformación que la tecnología le propone a través de sus posibilidades para mejorar de manera radical y definitiva los estándares de atención conocidos hasta el momento.