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Panamá: enseñanzas de un vecino que alguna vez decidió ser país

Más allá de aprender sobre transporte y logística, de sorprenderse con el tamaño de las grúas, lo volúmenes de contenedores en los patios, la infraestructura considero interesante resaltar algunos elementos que se constituyen en enseñanzas. Opinión de Cristina Robledo Ardila.

Dinero
13 de febrero de 2012

Panamá existe como estado independiente desde 1903, cuando firmó con los Estados Unidos el Tratado Hay Bunau-Varilla, que dio también como resultado el comienzo de la construcción del Canal de Panamá en 1904.

Después de atravesar por una gran variedad de crisis, invasiones y acontecimientos históricos muy nombrados que culminan con la entrega del Canal y las bases militares de Estados Unidos, Panamá es finalmente hoy un estado independiente, con una economía próspera y una gran actividad comercial impulsada innegablemente por la existencia del Canal. Con menos de 4 millones de habitantes, las principales actividades económicas están relacionadas, directa o indirectamente, con el Canal de Panamá incluyendo servicios logísticos, bancarios, comercio y las operaciones que muchas empresas han establecido en Zona Franca.

Pero más allá de aprender sobre transporte y logística, de sorprenderse con el tamaño de las grúas, lo volúmenes de contenedores en los patios, la infraestructura y lo buenos precios para comprar, considero interesante resaltar algunos elementos apreciados en un reciente viaje a Panamá realizado con fines académicos, que se constituyen como enseñanzas de este vecino país:

• De carga que transita por el canal y los puertos panameños, solo el 15% se va para Estados Unidos y otros destinos, el 85% tiene como destino países en América Latina y el Caribe. Esto implica que el Canal de Panamá se constituye como una competencia directa para los puertos colombianos, aunque algunos dirían que realmente nuestros puertos aún no están en condiciones de competir en este sentido.

• La atracción de grandes multinacionales con base en las exenciones de impuestos, no es una estrategia que se aplique indiscriminadamente. En ciertas zonas como APP (Agencia Panamá Pacífico), las exenciones están reservadas para usuarios (empresas) generadoras de conocimiento y tecnología. Es decir, en esta zona una empresa con actividades de maquila, podría establecerse pero no podría aspirar a conseguir los beneficios arancelarios, ya que estos serán otorgados solamente a empresas con actividades que contribuyan a mejorar el nivel de conocimiento, tecnología y capacitación de la fuerza laboral panameña. Entre las actividades que pueden aspirar a una exención del 100% están: call centers, back office, empresas off-shore, investigación, producción de cine, reparación y reconversión de aeronaves, servicios a pasajeros y aeropuertos, y servicios a naves (barcos) y pasajeros que pasan por el Canal. Esto implica que Panamá tiene claro qué actividades aportan a la generación de empleo y cuáles contribuyen a su desarrollo.

• Así mismo, los expatriados son bienvenidos y para ello la Ley 41 del 2004, ha establecido una serie de beneficios migratorios, laborales y aduaneros. Sin embargo, el ingreso de personal extranjero al país, está condicionado a la transferencia de conocimiento a la fuerza laboral local por medio de programas de capacitación y entrenamiento. Gracias a esta estrategia hoy son algunos panameños quienes son expatriados para participar en operaciones de multinacionales en otros países, principalmente en actividades relacionadas con la logística y el transporte.

• Bajo esta misma ley, las empresas pagan solo un 50% de sobrecostos por el tiempo extra trabajado por sus empleados, lo cual contribuye a mejorar la eficiencia; además, el domingo se considera un día hábil, permitiendo flexibilizar la jornada laboral. Sin embargo, con el ánimo de proteger también los intereses de los empleados panameños, se exige a las empresas que se acogen a esta ley, pagar salarios por encima del promedio a sus empleados con el fin de garantizar su bienestar. De esta manera se busca mejorar el nivel de vida de los empleados y sus familias.

• Entre las ventajas o atractivos que la legislación panameña ha desarrollado con el fin de atraer grandes multinacionales que operen allí, está también el hecho de flexibilizar los trámites migratorios, lo cual, como lo expuso mi colega Dr. Alexander Wollenberg en su columna en Dinero.com “Impressions about Colombian bureaucracy”, bien pueden constituirse como un obstáculo en este proceso.

• El ferrocarril de Panamá, lejos de considerarse como un medio de transporte obsoleto, es también llamado “el canal seco”. La vía férrea construida entre 1850 y 1855, es considerada por algunos como el primer paso que dio Estados Unidos para “arrebatarnos” a Panamá (Poveda, 2004), ya que el tren interoceánico permite transportar mercancías entre los dos océanos en un recorrido de 47 millas. En 1998, para mejorar la competitividad de este medio de transporte (de pasajeros y carga), que había sido inicialmente concebido para transporte de oro, se otorgó una concesión por 50 años a Panama Canal Railway Company, quien inició grandes inversiones para actualizar su infraestructura. Hoy el ferrocarril se constituye como una excelente alternativa para compañías que buscan optimizar el uso de su flota y consolidar la carga que debe transitar entre los dos océanos.

Por otro lado, y una vez más me es imposible abandonar mi posición de docente, llama la atención la ausencia de los temas ambientales en las diversas visitas realizadas. Los panameños y sus entidades se enorgullecen de esta magnífica operación, de tener uno de los más altos índices de centralidad (Betweennes index), y de tener en sus manos un alto porcentaje de las mercancías que se comercializan a nivel internacional. Para asegurar su competitividad y crecimiento, el Canal tendrá que ser ampliado con la construcción de un tercer juego de esclusas (actualmente hay 3 esclusas que se consideran 2 juegos), el centro de negocios de panamá contará con nuevos y modernos edificios, y numerosas obras de infraestructura serán desarrolladas.

Para que dicho crecimiento sea una realidad, será (y lo es actualmente) necesario deforestar e inundar extensas áreas, e incluso ganarle terreno al mar para construir nuevos patios de contenedores en unas zonas y grandes edificios en otras. El daño ambiental es inconcebible, y si bien es cierto que no puede evitarse al 100% (desde una perspectiva de crecimiento y desarrollo económico), también es cierto que, desde mi experiencia, los términos sostenibilidad, huella de carbono y compensación poco o nada se mencionan al hablar de estos temas.


 * Docente de la Universidad Eafit