Maduro resiste a pesar de la presión

Desde que Guaidó se autoproclamó presidente interino de Venezuela, se ha creado un empuje coordinado para derribar a la dictadura de Maduro. Millones de venezolanos han demostrado su apoyo. Unos 50 países, principalmente de América y Europa, han reconocido al Gobierno putativo de Guaidó basándose en que el segundo mandato de Maduro, que comenzó el mes pasado, es producto de unas elecciones fraudulentas.

La esperanza es que todo esto persuada a las fuerzas armadas para que retiren su apoyo a Maduro, clave principal para su derrocamiento. Algunos oficiales, incluidos generales de la fuerza aérea, han respaldado a Guaidó, pero hasta ahora, el alto mando se ha mantenido leal. Maduro es desafiante: "El golpe de Estado que querían ha fracasado y no se han dado cuenta". Cuanto más dure el enfrentamiento, mayores serán los riesgos. Uno es que una administración estadounidense frustrada recurra a la fuerza militar, algo que Trump dice que “sigue siendo una opción". El otro es que Maduro sobreviva en el cargo, pero que gobierne en un páramo.

La estrategia de Guaidó y Trump está ampliamente respaldada por los países latinoamericanos del Grupo de Lima, también por Canadá y gran parte de la Unión Europea. Todo está orientado a animar al ejército de Venezuela para que se voltee. El incentivo es una amnistía aprobada por la Asamblea Nacional para el personal militar y civil que actúe "a favor de la restitución de la democracia".

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Hay sanciones estadounidenses destinadas a asfixiar económicamente el régimen de Maduro. Estados Unidos ha sido casi el único pagador en efectivo del petróleo venezolano. El Gobierno estableció el 28 de abril como una fecha límite para que los estadounidenses dejen de negociar con el monopolio estatal del petróleo de Venezuela. Hasta entonces, desviará los pagos por petróleo a una cuenta reservada para un futuro gobierno democrático. Las sanciones son severas: varias docenas de petroleros se encuentran inactivos en Maracaibo, la capital petrolera de Venezuela.

Según The Economist, el truco consiste en actuar como si Guaidó estuviera manejando el país. Trump ignoró la ruptura de relaciones diplomáticas de Maduro. Ahora está organizando la llegada de ayuda humanitaria para la población entregando alimentos en Cúcuta. Maduro rechaza esto y dice "no somos mendigos". Marco Rubio, senador republicano influyente en la política de Trump, espera que esto obligue al ejército a elegir entre "ayudar a que la comida y las medicinas lleguen o ayudar a Maduro". El ejército ha bloqueado los primeros envíos.

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¿Qué pasa si Maduro no se pliega? Todavía tiene apoyo de Cuba, Rusia y Turquía, así como de los comandantes militares. Algunos en Venezuela todavía creen en su socialismo tropical. Otros se mantienen leales por miedo o porque se han enriquecido con la corrupción. Sus oponentes han subestimado durante mucho tiempo la determinación del régimen para aferrarse al poder. A algunos les preocupa que haya demasiado palo y poca zanahoria: al finalizar la cooperación militar con Venezuela, los miembros del Grupo de Lima han cerrado un canal de comunicación con el alto mando (el ejército de Brasil no ha seguido a su Gobierno en esto). Las sanciones acelerarán el colapso de la economía, lo que provocará que más venezolanos emigren.

Los opositores de Maduro no tienen un plan B creíble aún. Casi nadie en América Latina quiere acción militar. El riesgo de ello llevó a la UE a establecer un "grupo de contacto" para facilitar "una solución pacífica y democrática". Muchos extranjeros piden un compromiso en el que el Gobierno de Maduro juega un papel primordial para lograr unas elecciones presidenciales libres. A Maduro se le ofreció un trato similar el año pasado y lo rechazó. La Asamblea Nacional rechaza "cualquier conversación o grupo de contacto que prolongue el sufrimiento de la gente".

Venezuela tiene los cimientos de una crisis internacional más amplia. Sometido a tal presión financiera sostenida, Maduro podría ceder en cualquier momento…

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