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Fusiones y adquisiciones empresariales como resurgir de estrategia

Ante la búsqueda del crecimiento sostenido empresarial, los directivos y juntas directivas recurren a estrategias varias que logren impactar positivamente su rentabilidad, como la fusión o adquisición de compañías.

Raúl Ávila Forero
29 de julio de 2016

Según un reporte del Harvard Business Review, entre los años 80 y los 90, los fracasos en procesos de fusiones y adquisiciones oscilan entre el 70% y el 90%. Al parecer, se subestimaba en ese entonces la complejidad de estas dos estrategias empresariales, dado que no es fácil integrar dos culturas organizacionales, en ciertas ocasiones no se establece una comunicación clara entre los intereses de los stakeholders relacionados, la regulación financiera no se adecúa al nuevo negocio, o no hay equilibrio en la gestión de los activos tangibles e intangibles, entre otras causas.

Esta tendencia al fracaso en estos procesos ha cambiado, aunque los temores se mantienen. En esencia, la preocupación fundamental al recurrir a las fusiones y adquisiciones es la pérdida de valor para los accionistas. Esto se fundamenta, para la mayoría de los casos, en el exceso de confianza de los ejecutivos que encabezan este tipo de negocios dado que no identifican oportunamente las sinergias corporativas, y no realizan un adecuado seguimiento a los resultados que se generan. Sin embargo, estas estrategias siguen siendo las opciones del día a día para miles de empresarios que buscan el crecimiento y prosperidad de sus compañías.

En América Latina se ha registrado una disminución en fusiones y adquisiciones en casi el 70%, con respecto al año anterior, producto de la débil situación económica mundial, y de las expectativas conservadoras de crecimiento orbital en el mediano plazo. En el primer trimestre de 2016, se completaron 198 acuerdos por concepto de fusiones y adquisiciones en el mercado latinoamericano, con una inversión total de US$20.317 millones aproximadamente. Brasil lideró la lista con 92 acuerdos por US$1.782 millones y en segundo lugar aparece México con 20 acuerdos por US$2.761 millones. En el caso colombiano, se registró un valor total US$2.580 millones, ocupando el cuarto lugar con 12 acuerdos realizados. Dentro de los sectores que lograron mayor cantidad de transacciones se encuentra los de consumo masivo, servicios financieros y manufactura.

En términos de capital, los principales inversores de todas las operaciones realizadas en Colombia fueron de origen latinoamericano con una participación del 42%. El 34% refiere a capital norteamericano y el 16% corresponde a capital de Europa, Asia y Oceanía. Los principales sectores en los cuales se desarrolló actividad de fusiones y adquisiciones a nivel nacional fueron consumo masivo, y energía y recursos.

A pesar del bajonazo del último año, los negocios que se han dado en la región han implicado variados valores agregados a diferentes firmas mundiales. En el ranking latinoamericano, la compañía asesora en tema de fusiones y adquisiciones que se lleva el primer lugar es la británica Rothschild que asesoró a la compañía Femsa (México) en la adquisición del 60% de Sofocar, el operador de farmacias más grande de Chile y propietario de la cadena Farmasanitas en Colombia. Además, ayudó al Grupo Éxito en la adquisición del 18,8% del Grupo Pão de Açúcar (Brasil) y en la compra de la cadena Libertad (Argentina). Así, la dinastía Rothschild encabeza la lista con un valor aproximado de US$3.650 millones.

Por otro lado, Inverlink participó en la venta del 56,7% de Isagen a la canadiense Brookfield Asset Management, la transacción que se catalogó como la mayor compra registrada en América Latina durante el primer trimestre de 2016.

Bajo este panorama, la estrategia ha dado éxito dado que se crean excelentes oportunidades para que las compañías expandan sus operaciones, a nivel nacional e internacional, y así empiecen a ganar una mayor participación en el mercado de sus bienes o servicios. En el caso colombiano, la búsqueda de un acuerdo de paz lograría mayores transacciones empresariales, dado que se genera una confianza inversionista más alta y, como resultado, mayor movimiento de capital extranjero.

Variados analistas proyectan que las fusiones y adquisiciones de empresas en las economías emergentes lograrían una mayor participación en el total de negocios globales, incrementándose hacia un 21% para el año 2018. Esta estimación se debe a la gran acumulación de liquidez de varios bancos, especialmente los estadounidenses y los europeos, gracias al dinámico precio del dólar que, a su vez, ayuda en la adquisición de nuevas empresas en mercados emergentes.

Dentro de estas proyecciones de futurología, se piensa que México y Colombia tendrán un mejor desempeño en términos de fusiones y adquisiciones en la región latinoamericana. Es claro, dado nuestros desafíos como país ante un postacuerdo, que se debe negociar con suma precaución la propiedad de varias empresas nacionales, pues está en juego la reputación del sector empresarial colombiano y el patrimonio de todos los conciudadanos.