Columnista On-line

¡Francisco: Primera impresión!

Casi nunca tenemos una segunda oportunidad para cambiar una primera mala impresión. ¿Cuántas veces escuchamos esta afirmación tan cierta? Opinión de Germán Retana.

Germán Retana
18 de marzo de 2013

Lo interesante es cuando sucede lo contrario y esa impresión inicial es positiva. El Papa Francisco tuvo ocho gestos ejemplarizantes de liderazgo en su presentación ante la humanidad; ¿podremos imitarlos?

Sus primeras palabras hicieron reír a quienes le escucharon tanto en la Plaza de San Pedro como en algún rincón del planeta. Una nota de humor le acercó de inmediato a sus semejantes, recordando que las distancias entre los seres humanos se acortan al hacerles sentir bien. Sin importar banderas, idiomas ni credos, unió a todos con el lenguaje de la sonrisa, la distancia más corta entre las personas.

Se presentó con la vestimenta más sencilla posible; no usó símbolos tradicionales. Se sabe que utilizaba el transporte público en Buenos Aires para estar junto al pueblo, residía en una modesta habitación fuera de la residencia arzobispal y cocinaba sus alimentos. Ejemplo de modestia, virtud siempre apreciada en líderes trascendentes, cercanos a su gente.

Solicitó agradecer a su antecesor y orar por él, no para aprovecharse del prestigio heredado sino para reconocer con justicia y proporcionalidad el legado de Benedicto XVI. Rompe la tradición de usar un número romano en su nombre y será solamente "Francisco", con lo cual acorta esas distancias que establecen quienes exigen ser tratados por su título de "señor o jefe." ¿Acaso nuestros hijos nos dicen "don papá o doña mamá"?

Se inclinó hacia el público como ningún Papa lo había hecho en su presentación y le pidió el favor a la multitud de orar por él. Un gesto de humildad para solicitar ayuda e insinuar que no viene con respuestas, pero que cuenta con sus dirigidos para encontrarlas. Al instar a todos a permanecer unos segundos en silencio, nos recordó la necesidad de hacer pausas, y de conectarnos con nuestra espiritualidad para continuar la marcha.

Cuando ya había cumplido con lo que todos esperaban según el protocolo formal vaticano, decide romperlo, busca un micrófono, lo enciende él mismo y agradece la acogida recibida de la multitud presente. Les desea buenas noches y un buen descanso y se retira sonriendo. ¿Quién no valora la espontaneidad de sus líderes, el trato horizontal, simple y generoso?

"Francisco" es un nombre que significa "hombre libre". Como San Francisco de Asís, llega el nuevo Papa a ejemplarizar que el liderazgo inspirador consiste en despojarse de ataduras de egos y ansias de poder, para servir y no para ser servidos. ¿Verdad que usted desearía decirle al nuevo Papa: "¡Amigo "che" Francisco, gracias por ser genuino y por tus ocho lecciones en tan solo trece minutos!" Y todo en la primera impresión...

* Profesor Incae Business School