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Adidas y Puma, la historia de dos hermanos que crearon cada uno su propio imperio

Empresas familiares de prestigio a nivel mundial divididas por una historia de conflictos.

Raúl Serebrenik
24 de enero de 2017

Ya desde antes de la Segunda Guerra Mundial se originó la compañía familiar en el año 1924 en un pequeño pueblo de la Alemania Occidental. Posterior a casi una década en el ascenso de Hitler al poder (1933) representó una oportunidad importante para la compañía así como para los hermanos Adi y Rudolp Dassler la cual aprovecharon asociándose al partido Nazi, en el cual pudieron acceder a contratos que se vieron incrementados y muy bien publicitados a raíz de las Olimpiadas de 1936 en Alemania.

Entrando la guerra en los años 1939 la fábrica de calzado deportivo incursionó en la fabricación de botas y calzado para el ejército Nazi, para ese entonces los hermanos Rudolp y Adi ya casados lograban sortear las circunstancias. Las problemáticas entre ellos venían posiblemente desde la infancia, pero claramente se incrementaron con la incorporación de las cónyuges a la familia; algunos ven claro el distanciamiento a raíz de que Rudolp colaboraba con la Gestapo aunque los dos fueron reclutados por el ejército, a Adi se le mandó devuelta a la planta de producción para que pudiera proveer de calzado al ejército.

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Terminando la guerra los americanos detienen a Rudolf y lo interrogan, después saldría la hipótesis de que su hermano lo delató para efectos de quedarse con el negocio familiar, lo cierto es que las relaciones ya estaban afectadas y en el año 1948 deciden dividir la fábrica; Rudolp creando la marca Puma y Adi con la marca Adidas.

La empresa era tan importante en el pueblo que casi virtualmente no solo dividió a la familia Dassler, también al pueblo completo, ya que si un trabajador trabajaba en una de las empresas prácticamente ninguno de sus parientes pudiera aspirar a trabajar en la otra empresa.

En el mismo pueblo hay dos equipos de futbol enfrascados en una guerra entre ellos, los dos equipos son patrocinados cada uno por una marca. Esta rivalidad se ha llevado a prácticamente todos los campos del deporte en muchos países del mundo.

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La historia de Herzogenaurach una ciudad de Baviera en Alemania, se describe como el pueblo en el que se fundaron las dos compañías más importantes en calzado deportivo y las que se disputaron la supremacía en el deporte hasta cuando apareció Nike en la escena en la década de los 80´s.

Comentan los jóvenes del pueblo que ahora no importa tanto “a veces Puma produce algo mejor y otras veces Adidas”, hay quienes usan zapatos Puma mientras que a la vez lucen algún bolso de Adidas.

Nunca se logró la reconciliación de los dos hermanos, aunque al final de sus días comentan que ya no se guardaban rencor personal, sus descendientes no mantienen el control de ninguna de las empresas debido a la pobre gestión de los descendientes en la administración de la compañía quienes terminaron vendiendo. Hoy en día la familia maneja el patrimonio resultado de la venta tratando de proyectarse hacia las siguientes generaciones.

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Aunque el tiempo ha enfriado la batalla entre ambas marcas, para la historia siempre quedarán divertidas anécdotas de la rivalidad. Muchos recuerdan que cuando algunos trabajadores visitaban la casa de Rudolp usaban zapatos Adidas a propósito, porque sabían que el empresario los llevaría al sótano y les regalaría zapatos Puma, “simplemente no podía aceptar el hecho de que alguien usara zapatos Adidas en su casa”

La marca Adidas fue la primera en lograr un éxito internacional fundamental en el deporte, cuando le suministró zapatillas deportivas con los tacos a la Selección de Alemania en el Mundial de Fútbol del año 1954 en la que jugó la final contra Hungría, partido que se jugó en medio de la lluvia y los alemanes reconocieron que los tacos les ayudaron en su resultado final en el campo de juego.

En un mundo globalizado cada vez más las buenas marcas y las buenas empresas estarán sometidas a la posibilidad de que alguien las quiera adquirir, para dar este paso de manera apropiada, la familia debe estar preparada y sobretodo entender qué significa el pasar de ser una empresa familiar a ser una familia financiera en la que ya no se maneja o se controla la compañía productora, sino más bien funciona como una organización establecida que deberá procurar por invertir los dineros producto del evento de liquidez que genera la venta de la empresa a un tercero.

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