JULIO ANDRÉS ROZO GRISALES

Empleo verde: una tendencia en la gestión del talento humano y la sostenibilidad

Uno de los aspectos de la vida que generan mayor importancia y preocupación para las personas y los gobiernos, es el empleo. Todos lo tenemos entre nuestras prioridades.

Julio Andrés Rozo Grisales, Julio Andrés Rozo Grisales
30 de agosto de 2018

Tener un buen empleo es determinante de casi todo aquello que define nuestra felicidad. Asegurarse un buen empleo proporciona estabilidad y seguridad.

Es también, el sonido más popular y atractivo para la gente en el momento de apoyar a algún servidor público (y bueno, también es el talante más populista y el argumento más demagogo con el cual los politiqueros buscan ganar adeptos que anhelan un buen empleo).

Decidí iniciar este artículo con esta introducción porque el empleo es un aspecto determinante de nuestro destino como individuos y como sociedad y como tal, debe ser repensado y replanteado a la luz de los retos ambientales, sociales y económicos que tenemos en el presente y de cara al futuro.

Del empleo como indicador al empleo como transformador

Hoy en día los analistas y expertos en temas laborales ven en el empleo un indicador cuyo objetivo consiste en reflejar el nivel de ocupación de la población económicamente activa. Se preocupan y ocupan en identificar alternativas macroeconómicas y sectoriales para aumentar la capacidad productiva y el nivel de ocupación con el objetivo de disminuir las tasas de informalidad o desempleo.

Esto que acabo de decir describe la fotografía del análisis que se tiene sobre el empleo a la fecha.

Lo positivo es que ya se empieza a teorizar hoy en día sobre otras aristas del empleo. Por ejemplo, sobre cómo va a evolucionar éste desde el punto de vista tecnológico (como un apocalipsis es presentado por algunos autores que ejemplifican la manera en la que van a desaparecer varios puestos de trabajo debido a la ocupación tecnológica, mientras otros lo presentan como una oportunidad para adaptarse y capacitarse en un escenario que expondrá el surgimiento de nuevos tipos de empleos y mejor tecnificados).

No obstante, poco o nada se ha reflexionado o debatido sobre la función medioambiental y por ende, social que tiene el empleo de cara a lo que sucede y va a suceder en nuestro planeta. Es por ello que escribo este artículo de opinión para poner el tema sobre la mesa.

Lea también: Crecimiento verde El reto de unir la economía naranja con la economía circular

Sobre los empleos verdes

Hace seis años escuché por primera vez el término de empleos verdes en una conferencia sobre economía verde en Alemania. De inmediato se encasilló el término en un espectro muy reducido: “aquellos nuevos puestos de trabajo y ocupaciones laborales en sectores ambientales como las energías renovables, la economía circular, el sector forestal, ecoturismo y otros relacionados con la conservación del medio ambiente y la agricultura sostenible”.

El inicio de esta tendencia busca que las políticas públicas promuevan el desarrollo de los sectores ambientales y con ellos, la generación de nuevos puestos de trabajo especializados en estos temas.

En estos seis años conservé este concepto y no entré a reflexionar sobre él. Ahora lo que veo es que se nos quedó corto y por ende la reflexión debería ser más amplia.

No hay que esperar a que los sectores productivos en los temas ambientales se desarrollen de manera más fuerte para que un empleo verde se ejerza en cualquier puesto de trabajo. En otras palabras, todo empleo generado o toda actividad laboral ejercida tiene que ser un empleo verde, sea que se desarrolle en el sector ambiental, en una peluquería, en una oficina, set de grabación o en un restaurante.

Lea también: Carta para aquellos que quieren emprender pero no se atreven

Los empleos verdes, según la orientación de la Organización Internacional del Trabajo, permiten: aumentar la eficiencia del consumo de energía y materias primas, limitar las emisiones de gases de efecto invernadero, minimizar los residuos y la contaminación, proteger y restaurar los ecosistemas y contribuir a la adaptación al cambio climático.

Y hoy en día me pregunto: ¿Qué tanto están haciendo las empresas y las organizaciones para responder a cada uno de los puntos anteriores? O formulado de otra manera: ¿Qué tanto están haciendo y logrando las organizaciones en sus políticas de gestión del talento humano para contribuir con estrategias de prevención, mitigación y adaptación al cambio climático desde los estilos de vida de los trabajadores, empleados o colaboradores?

La gestión del talento humano y los empleos verdes

La macrotendencia de la sostenibilidad no tiene reversa y cada vez más organizaciones se van ajustando. Desde sus sistemas de producción, innovación y reporte, lentamente tendrán que irse acercando a los sistemas de gestión de talento humano para que las personas que en ellas trabajan ejerzan acciones para afrontar el cambio climático, dentro y fuera de su lugar de trabajo.

Es cuestión de tiempo, tarde que temprano los programas de desarrollo profesional y bienestar laboral tendrán que ir implementando políticas, estrategias y acciones que guíen e instruyan a las personas a ejercer estilos de vida más sostenibles.  

En un país como Colombia, en donde anualmente se emiten en promedio entre 250- 280 millones de toneladas de CO2 equivalentes, la responsabilidad no es solo macro, es decir, de los sectores productivos, también lo es en el ámbito micro (hogar, colegio, universidad y en el puesto de trabajo).

La gestión del talento humano enfocada a promover empleos verdes y estilos de vida más sostenibles merece de mayor conocimiento y demanda mucha creatividad por parte de sus gestores.

Es sin duda un factor importante para generar conciencia y corresponsabilidad ambiental por medio de la acción, pero sobre todo, para aumentar el bienestar de las personas. Es también un atributo diferencial y de fortalecimiento de vínculos entre empleador y empleado.

Lea también: Nos educan para hacer dinero

Hoy en día en donde tanto se habla sobre bienestar laboral y felicidad en el puesto de trabajo, súmele el ingrediente de la sostenibilidad a su quehacer como gestor(a) del talento humano.

Hacerlo, es la mejor inversión para asegurar la felicidad personal no solo hoy, sino con toda seguridad en el futuro en donde los efectos del cambio climático serán más evidentes.