RAÚL ÁVILA FORERO

Cine vs. Netflix

El cine ha logrado adaptarse a tendencias que le apostaron a las películas desde casa y a otros segmentos en el mercado que se volvieron sus potenciales amenazas. Aunque las cifras muestren un mercado cinematográfico consolidado, la reducción en el número de espectadores viene por cuenta de la competencia por los videos y películas vía streaming.

Raúl Ávila Forero, Raúl Ávila Forero
21 de mayo de 2018

Niños y adultos aún disfrutamos de la experiencia única que vende el cine como modelo de entretenimiento. Logrando capturar toda nuestra atención, los consumidores globales gastaron casi US$88.400 millones el año pasado, sumando tanto entradas a cine como alquileres y ventas de dvds y películas. Pero solo la taquilla mundial, del cine logró alcanzar los US$40.600 millones, un 5% más de lo que alcanzó en 2016.

Y aunque se espera que pueda seguir en aumento, la industria del cine debe leer las cifras de dos maneras diferentes. Por un lado, los ejecutivos deben expresar todo su regocijo al fijar por tercer año consecutivo una marca histórica a nivel mundial en cuanto a ingresos. Pero, por otro lado, también deben reflejar una preocupación por la baja recaudación en los mercados cinematográficos más importantes del mundo, como Canadá y Estados Unidos, en donde la asistencia se ha ido en picada hasta en un 15%, llegando hasta datos comparados con los de hace más de 25 años.

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Puede ser que uno de los motivos más fuertes que ejerzan una desmotivación en el espectador sea el alto precio de las entradas. El rango en el que varían los tiquetes de cine en América y Europa está entre US$8,9 y US$11,3 ($25.000 a $32.000), algo que llega a ser muy costoso en promedio (mucho más que el precio de una entrada a cine en Colombia que oscila alrededor de los $12.000 a $20.000). Especialmente si se visitan ciudades icónicas como Barcelona o Madrid, en donde el costo supera los US$11, o Nueva York en donde la cifra alcanza los US$16.

Pero a pesar del alto costo, el cine sigue manteniendo un incomparable éxito durante décadas, especialmente por los estrenos de sagas y las cuantiosas inversiones en mercadeo incluido el uso y marca de actores top en cuanto a imagen y talento se refiere, incentivando al público a ir a ver las películas.

Así, el negocio se ha ido moviendo con películas de estreno que tienen casi que un éxito de aceptación asegurado por parte de la audiencia. La última tendencia que hemos visto han sido películas de acción derivadas de los cómics, lo que ha generado una ola de cintas muy populares, recientes y lucrativas como Deadpool, Batman vs. Superman, Capitán América, y la última entrega de Los Vengadores. Todas ellas logrando recaudar más de US$130 millones en su primer fin de semana de estreno.

Pero ante el distinguible ‘boom’ de las cintas más taquilleras de la historia, los servicios online de contenido audiovisual de serie y películas, han tomado una parte considerable de los espectadores del cine. Esto haciendo referencia únicamente a Netflix, que para cierre de 2017 alcanzó ingresos por los US$11.690 millones, gracias a sus más de 117 millones de suscriptores en 190 países. Lo interesante es que año tras año, Netflix viene multiplicando cada vez más sus beneficios, a tal punto de llegar a triplicarlos.

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A nivel internacional, aún cuenta con sus tres planes que varían desde los US$7,99 hasta los US$13,99, dependiendo de las características del plan que varían en calidad y número de pantallas para libre uso del comprador. No obstante, las tarifas varían por región; por ejemplo, Colombia cuenta con la suscripción más barata del mundo, con un plan básico en $24.900 y el Premium en $32.900, todos con un catálogo de miles de películas de todo género, con una alta dosis de contenidos propios.

El plus que ofrece una plataforma como ésta, es poder elegir entre algunos estrenos y clásicos de la pantalla grande. No obstante, entre el estreno de una película en cine y la subida a estas plataformas pueden pasar entre 10 y 15 semanas en promedio, dependiendo de los contratos que Netflix firme con las distribuidoras, para obtener los derechos de transmisión, y de la popularidad que la película haya tenido en su estreno.

Sin embargo, la preocupación de un medio tan tradicional como el cine, aún se mantiene gracias a la llegada de plataformas vía streaming, pues dentro de la competencia no solo se mueve Netflix. Amazon, HBO, FOX, entre otros también hacen parte de este campo. Sin embargo, debe reconocerse a Netflix como pionera en este servicio, lo que le concede una significativa ventaja frente a sus pares.

Frente al aumento de uso de Netflix en la industria del entretenimiento, el cine aún tiene una mayor aproximación a la cúspide de esta pirámide. La gente aún ama ir a cine y disfrutar de esta experiencia. Además, lo rentable de este negocio también se relaciona a aspectos como los restaurantes, la confitería y la constante reinvención de las salas de proyección, como el  formato IMAX.

Por ello, puede decirse que ir a cine es mucho más que comprar una boleta. Lo que vale es la experiencia. Pero, aunque el sector aún se mantenga dinámico, debe estar al hilo de lo que ocurra con servicios como los que ofrece Netflix y el valor agregado que pueda ir adicionando con el paso del tiempo a sus presentes y, cada vez más, potenciales usuarios.

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