JOSÉ MIGUEL SANTAMARÍA

Ataques sin pausa

Cuando vemos a través de los medios de comunicación y de las redes sociales ataques al presidente de la república, su familia y su gobierno, debemos ser conscientes de que no son acciones dispersas o no planeadas, estas vienen de una estrategia organizada desde las altas esferas de los movimientos de izquierda, Colombia es la joya de la corona y están trabajando duro para conseguirla.

José Miguel Santamaría, José Miguel Santamaría
14 de febrero de 2020

No estoy diciendo que nunca existen motivos para estos ataques, muchas veces se cometen errores que son bien aprovechados, pero muchas otras veces crean tormentas en vasos de agua que con ayuda de fichas claves en diferentes sectores logran hacer demasiado daño a la institucionalidad.

La izquierda en Colombia tuvo en las elecciones presidenciales de 2018 su momento estelar, logró mas de 8 millones de votos en la segunda vuelta presidencial, afortunadamente para el país Gustavo Petro, el candidato, generaba demasiada reacción y susto en el empresariado y los sectores tradicionales, con otro candidato el resultado hubiera podido ser otro. La misma izquierda es consciente de que perdieron esa oportunidad y que para llegar al poder necesitan ahora generar caos y descontento, saben que en condiciones normales no lo logran.

Pero no solo atacan al Gobierno Duque, también lo hacen contra el sector empresarial o contra la banca, todo lo que huela a institucionalidad es susceptible de ser atacado. Ya no vale crear empleo, generar divisas para el país, siempre hay un argumento de estos grupos para atacarlos.

Afortunadamente en las entrañas de la izquierda hay divisiones, muchas de ellas irreconciliables, bien sea por egos individuales o por diferencias grandes en cuanto a manejo de la cosa pública, el apoyo a las marchas, y hasta la relación de algunos con grupos al margen de la ley.

Los ataques a Álvaro Uribe Vélez llegan a niveles irracionales, compra de testigos, mentiras por doquier durante muchos años, tanto así que lograron minarle el teflón con el que durante años se protegió. A mí me queda muy difícil creer en todos y cada uno de los delitos que le imputan a Uribe, seguramente saldrá incólume de todas estas calumnias.

Aunque ya han hecho algunos pinitos llegando a involucrar temas personales y familiares en los ataques, hasta ahora ha habido respeto frente al tema, esperemos que siga igual y que estos temas queden por fuera de la guerra.

Tengo la esperanza de que Colombia no caerá en las garras de esa izquierda prehistórica que ha acabado la economía y las familias de países como Cuba, Venezuela, Nicaragua y que tiene en camino a Argentina y México, que seremos lo suficientemente cuerdos para votar por candidatos que defiendan nuestras instituciones, a la empresa privada que genera mas del 80% del empleo y el libre mercado necesario para generar competencia y emprendimiento.

De todas maneras no podemos relajarnos, tienen muchos recursos, apoyo internacional, y trabajan veinticuatro horas al día urdiendo estrategias para lograr su objetivo, adicionalmente tienen bastante eco en los medios de comunicación tradicionales que necesitan de historias de esa índole para mantener audiencias.

Cada vez que aparezca un ataque, mírelo con beneficio de inventario. Generalmente estos vienen sin el menor sustento, entonces vale la pena investigar antes de tomar partido.