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secretaria de Movilidad, Deyanira Ávila

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La oportunidad de salvar vidas a través de la fotodetección

Lo cierto es que los límites de velocidad no se imponen de manera arbitraria.

Deyanira Ávila
8 de diciembre de 2023

A diario leo comentarios en las redes sociales de algunas personas que cuestionan que, en Bogotá, el límite de velocidad en los principales corredores viales sea de 50 Km/h y en las calles de los barrios sea de 30 Km/h y que, garantizar el cumplimiento de esta norma, a través de las cámaras de fotodetección, sea catalogado como un ‘negocio’. Algunos incluso dicen que el límite debería ser 60 o tal vez 80 kilómetros por hora, sobre todo en algunas horas del día, cuando se puede circular más rápido en una ciudad congestionada como Bogotá.

Lo cierto es que los límites de velocidad no se imponen de manera arbitraria. Corresponden a análisis, evidencias y prácticas implementadas con éxito a nivel mundial con las que se disminuye el número de personas que mueren en hechos relacionados con el tránsito.

Nuestras vías principales tienen límite a 50 km/h porque infortunadamente no son autopistas y, aunque gracias a las megaobras que avanzan en la ciudad estamos saliendo de décadas de atraso en infraestructura, tenemos una alta circulación e interacción de todos los actores viales: peatones, ciclistas y motociclistas. La velocidad es el factor que más aumenta el riesgo de muerte o lesiones graves para todos.

Es una verdadera pandemia. En el mundo mueren al año cerca de 1,35 millones de personas y en Bogotá el año pasado 536 personas fallecieron víctimas de siniestros en el tránsito; la mayoría iban a pie, en moto o en bicicleta. Las cifras pueden parecer frías, pero cada vida vale, si no, imaginémonos que se trate de uno de nuestros familiares.

Los datos son espeluznantes, pero hemos tenido resultados positivos, por ejemplo, Bogotá es la primera ciudad a nivel nacional en implementar la medida del límite máximo a 50 Km/h en vías principales, logrando salvar 210 vidas entre octubre de 2018 y octubre de 2023, esto en comparación con el promedio de fallecidos que ocurrían antes de la medida.

Por eso, desde el año 2017 Bogotá adoptó la iniciativa mundial Visión Cero, que busca disminuir la pérdida de vidas en el tránsito y ha sido implementada con éxito en países como España, Estados Unidos, Brasil, entre otros. En Francia desde noviembre de 2003, cuando se implementó el programa de control de velocidad, se registró una reducción de 41% de las víctimas fatales.

En el mundo se han venido utilizando los mecanismos de fotodetección, con los que contamos desde el año 2019 en la capital y que han permitido reducir las fatalidades por siniestros viales en un 21% entre enero y septiembre de 2022 y 2023, en las zonas de influencia donde están ubicadas las cámaras.

La ubicación de estos dispositivos es de público conocimiento porque su propósito no es ‘sorprender’ sino que regulemos nuestros comportamientos. Se pueden identificar fácilmente con la señalización de ‘detección electrónica’ que está visible entre 300 y 500 metros antes de cada cámara. Esta información es transparente, incluso se puede consultar en www.fotodeteccionbogota.com

La mayoría de los ciudadanos cumplen con los límites de velocidad y en general con todas las normas. Esta conducta salva vidas y de paso los ciudadanos evitan el pago de comparendos, cuyos recursos están destinados a planes de tránsito, educación y seguridad vial, esta última a través de la implementación de elementos de señalización, guías en las vías de la ciudad, Centro de Gestión del Tránsito, apoyo en convenio con la Policía Nacional y operación del Cuerpo Civil de Agentes de Tránsito.

La fotodetección es legal. Así lo ratificó la Corte Constitucional en la sentencia C-321 de 2022. Además, las cámaras de fotodetección están autorizadas y reguladas por el Ministerio de Transporte, a través de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, entidad que supervisa que estos dispositivos cumplan con la norma en todo el país.

Entonces, si una persona considera que las multas por infringir la ley son altas, la mejor manera de evitarse el pago de la infracción es acatar los límites de velocidad, tener su revisión tecnicomécnica al día y en general cumplir con el Código de Tránsito, no por una sanción económica, sino por respetar la vida, la integridad de las personas, que, entre otras cosas, es un derecho fundamental. ¡Sigamos cuidando y salvando vidas!

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