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Bogotá: la joya de la corona

Hay que recuperar a Colombia y hay que empezar en las elecciones del 29 de octubre.

María Andrea Nieto
30 de septiembre de 2023

Le entró el afán al presidente Gustavo Petro por ganar la Alcaldía de la capital del país, bastión petrista que lo puso en la segunda vuelta en 2022, con un poco más de 800.000 votos.

Durante el periodo de “no campaña”, es decir el comprendido entre el 11 de septiembre de 2021 y el 28 de enero de 2022, Petro se pasó la ley por la faja y realizó 13 eventos masivos, en plaza pública, usando la famosa ‘P’ en forma de tarima. En su momento, desde este espacio se cuestionó la razón por la que, el entonces senador Petro, tenía una suerte de “corona” que le permitía violar el calendario electoral y la reglamentación de la financiación de la campaña (en “no campaña”) sin que ninguna autoridad (¿el CNE?) hiciera algo al respecto. Hoy sabemos que la ‘P’ no era de Petro, sino de “platas” de origen dudoso.

Pues bien, Petro ahora como presidente vuelve a cometer una violación electoral soterrada al interferir con una gran manifestación en la Plaza de Bolívar en Bogotá y en distintas ciudades faltando solo un mes para las elecciones regionales. Las marchas convocadas por decreto y financiadas con los impuestos de los colombianos (al menos ahora sabemos de dónde salió la plata) llegaron a la capital para acompañar, aplaudir al mandatario y, de paso, a su candidato para la Alcaldía de Bogotá.

Pero como son expertos en justificar lo que supuestamente no hacen, dijeron que estas eran marchas espontáneas y “alegres” para apoyar desprevenidamente al presidente. Pero las marchas estaban convocadas para presionar al Congreso en la aprobación de las destructivas reformas de salud, pensional y laboral. Y, además, para adelantar una campaña, con cara de no campaña, a favor de Gustavo Bolívar. De hecho, el candidato gobiernista marchó y fue entrevistado por todos los medios y en los micrófonos dijo que estaba acompañando y respaldando al presidente como un ciudadano más. Pero resulta que no lo es.

Con afán a Gustavo Petro le dio por visitar, los dos siguientes días de la marcha, las localidades de Bogotá en donde más votación obtuvo en las presidenciales: Kennedy, Engativá y Suba (donde al final, como raro, no se presentó). Al finalizar los consejos de seguridad que realizó en compañía de la alcaldesa Claudia López, anunciaron que más policías saldrán a cuidar la ciudad. Sí, todo justo faltando un mes para que los bogotanos salgan a votar.

Parece un chiste que Petro y Claudia López se preocupen por la seguridad de Bogotá, cuando es evidente que es un asunto que no los afana. López no solo fue incapaz de ser la jefa de la policía metropolitana, como prometió en su campaña en 2019, sino que denigró de la institución y de sus miembros. Esa confrontación generó un choque que pagaron los ciudadanos que hoy sufren las consecuencias. En Bogotá se pierde la vida por un celular. Ahora bien, qué importante es que Petro se preocupe por la seguridad, pero ojalá lo hiciera todo el tiempo y no solo en campaña, y no solo en Bogotá, sino en todo el país. ¿O es que nadie le ha contado al mandatario que el secuestro, las extorsiones, los robos y las masacres no paran de aumentar?

La imagen desfavorable de Gustavo Petro aumentó según la última medición del Opinómetro para la W Radio, ubicándose en un 63 por ciento. Una cifra muy lamentable para un presidente que se ufana de ser único en la historia del país, de hecho, un salvador.

Pero resulta que los colombianos han verificado que las promesas de cambio se derrumbaron en poco más de un año. La inflación no cede. El alto costo de los alimentos tiene pasando hambre a millones de niños, mujeres y hombres. El alto costo de la luz y de la gasolina aprieta el bolsillo de las familias que no han tenido un respiro desde que “el polvo de las estrellas se esparció por Colombia”.

Petro hará hasta lo imposible por no perder a Bogotá. Solo falta un mes y lo peor está por venir. De hecho, ya se conoció de un plan para asesinar a Federico Gutiérrez, la cara más visible de la oposición al petrismo y su franquicia de Medellín. ¿Quién dio la orden?

Por eso la verdadera marcha ciudadana se debe dar el próximo 29 de octubre. Hay que elegir candidatos que garanticen el respeto por la Constitución de 1991, la ley y las instituciones. Personas que recuperen la seguridad y que ejecuten obras de infraestructura física y social que garanticen el bienestar de la gente. Ya tuvimos suficiente con la improvisación de mandatarios como Claudia López que creyó que gobernar era cuestión de tomarse fotos. Ya fue suficiente con las falsas promesas en Santa Marta del caicedismo que después de 12 años no solucionó el problema del agua. Medellín, Manizales, Cali y Bucaramanga no soportan más la desidia de alcaldes que creyeron que gobernar era cuestión de dividir y enfrentar a los ciudadanos, construyendo narrativas fantasiosas de sus delirios megalómanos.

Hay que recuperar a Colombia y hay que empezar en las elecciones del 29 de octubre, teniendo claro que utilizarán todas las formas de lucha, con ética o sin ella, para no permitir que los candidatos demócratas y de oposición ganen. Y si ganan, veremos si están dispuestos a entregar el poder. Y ahí sí sabremos a ciencia cierta, qué puede pasar en 2026.

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