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El CESA se ha caracterizado por ser una Universidad dedicada exclusivamente a formar administradores de empresas, muy orientados a crear sus propios negocios. | Foto: Francisco J. Gómez Villamizar

Educación

Relevo en el CESA

Tras 30 años de labores, el rector de esta universidad, Marco Fidel Rocha, deja la dirección de esta institución que ha formado empresarios y ejecutivos.

Francisco J. Gómez Villamizar
23 de abril de 2007

El Colegio de Estudios Superiores de Administración, CESA, es recordado por muchos egresados como el lugar donde adquirieron su formación de empresarios y líderes. Son bastantes los ex alumnos del CESA que sienten respeto y admiración hacia quien ha sido el rector de la institución desde su inicio: Marco Fidel Rocha. Su sucesor, Mauricio Rodríguez Múnera, es ex alumno de la institución y por casi 14 años se ha desempeñado como director del periódico económico y de finanzas Portafolio.

Rocha y Rodríguez comparten la misma visión de cómo debe dirigirse la institución. Sienten que el modelo de egresado que ha propuesto el CESA ha funcionado. La prueba está en los presidentes de organizaciones y los empresarios que de allí se han graduado. “La esencia del modelo se respetará, yo soy producto de ese modelo. Como todo en la vida habrá cambios que se tendrán qué hacer”, dijo Rodríguez.


“Si él está convencido del modelo, va a seguir muchas de las pautas, sin que esto diga que va a dejar el modelo tal como está ahora. Tendrá que hacer los cambios que considere, de acuerdo a la orientación de la educación mundial”, asegura Rocha, quien no tiene claro a qué se dedicará tan pronto se retire: “Uno es el primero que habla de retiro, pero tan pronto llega, es el primero que olvida su discurso”.

Exigencia
En 1975, año en que el CESA inició actividades, era una apuesta arriesgada entrar a estudiar en esta institución. Rodríguez fue uno de los pocos que se fue convencido de que esta era su mejor opción para estudiar Administración de Empresas, frente al prestigio que tenían otras facultades de Administración de Bogotá y del país.

Hoy la demanda es alta y casi se ha formado un mito sobre la forma como se puede ingresar a la institución. “En contravía de lo que se dice afuera, que aquí se entra por palanca, podemos observar que lo que tenemos son procesos de admisión muy estudiados y prueba de ello es la calidad que muestran nuestros egresados”, asegura Rocha.

Rodríguez dice que él entró sin ser hijo de un empresario, otro de los rumores que circulan sobre la academia. “Mi padre alcanzaba a ganar para pagarme allí la educación y no era empresario. Yo me dejé guiar por mi intuición, me llamó la atención esa mezcla de liderazgo, espíritu empresarial, conexión con Colombia y responsabilidad social y decidí tomar el riesgo”, asegura. Esto inclinó la balanza a favor del CESA, por encima de otras opciones como las universidades Javeriana, Rosario o Los Andes. Además, había otro factor que lo llevó a tomar la decisión: era la primera institución que ofrecía prácticas en empresas, algo muy novedoso en 1975, y por entonces desconocido en otros centros de formación profesional.

Otros compañeros de Rodríguez fueron a estudiar seducidos por su planta de profesores y por el modelo propuesto por los fundadores del CESA: el empresario Hernán Echavarría y el ex presidente de Colombia, Carlos Lleras Restrepo. Las clases eran dictadas por figuras del mundo de los negocios; otros estuvieron vinculados a ministerios del Estado. “Recuerdo a grandes maestros como José Vicente Vargas, Gilberto Arango Londoño, Rafael Nieto Navia, Beatriz López de Ortega, Gladis Rojas de Carrillo, entre otros, todos ellos excelentes”, afirma Rodríguez. 

Los resultados
Escoger bien a profesores y estudiantes tiene sus resultados. Un estudio de mercados elaborado por el  CESA midió dónde estaban sus egresados. Entre 356 personas que contestaron la encuesta, 75 dijeron ser empresarios, es decir un 21%. Otras 221 personas dijeron ser empleados en empresas, para un total de 62% de la muestra.

Los demás se desempeñan en diferentes puestos como consultores (25 encuestados, 7%), docentes (18 encuestados, 5%), ama de casa (tres personas, 0.84%), estudiantes (cuatro personas, 1.12%), otras actividades (tres entrevistados, 0.84%) o independientes (dos personas, 0.56%). Sólo cinco ex alumnos están desempleados, lo que representa el 1.40% de los entrevistados para el estudio.

Por otro lado, las relaciones con los compañeros se mantienen con el paso del tiempo. Rodríguez señala que estudió con personas que hoy ocupan altos puestos en empresas que están dentro y fuera del país. Es el caso de Fernando Quintero, presidente de Seguros Colpatria, “un pastuso muy culto, inteligente y trabajador”, según afirma. Juan Manuel Mora, quien fue su compañero desde el colegio, “le va muy bien, es un gran empresario”, indica.

Y otros como María Mercedes Sánchez, quien está vinculada a un gran banco español y vive en Madrid. Otro sonado caso es el de Beatriz Fernández y Fernando Macías, los creadores de Crepes & Waffles, “que empezaron vendiendo crepes y waffles en una esquinita en un fogón en la universidad y hoy en día son grandes empresarios”, recuerda Rodríguez.

Además, según Rocha, el tamaño de la institución permite construir unas relaciones que abren puertas en el mundo empresarial, de la forma como funciona una hermandad. “La relación de los estudiantes desde los primeros semestres es muy sólida, hasta el punto en que después de graduados hacen sus reuniones hasta con sus familias. Profesionalmente ellos buscan el apoyo y el soporte de sus compañeros y se logran cuestiones muy importantes en su ejercicio laboral”, manifiesta Rocha.

Los críticos de la Universidad sostienen que es una ambiente muy cerrado, que es únicamente una facultad de administración con ciertos posgrados, pero que no ofrece posibilidades de intercambio con otras disciplinas.

A futuro
Los retos para la institución son numerosos. Pero Rodríguez prefiere mencionar tres. El primero es la internacionalización de los estudios, hacer más intercambios de estudiantes, aprovechar el e-learning, lograr que los alumnos hagan prácticas empresariales en el extranjero, formarlos como personas capaces de hablar y escribir perfectamente en inglés. Lo segundo es aplicar en la institución las mejores prácticas educativas del mundo. Por último, formar líderes capaces de impulsar la internacionalización de las empresas colombianas. En su opinión, son pocas las compañías que han dado este salto y en este campo hay mucho trabajo por hacer.

También vienen consejos por parte de Rocha. La tarea para el que será el rector del Cesa consiste en mantener la cultura institucional. Lo segundo es seleccionar a los mejores profesores y estudiantes para mantener el nivel de los egresados y por último, inculcarles a todos el espíritu empresarial, factor que ha sido la clave en el éxito del modelo educativo de la entidad.

“El consejo acertó en la decisión de dejar en un egresado del CESA, que conoce su cultura, que lo ha vivido y que es producto del modelo, la dirección de la institución, creo que así se logra un objetivo diseñado desde el origen. Tenemos la satisfacción de dejarla como una entidad de educación superior con muy buen prestigio, con estabilidad económica y con grandes desafíos por delante”, explica Rocha.