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María Eugenia Garcés Echavarría, presidenta del Concejo de la Fundación Alvaralice.

Microfinanzas

Plata para los más pobres de los pobres

Un grupo de colombianos traerá el Grameen Bank, el banco de Muhammad Yunus. Empezará a operar en junio y atenderá a los estratos cero y uno.

21 de julio de 2008

Un grupo de entidades colombianas está a punto de cerrar las negociaciones con la organización que lidera el premio Nobel de Paz, Muhammad Yunus, para traer al país la franquicia del banco Grameen, especializado en microfinanzas para los más pobres.

La fundación Alvaralice, la Fundación Paz y Bien, la Universidad del Valle y PlanNet Finance de la Unión Europea, son los líderes del proyecto.

En este momento avanzan en dos tareas. De un lado, discuten con el Grameen, las condiciones operativas de la nueva entidad. En este sentido tratarán de preservar algunas de las prácticas que las microfinancieras colombianas han aprendido sobre el funcionamiento del mercado local.

De otra parte, están vinculando a otras empresas colombianas que faciliten el desarrollo del proyecto.

El proceso va bien adelantado. En marzo una misión de exploración del banco de Bangladesh visitó a Coomostaza, la cooperativa multiactiva de la Fundación Paz y Bien, que será la receptora de la franquicia. Esa entidad, con sede en Cali, cuenta con un capital de US$200.000 y 800 clientes. La intención con la presencia del Grameen, es la de acrecentar la clientela hasta 3.000 personas en primera instancia y en una segunda etapa a 10.000.

El Grameen les pedirá a los colombianos entre US$3 y US$5 millones para conformar, operar y luego transferirles la franquicia y si todo funciona como se espera, la operación de crédito debería comenzar en junio del año entrante.

A los más pobres
Los microcréditos que se otorgan generalmente en el país, van enfocados a los estratos 2 y 3. La idea de los promotores del nuevo fondo para micropréstamos es la de llegar a los estratos 0 y 1. “Les vamos a prestar a los más pobres de los más pobres”, dice Óscar Rojas, director Ejecutivo de la Fundación Alvaralice.

Los préstamos se hacen a tasas de mercado, pero sin codeudores o garantías reales. Los deudores deben participar en un grupo de cinco personas que responden solidariamente si hay mora. “La presión de los pares hacen que tengan más disposición de pagar”, dice Rojas.

Las operaciones de construir, operar y transferir (BOT como se las conoce en la jerga financiera) se están volviendo usuales para el Grameen. Ya tiene proyectos en marcha en Costa Rica, Guatemala, Indonesia, Kosovo, Myanmar, Turquía y Zambia.

En México el hombre más rico del mundo, el magnate de las telecomunicaciones, Carlos Slim, ya comprometió US$15 millones y aumentará esa cifra hasta US$45 millones, para llevar el Grameen a su país, señala María Eugenia Garcés, presidenta del consejo directivo de la Fundación Alvaralice.

Además de los locales, hay entidades internacionales que comienzan a interesarse en apoyar estas iniciativas. Banrural de Guatemala comenzó su relación con Grameen con una donación de Wholeplanet, la fundación de la cadena de supermercados Whole Foods. La intención de la fundación es la de aliviar la pobreza en los países en los que la cadena compra sus productos.

Las experiencias
Los promotores del proyecto, junto con la Fundación Mario Santodomingo, Finamérica y Financiera Compartir, organizan un evento “Microfinanzas y construcción de paz”, en el que mostrarán cómo ha funcionado el microcrédito en países que han tenido problemas serios de violencia.

La lista de conferencistas para este simposio que se realizará en enero, ya tiene nombres de Kosovo, Nicaragua, El Salvador y Afganistán.

Lo que se aprenda en el evento servirá para afinar el proyecto que permitirá darles créditos a las personas de estratos cero y uno, con una de las herramientas financieras más interesantes del mundo.