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Juan Carlos Varón P., socio de Fidupaís.

Fidupaís, la nueva fiduciaria, lista para operar

Una cartera colectiva conformada por créditos con libranzas de las Fuerzas Armadas y un servicio financiero y administrativo para facilitar el crecimiento de las empresas pequeñas serán los dos servicios principales de la entidad.

14 de julio de 2009

Hacia mediados de septiembre comenzará su operación la fiduciaria Fidupaís, que hace unos días recibió autorización para constituirse ante la Superintendencia Financiera. La fiduciaria, con la que se completan 26 sociedades de este tipo en Colombia, ofrecerá inicialmente una cartera colectiva que invertirá en créditos de libranza.

El negocio de crédito con libranzas ha crecido rápidamente. Las últimas cifras de Superintendencia de Economía Solidaria, muestran que hay cerca de $9,5 billones en este tipo de préstamos. De ese total, el grupo Aval maneja cerca de $2,5 billones a través de Banco Popular y los $7 billones restantes se distribuyen entre una gran cantidad de generadores, principalmente fondos de empleados y entidades cooperativas, explica Juan Carlos Varón, abogado y uno de los socios de la nueva entidad.

La nueva entidad se concentrará en comprar los préstamos con libranza de las Fuerzas Militares. “Es un sector de más de 400.000 personas que están en el Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea, la Policía y sus grupos administrativos”, señala.

Uno de los atractivos para los inversionistas en esta cartera colectiva esta en la tasa de interés. Fidupaís ofrecería entre 1 y 2 puntos porcentuales por encima de la DTF.

También se trata de ingresos estables y seguros. Con esta figura, el crédito lo otorga un generador (banco, cooperativa o fondo de empleados) respaldados en una libranza. La libranza le da al prestamista un privilegio de pago. En este caso, el ministerio de Defensa está obligado a descontar la cuota directamente del sueldo del funcionario.

Pero además de que hay una fuente de pago clara, la fiduciaria asegura a sus inversionistas con otros instrumentos adicionales. Si el trabajador fallece, hay un seguro de vida que garantiza la devolución del monto prestado. Si se retira del trabajo, las prestaciones también se usan para cancelar el crédito.

Finalmente, los rendimientos de la cartera de Fidupaís de tienen una baja volatilidad, lo que también puede ser interesante para los inversionistas. “(La cartera colectiva) tiene un flujo de caja cierto que no está sujetos al riesgo de mercado como están las inversiones en valores”, afirma Juan Carlos Varón. Los créditos no se valoran con precios de mercado y por eso, no están sujetas a los vaivenes de las tasas de interés o de la liquidez de corto plazo.

Lo que sigue
En una segunda etapa Fidupaís desarrollará productos para facilitar el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas. “Hemos detectado que hay buenos proyectos empresariales, o gente que conoce bien la parte técnica de un negocio, pero que tienen problemas de gerencia o de financiamiento. La fiduciaria les ofrecerá soluciones para esos problemas”, dice Juan Carlos Varón.

El abogado reveló que pondrá en marcha un fondo de capital privado o fideicomisos estructurados, para invertir en pequeñas empresas y que permitan mantener una administración financiera adecuada de las empresas y que pueden proveerlas de personas que se encarguen de los aspectos comerciales o administrativos, mientras que el dueño trabaja en las áreas que mejor conoce.

Con la entrada en operación de Fidupaís se termina un trabajo de algo más de un año y medio de un grupo de accionistas compuesto por los expertos en el negocio de libranzas Juan Carlos Bastidas y César Mondragón y por los abogados y administradores Fernando Silva, Humberto Serna, William Torres, Camilo Sampedro y Juan Carlos Varón.