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Según Bernardo Quintero, presidente de Carvajal Empaques, en el mediano plazo vendría una nueva etapa que llevaría a la empresa a mercados como Brasil o EE.UU.

Industria

El siguiente paso

Al cierre de esta edición, Carvajal Empaques terminaba su emisión de acciones en la que buscaba US$115 millones. Lo que sigue para la empresa.

23 de mayo de 2012

Al finalizar este año, Carvajal Empaques se convertirá en la empresa de mayores ingresos del Grupo Carvajal y pasará de representar 17%, a 25% de las ventas de ese conglomerado empresarial.

Para llegar allá, ha avanzado varios pasos y está terminando la fase inicial de su proceso de expansión, con la emisión de acciones que busca recoger cerca de US$115 millones para concluir la financiación de las compras que hizo el año pasado.

¿Cuáles fueron las operaciones? La primera, enfocar su actividad en empaques rígidos para atender distintos mercados, desde la industria hasta el consumo masivo. Para ello, compró activos productivos por US$230 millones, como la empresa Convermex de México; la planta de Limpac en Chile; 35% de Tamolsa, su empresa en el Perú, y se quedó con 92% de la propiedad, y Barbal, en Colombia. Al mismo tiempo construyó la planta de Tocancipá, al norte de Bogotá. Esa decisión estratégica llevó a la compañía a desinvertir en negocios que hoy ya no son de su core: salió de Flexa y de la planta de pulpa moldeada en Buga, Valle, negocios por los que recibió US$50 millones.

En el proceso de financiamiento de las operaciones, Carvajal S.A. le dio a esta filial US$15 millones de capital que, sumados a los recursos que obtuvo por las ventas de los activos no estratégicos, le dejaban por financiar US$165 millones. De ellos, US$115 millones llegarán producto de la emisión de acciones, mientras los restantes US$50 millones los asumirá con créditos de largo plazo.

Todas estas movidas condujeron a que Empaques cambiará su estrategia: de pocos mercados y varios productos, a negocios más especializados, pero con mayor presencia regional que van desde México hasta Chile, con 11 fábricas que incluyen además a El Salvador, Perú y Colombia.

Con esta estructura, el siguiente paso será hacer crecer su Ebitda, que hoy está entre US$55 y US$60 millones, a US$120 millones en tres o cuatro años.

Para lograrlo va a desarrollar dos etapas. En la primera, consolidar lo que ha adquirido, trasladar eficiencias y tecnologías, buscar sinergias y desarrollar negocios que hoy tienen potencial y donde su presencia no es tan fuerte. En ese sentido, por ejemplo, en Colombia su fortaleza está en el sector industrial, pero no así en el de desechables y masivo, donde entrará con más fuerza. Además, tendrá que cuidar mercados como el peruano, centroamericano y el mexicano, donde es líder.

Así mismo, una ventana de oportunidad se está abriendo: el mercado de Estados Unidos, en especial el de Texas, que atiende desde su planta en Monterrey. El año pasado facturó cerca de US$25 millones hacia ese destino. Según Bernardo Quintero, presidente de Carvajal Empaques, la dinámica que trae este año podría llevar esas ventas a unos US$40 millones, gracias a la calidad del servicio y que –dice– se logran pedidos, en términos de volumen, que no atienden otras empresas en ese país.

Todas estas estrategias le permitirían alcanzar en dos o tres años ventas cercanas a los US$600 millones y consolidar su presencia.

“En ese momento, vendría la segunda etapa y tendríamos que mirar otros mercados para crecer, que pueden ser Brasil o Estados Unidos, montando o comprando plantas”, asegura Quintero, quien por ahora está concentrado en digerir las compras y adquisiciones que hizo en los meses pasados la compañía.