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De lo informal a lo formal

Según el Banco Mundial, la capital del país es una de las ciudades de Latinoamérica donde más se facilita crear empresa, pero la “carga burocrática” se ha ido al proceso de inspección y vigilancia (posterior a la apertura), la cual tarda en promedio 50 días. Un nuevo modelo de control que se trabaja en la actualidad, entrará a funcionar a mediados de este año.

Juan Carlos Martínez A.
26 de abril de 2007

Atrás parece que quedarán los tediosos y descoordinados procesos de inspección que adelantan los organismos de control para las nuevas empresas. Certificados de bomberos, medio ambiente, salubridad y de gobierno y otros tantos son necesarios para entrar a funcionar, lo que está llevando a quienes quieren crear empresa, a la informalidad.

Con el fin de cambiar este escenario, incentivar la formalidad empresarial y poner a Bogotá como ejemplo ante el mundo, la Alcaldía de Bogotá, la Cámara de Comercio de Bogotá, Confecámaras y la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial, adelantan un proyecto que busca unificar en un sólo modelo de inspección y vigilancia a las entidades Distritales encargadas de controlar a las nuevas empresas que entran en operación. De esta manera las Secretarias de Salud y Hacienda, los Departamentos del Medio Ambiente y Planeación, aplicarán un sistema de control único que simplifica procesos.

Los líderes del proyecto manifiestan que esta serie de acciones están encaminadas a fortalecer la formalidad del sector real en Bogotá y sus zonas de influencia, pues el actual sistema de control se hace dispendioso para los empresarios, con la consecuente tentación que puede llevar a caer en la informalidad. Además, contribuye decididamente en una mayor competitividad.

“Aspiramos a que este nuevo sistema reduzca en 60% los tiempos y costos a los empresarios en este proceso de control de las autoridades”, estima Kristtian Rada, directivo de la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial, que apoya financiera y asistencialmente este proyecto de simplificación de procesos.

El desarrollo del nuevo sistema de inspección y vigilancia está contemplado en cuatro fases: diagnóstico, reforma, implementación (actual) y sostenibilidad, todo esto para que exista mayor eficiencia de las entidades distritales, más transparencia frente a los empresarios, alta eficacia para el cumplimiento normativo, y en consecuencia un elevado impacto de competitividad en los empresarios de la ciudad.

“Este modelo inició hace tres años en Latinoamérica y lo que busca es facilitar la vida del sector empresarial durante la apertura y operación de las empresas. En el caso de Latinoamérica, estamos trabajando con 30 municipalidades como Sao Pablo, Lima, Tegucigalpa, ciudad de México entre otras, y ahora Bogotá, para mejorar las condiciones de los trámites de los empresarios para que sean más sencillos, menos complicados, más baratos para que se pueda abrir una empresa sin tanto problema”, asegura Rada.

Menos visitas
El sistema de inspección y vigilancia apunta básicamente a la eficiencia y reducción de la cantidad de visitas a empresas; disminución de pasos para obtener un concepto favorable de una inspección; simplificación y ahorro en el tiempo que invierte el empresario para cumplir con los requerimientos; aumentar el cumplimiento normativo por parte de los empresarios mediante una comunicación clara, concisa y previa de sus obligaciones normativas y la implementación de un sistema de información que permita generar tendencias para identificar en qué grupos de riesgo se debe concentrar el esfuerzo y en cuáles minimizar el riesgo.

Para ello se está trabajando en la categorización de las inspecciones por tipo de riesgos, pues actualmente se hacen inspecciones de manera reactiva. Ahora se buscará hacerlas de manera proactiva, pero bajo unos criterios de riesgo. Se harán visitas multidisciplinarias, donde exista una coordinación interna de todos los organismos y entidades encargadas de la vigilancia, todo con el fin de dar un solo dictamen al negocio y que éste cumpla con el total de las normas.

Según el directivo de la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial, lo que se quiere es que el sector informal pueda convertirse a la formalidad, pues cuando un empresario está pensando en crear en empresa, ellos evalúan cuáles son los costos de la transaccionalidad antes, durante y después que se cree la empresa, y por eso deciden ser informales.

Un claro ejemplo de la aplicabilidad de este modelo puede verse con lo que ocurría en la ciudad de Lima, donde al año se inscribían formalmente alrededor de 1.000 empresas y después de haber simplificado los procesos e implementado este proyecto, aumentaron los registros a 8.240 empresas. En una encuesta realizada por la entidad a esos mismos empresarios, estos reconocieron que lo hacían porque los tramites ahora son más sencillos y los procedimientos son claros, lo que evidencia que al mejorar el clima de negocios y al simplificar los procesos, se promueve la formalidad.

Esta iniciativa surgió del sector privado, pues para nadie es un secreto que los empresarios necesitan comodidad y agilidad a la hora de hacer negocios, sostiene Rada. “Se pretende llevar a Bogotá a un escenario de las mejores prácticas internacionales y hacer de esta ciudad un lugar modelo en Latinoamérica y en el mundo, con el modelo de manejo de inspecciones. Lo que queremos hacer en Bogotá es que el sector informal tenga razones para pasarse a la formalidad”.

Por ahora este proyecto sólo está pensado para Bogotá, pero sin embargo están visitando varias ciudades donde el modelo encaje y se pueda poner en marcha. Sin embargo, para el organismo multilateral lo que prima es la voluntad política que se tenga a la hora de querer implementar la formalidad en la ciudad. “Apoyamos a las ciudades o las alcaldías que demuestren ganas para hacer una reforma, porque esto significa un cambio cultural en la forma de trabajar, un cambio en los procesos”.

Para la Directora de Desarrollo Institucional de Bogotá, Gladys Mora, el nuevo sistema de inspección y vigilancia es fundamental para el entorno de competitividad que requiere la ciudad, porque facilita las cosas al empresariado. “Este plan se constituye en una herramienta clave para estimular la formalidad, lo que sin duda abre las puertas a más y mejores oportunidades, teniendo en cuenta el entorno de globalización económica en que vivimos”.