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¿El capo ofreció pagar la deuda externa de Colombia? Esta es la verdadera historia | Foto: Fotomontaje SEMANA

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¿Pablo Escobar ofreció pagar la deuda externa de Colombia? Esta es la verdadera historia

Ese es uno de los mitos que surgieron después de una controvertida reunión que tuvo lugar en Panamá entre el jefe del cartel de Medellín y el expresidente Alfonso López, para un supuesto sometimiento a la justicia por parte del capo.

Redacción Semana
3 de diciembre de 2023

En mayo de 1984 el expresidente encabezaba una delegación colombiana de observadores del proceso electoral de ese país, en el cual resultó elegido Nicolás Ardito Barletta. El grupo estaba integrado por protagonistas de la vida nacional como Jaime Castro, Felio Andrade, Gustavo Balcázar, Álvaro Leyva, Hernando Barjuch y otros.

Estando allá, López recibió una llamada del excoordinador de su campaña presidencial en Antioquia, Santiago Londoño White. Este le manifestó que el mayordomo de la familia Ochoa le informó que Pablo Escobar se encontraba en Panamá y estaba pensando en someterse a la justicia si le garantizaban su vida. Londoño le preguntó a López si él estaría dispuesto a ser garante de ese proceso, que se vislumbraba como una posibilidad de ponerle fin a la época de terror que estaba viviendo el país.

López pidió media hora para tomar una decisión al respecto. En ese lapso informó al presidente Betancur y se acordó que valía la pena explorar esa posibilidad. Se volvió a comunicar con Londoño, a quien le dijo que estaba dispuesto a reunirse con Escobar al otro día en el hotel Marriot, asegurándole que su vida no correría peligro.

Al día siguiente, esa reunión tuvo lugar a las cuatro de la tarde. Escobar se presentó con Jorge Luis Ochoa, el mayor del clan familiar que también formaba parte del Cartel de Medellín. También había volado desde Bogotá a esa cita Santiago Londoño.

ALFONSO LOPEZ MICHELSEN Pablo Escobar.
Pablo Escobar y Alfonso López Michelsen. | Foto: COLPRENSA

López, sorprendido ante esta pretensión de inocencia, les manifestó que dada la guerra que había entre Escobar y Lara para el Gobierno colombiano, era claro que ellos eran los únicos sospechosos de ese homicidio.

Escobar le contestó que él: “Era bandido, pero no estúpido”. Agregó que no tenía sentido para él ese asesinato, pues era obvio que él iba a ser el primer acusado. Eso, según el capo, significaría que la vida tranquila y familiar que tenía en Medellín terminaría para siempre y lo dejaría en una clandestinidad eterna.

Puntualizó que él nunca se haría ese daño a sí mismo, aclarando que en ese momento él y su familia habían tenido que esconderse en Panamá con su esposa embarazada de ocho meses, sin posibilidad de regresar a Colombia. Concluyó que ese crimen solo podía tener un autor que era la DEA, como estrategia para acabar con él. Ante esa realidad, él y el resto del Cartel de Medellín estaban dispuestos a desmontar el negocio y someterse a la justicia colombiana.

PABLO EMILIO ESCOBAR
Pablo Escobar Ed. 428 p. 41 Ed. 446 p. 34 | Foto: Lope Medina

El exmandatario le preguntó a Escobar en qué términos estaba pensando llevar a cabo esa entrega. El capo procedió a enumerar una serie de puntos que quería hacerle llegar al presidente Betancur. En ese momento quedó claro que lo que había sido planteado como un sometimiento a la justicia era más bien una propuesta de negociación.

El primer planteamiento que hizo Escobar fue que el Cartel de Medellín estaría dispuesto a ubicar todos sus laboratorios, sus flotas aéreas, sus rutas y sus conexiones de distribución en Estados Unidos. Además, ofreció la reintegración a Colombia de todos los capitales que tenían en el extranjero. López les preguntó que de qué monto se podría estar hablando, Escobar contestó que cercano a los 2.000 millones de dólares.

Con los años ha corrido la tesis de que en esa reunión Pablo Escobar ofreció pagar la totalidad de la deuda externa del país. Eso nunca sucedió. En el informe que López hizo de esa reunión quedó claro que lo único que se planteó fue traer la plata a Colombia, lo cual dio pie a la leyenda del pago de la deuda.

La única solicitud que hicieron los capos no fue que se eliminara la extradición, sino que esta no fuera aplicada con retroactividad. En otras palabras, que narcotraficante que exportara un gramo de ahí en adelante podía ser extraditado automáticamente. Lo que buscaban con la solicitud de no retroactividad era que los delitos de narcotráfico que fueran judicializados con anterioridad a la fecha del acuerdo tendría consecuencias penales en Colombia, pero no en Estados Unidos.

PABLO EMILIO ESCOBAR
Pablo Emilio Escobar, narcotraficante. Ed. 1000 p. 336 ed. 1082 p. 66 Ed. 1053 p. 60 | Foto: A.P.I.

Terminados esos planteamientos, López les pidió a sus interlocutores que hicieran la propuesta por escrito y que él se la haría llegar al presidente. Les aclaró que creía que la posibilidad de que esas condiciones fueran aceptadas dependía más del Gobierno de los Estados Unidos que del de Colombia.

Al ser informado Betancur, le pidió al procurador Carlos Jiménez Gómez que se trasladara a Panamá para determinar la viabilidad jurídica de esa oferta. Cuando no había arrancado aún esa iniciativa, alguien le filtró a Juan Manuel Santos, entonces subdirector de El Tiempo, la reunión del Marriot. Santos llamó a López y le preguntó si era verdad que había tenido lugar ese encuentro. López le confirmó que sí y le contó los detalles de cómo había sucedido. Santos le preguntó si podía publicarlo. López le contestó que esa era una decisión periodística que no dependía de él.

Al otro día la reunión de Panamá salió en la primera página de El Tiempo y se convirtió en un escándalo nacional. El argumento central es que una cosa era negociar con la guerrilla, y otra con los narcos, que era lo que pretendía Escobar. López fue fuertemente criticado y muchos pidieron la renuncia del procurador. La iniciativa murió antes de que el presidente Betancur ni siquiera tuviera tiempo de estudiar la propuesta.

En el fondo, lo que había detrás de todo este episodio era una más de las artimañas de Pablo Escobar. Para empezar resultó ser una mentira descarada que él no era el autor intelectual del asesinato de Rodrigo Lara, porque rápidamente se confirmó su culpabilidad. Su ofrecimiento de someterse a la justicia colombiana cuando esta estaba intimidada era poco probable que llegara a feliz término cualquier proceso en su contra.

Y si de casualidad algún proceso progresaba, Escobar tendría la garantía de la no extradición y la posibilidad de manipular a los jueces como lo había hecho hasta ahora.

Años después, cuando se descubrió que la cárcel de la Catedral era un club privado donde Escobar no solo manejaba el negocio de la droga, sino que ejecutaba a los que no cumplían sus órdenes, quedó claro que todas las entregas que él ofrecía tenían un enorme gato encerrado.