Paula hace parte del grupo de instructores vinculados a este programa que ha transformado la vida de muchos usuarios que hoy se mueven sobre dos ruedas.
Paula hace parte del grupo de instructores vinculados a este programa que ha transformado la vida de muchos usuarios que hoy se mueven sobre dos ruedas. | Foto: Cortesía Paula Andrea Cogote.

Regiones

Biciescuela para adultos, una fórmula ganadora en el Valle de Aburrá

A través de estos espacios los adultos han aprendido a ganar confianza y movilizarse de manera segura sobre dos ruedas. En octubre se había impactado a 2.500 usuarios.

7 de diciembre de 2021

Cuando Paula Andrea Cogote viajaba en taxi, en metro o en bus y veía a los ciclistas por las ciclorrutas de Medellín pensaba lo mucho que le gustaría movilizarse sobre dos ruedas como ellos, pero le daba miedo transitar entre tantos vehículos, en especial cuando pasaba por el centro de la ciudad. Además, no sabía montar en bicicleta.

En 2018 se atrevió a aprender. Decidió buscar quién le enseñara a pedalear, a sostener el equilibrio y a elegir las mejores rutas habilitadas en Medellín y el Valle de Aburrá. Contactó al Colectivo SiCLas, una comunidad que promueve el uso de la bicicleta en el Valle de Aburrá, y tiene una biciescuela en donde les enseñan a montar a adultos como a Paula.

“Comencé a practicar desde el nivel más básico. Me caía mucho al inicio, pero cuando logré mantener el equilibrio me sentí más segura”, recuerda Paula. Su primer viaje sola lo hizo desde el barrio Boston, en el centro oriente de Medellín, hasta la Biblioteca Pública Piloto, al otro lado del río, sobre el sector occidental de la ciudad. “Mis compañeros estaban estresados porque no llegaba”, recuerda con gracia.

Más seguros sobre ruedas

Algo similar le sucedió a Juan Bernardo Palacio, Bob, como lo conocen todos, es fácil identificarlo. Pero no porque haya perdido su brazo derecho en un accidente laboral, que quizás sea solo una pista para reconocerlo, sino porque ha sido uno de los gestores de las biciescuelas desde 2014, cuando el Colectivo SiCLas comenzó a promoverlas en la ciudad para enseñarles a los adultos a montar en bicicleta.

Entre 2017 y 2018 el colectivo unió esfuerzos con el Área Metropolitana del Valle de Aburrá para implementar esta iniciativa en varios puntos. “Siento que las personas que se acercan a la bicicleta y encuentran ese feeling, esa química, esa chispa, eso que tenían quizás como una frustración de pequeños van transformando su cotidianidad. Asumen un estilo de vida que les queda para siempre”, sostiene Bob.

Hoy, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá, cuenta con tres puntos en los que se ofrece atención a los usuarios que están interesados en aprender a montar en cicla. Para el subdirector de Movilidad del Área Metropolitana, Jhonatan Hernández Loaiza, precisa que en 2021 la biciescuela ha tenido puntos fijos de atención: en la zona del estadio Atanasio Girardot de Medellín, en la Unidad Deportiva Tulio Ospina de Bello y en la ciclovía de Itagüí, además de una escuela itinerante que recorre los diez municipios.

“El objetivo es que las personas reciban la formación para que tengan las habilidades necesarias que les permitan optar por el uso de la bicicleta como medio de transporte. Para este año teníamos la meta de impactar a cerca de 2.000 usuarios, pero ya superamos la cifra desde octubre, cuando ya registrábamos 2.500 usuarios atendidos. Creemos que terminaremos el año con más de 3.000″, indicó el funcionario.

Hernández también compartió algunos datos sorprendentes como el promedio de edad de los usuarios, que es de 57 años, y que el 80 por ciento son mujeres, lo cual indica que ellas han encontrado mejores condiciones de seguridad para utilizar la bicicleta por las ciclorrutas y las vías del Valle de Aburrá.

De usuaria a instructora

Paula se sintió tan cómoda con su experiencia en la biciescuela que se ofreció como voluntaria. Aprendió a enseñar a otras técnicas y cómo desarrollar destrezas para disfrutar de la bicicleta.

Así comenzó su tránsito de usuaria a instructora y con el tiempo descubrió que las biciescuelas eran una opción de vida. Ella, que es profesional en Ingeniería de Alimentos y magíster en Gestión de Calidad, decidió matricularse en una licenciatura en Educación Física y Deportes, que cursa en la actualidad.

Ahora hace parte del grupo de instructores vinculados a este programa que ha transformado la vida de muchos usuarios que hoy se mueven sobre dos ruedas. “Esto me cambió el semblante y las vibraciones, nunca he obtenido un beneficio económico, pero fue un alivio y una opción de vida”, destaca Paula de su experiencia

Este programa, capaz de transformar hábitos y comportamientos, está reservado a mayores de edad y los inscritos asisten a cursos de nivelación de acuerdo a su habilidad para montar en bici, que van desde lo más básico hasta lo más avanzado.

Así que, si usted aún no se atreve, acuda a las biciescuelas, y aprenda dominar la cicla tal como lo hicieron Paula y Bob. Es una manera de proteger el medio ambiente y es un medio de transporte eficiente para movilizarse en la ciudad sobre dos ruedas.

*Contenido elaborado con apoyo del Área Metropolitana del Valle de Aburrá.