Trump dice que la OMS se plegó a los intereses de China y por eso el mundo se demoró en saber sobre la pandemia. | Foto: fotografía_ iStock - Afp

SALUD

La hora oscura para la OMS por su manejo de la pandemia

No paran las críticas a la Organización Mundial de la Salud (OMS) por su manejo de la pandemia del coronavirus.

29 de junio de 2020

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha criticado fuertemente a la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y en abril pasó de las palabras a los hechos cuando dejó a esta entidad multilateral sin los aportes de su país, US$450 millones al año. No contento con eso, en mayo anunció que rompía relaciones con esa organización.

La OMS surgió luego de la Segunda Guerra Mundial, cuando el planeta buscaba dejar atrás el conflicto más devastador de su historia. Nació oficialmente el 7 de abril de 1948 como parte del andamiaje institucional asociado a la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Para el período 2014-2019, la OMS tuvo un presupuesto de US$12.000 millones, integrado principalmente por los aportes de los países asociados. Al llegar la pandemia la OMS, siguiendo los protocolos, primero advirtió sobre la aparición de un virus en China, exactamente el 1 de enero de este año. Durante los primeros 10 días del año hizo seguimiento a los casos en Asia y advirtió el paso a Tailandia el 13 de enero. El 22 de enero realizó el Comité de Emergencias que analizó por primera vez el alcance de la enfermedad. Y mes y medio después, el 11 de marzo, anunció que el mundo enfrentaba una pandemia.

Pero, a pesar de estar muy activa, surgieron las críticas. Trump planteó su desacuerdo con la posición de la OMS frente a China y eso originó la ruptura de relaciones. Sin embargo, muchos consideran que esas afirmaciones solo tienen contenido político.

Sin embargo, no solo el magnate ha criticado a la entidad. Taiwán y Japón han señalado que China se negó a entregar información más rápidamente a la OMS y que la entidad no hizo nada para impedirlo.

En Colombia, el director de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), Mauricio Santamaría, exministro de Salud, se fue lanza en ristre contra la entidad.

En su cuenta de Twitter, a comienzos de junio, Santamaría dijo: "Estoy impresionado por el mal manejo de la OMS a la pandemia. Poca transparencia y mensajes contradictorios. Al principio no hizo pública la información, se demoró en declarar la emergencia, publicó resultados de ensayos clínicos incompletos que después tuvo que recoger".

Y agregó: "Ahora está tratando de corregir eso emitiendo mensajes que no son claros y tratando de infundir pánico. No está ayudando. Realmente no me extraña, porque cuando fui MinSalud me costó mucho trabajo trabajar con la OMS y la OPS. Muy burocráticas y llenas de ideología. Muy dogmáticas".

Santamaría refuerza la tesis de quienes ven en la entidad una estructura sin capacidad de respuesta frente a un evento de dimensiones planetarias y con una rápida capacidad de expansión en un mundo globalizado.

Una de las razones de esas críticas proviene de hechos reales y de equivocaciones garrafales de la entidad. Por ejemplo, en su cuenta de Twitter, y el 15 de enero cuando nadie hablaba aún del tema, la OMS aseguró: "Investigaciones preliminares conducidas por las autoridades chinas no han encontrado evidencia clara de transmisión humano a humano del nuevo coronavirus identificado en Wuhan".

La defensa

Obviamente, muchos defienden a la Organización que ha jugado un rol protagónico en la lucha de la humanidad contra enfermedades como la viruela, polio y tuberculosis. Además, la OMS es clave en cuanto a brindar asesoría técnica a los países más pobres para enfrentar sus problemas generales de salud entre las poblaciones menos favorecidas. No se trata de cualquier entidad.

En declaraciones a la cadena británica BBC, Joao Nunes, catedrático de Relaciones Internacionales de la Universidad de York, aseguró que la OMS sigue siendo uno de los baluartes "del ideal de salud como bien público y colectivo".

El director de la institución, Tedos Adhanom, ha dicho en diversos escenarios que la OMS no tiene la capacidad de incidir en las decisiones de cada uno de los países y por eso, hay una responsabilidad que le cabe a cada administración nacional en la lucha contra la pandemia.

Esto es más que cierto, porque la OMS no coadministra los países, aunque sí hace trabajo coordinado a nivel científico y técnico. Además. establece protocolos para enfrentar los problemas de salud pública.

A esto hay que agregarle que, sin importar los problemas que tenga la OMS, este no es el momento de poner en entredicho su labor. En efecto, nadie en sus cabales plantearía una reforma justo cuando el mundo requiere todas las fuerzas para enfrentar la peor pandemia de la historia moderna.

Además, muchos gobiernos suelen culpar a este ente multilateral de sus fallas al enfrentar sus situaciones de calamidad pública. La actitud de Trump, por ejemplo, no se compadece con la enorme ambigüedad y hasta indiferencia con la que su gobierno ha manejado la pandemia en su país.

La humanidad tiene que encontrar salidas a la crisis. Probablemente, la OMS, como máxima autoridad mundial en temas de salud pública, puede ser reformada para mejorar los servicios que les ofrece a los distintos países y en general a todo el planeta. Ya llegará el momento de hacerlo.