Canciller alemana, Angela Merkel. | Foto: EFE

Internacional

Piden a Grecia mantener rumbo pese furia por austeridad

La canciller alemana, Angela Merkel, dijo que los "esfuerzos" y "progresos" alcanzados por Grecia, traducidos en draconianas medidas de austeridad, "valen la pena" mientras que decenas de manifestantes rechazaban esta visita.

9 de octubre de 2012

La policía disparó gases lacrimógenos para dispersar a grupos de manifestantes que intentaban tirar abajo una barricada que protegía uno de los accesos adonde Merkel estaba reunida con el primer ministro griego Antonis Samaras.

Mientras que la canciller alemana se reunía con Samaras para evocar los "progresos" en las reformas exigidas a Atenas, unos 25.000 manifestantes protestaban en las calles en repudio a las medidas de disciplina fiscal por las que responsabilizan a Alemania como su principal impulsor.

En la manifestación se podía leer carteles como: "Fuera Merkel, Grecia no es una colonia", "Mal Venida", "Fuera los imperialistas", "No al 4º Reich", proclamaban algunas consignas más hostiles, sobre todo de los sectores de la derecha nacionalista, en momentos en que el gobierno de coalición griego saludaba con un mensaje de apoyo la llegada de Merkel.

Esta es la primera visita de Merkel a Grecia desde que estalló la crisis de la zona euro hacia casi tres años.

Merkel se convirtió en una personalidad odiada en Grecia a medida que el país se vio obligado, por sus acreedores, a aplicar drásticos recortes, que lo hundieron en la recesión, a cambio de un rescate financiero y un alivio de su deuda.

La canciller fue caricaturizada como Adolf Hitler en la prensa tabloide griega.

"Estoy profundamente convencida de que estos esfuerzos valen la pena y Alemania quiere ser un buen socio", dijo Merkel en su primera visita a Grecia en cinco años. "Se logró mucho. Queda aún mucho por hacer, y Alemania y Grecia trabajarán juntos muy estrechamente", pero "si no resolvemos los problemas ahora, se manifestarán más tarde de manera aún más grave", advirtió la canciller.

Samaras, un conservador que accedió a la jefatura de gobierno en junio, respondió que "Grecia está determinada a cumplir sus compromisos" y añadió que "el pueblo griego sangra, pero está determinado a ganar la batalla de la competitividad".

La visita de Merkel se produce en un momento crucial para Atenas, que está en finalizando con la troika de acreedores (UE, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) un nuevo paquete de recortes fiscales de al menos 13.500 millones de euros para continuar recibiendo los tramos de ayuda financiera internacional.

Según una fuente del ministerio de Finanzas el martes, la próxima partida de 31.500 millones de euros, que Atenas espera desde hace meses, la recibirían "para fines de noviembre a más tardar".

En tanto Grecia debe votar nuevas medidas fiscales, indicó esta fuente.

Berlín y Atenas vendieron ambos la visita de Merkel como un gesto de solidaridad y aliento a Grecia en sus esfuerzos de reforma, pero muchos griegos estiman que la visita sólo sirve para alimentar el odio.

Christina Vassilopoulo, una institutriz de 37 años, dijo que participa en la manifestación para protestar por las "decisiones tomadas en las reuniones europeas en las que Merkel manipula a los participantes". "Tengo un doctorado y gano 900 euros por mes, 400 menos que antes. Tenemos niños que pasan hambre y la mayoría de los padres están desempleados", dijo.

Vana Koranaiou, una comerciante que vende marroquinería alemana cerca de la plaza Syntagma, dijo que "esta visita hecha aceite al fuego".

Al cabo del encuentro con Samaras, Merkel se entrevistó con el presidente Carolos Papoulias, que subrayó que Grecia "alcanzó sus límites". "Hay que pensar en medidas que den esperanza a la gente, para enfrentar el desempleo de los jóvenes y de las mujeres", dijo Papoulias, según las imágenes transmitidas por la televisión griega.

Merkel le respondió que venía a Grecia "como una amiga y un socio y que deseaba resolver problemas".
                                   

Afp