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INTERNACIONAL

Un fantasma recorre Europa: la desaceleración

El Banco Central Europeo (BCE) rebajó el jueves el pronóstico de crecimiento de la zona euro para este y los próximos dos años y reforzó su apoyo a la economía. En su tradicional comunicado de política monetaria, la entidad pospuso hasta "al menos a fines de 2019" un aumento de las tasas que debía intervenir, según las comunicaciones anteriores de la entidad, este verano.

7 de marzo de 2019

La entidad de Fráncfort ya sólo prevé un crecimiento de 1,1% en 2019 para la zona euro y 1,6% en 2020, contra 1,7% los dos años en sus previsiones de diciembre. Para 2021 mantiene el objetivo de 1,5%.

El BCE también revisó a la baja las previsiones de inflación, dejándola en 1,2% este año, 1,5% en 2020 y 1,6% en 2021, contra respectivamente 1,6%, 1,7% y 1,8% en sus previsiones de diciembre.

El presidente de la entidad, Mario Draghi, admite así implícitamente que el BCE no alcanzará antes 2022 su objetivo de un alza de precios levemente inferior a 2% y que por lo tanto no alcanzó su misión principal.

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Ante la prensa, Draghi presentó un horizonte con múltiples "riesgos" hacia la coyuntura, que va desde tensiones proteccionistas a incertidumbres geopolíticas, pasando por los sobresaltos de los mercados emergentes. La "desaceleración de la demanda externa", así como "factores" específicos en algunos sectores o países, tales como las dificultades de la industria automotriz alemana, "sugieren perspectivas más débiles que las esperadas a mediano plazo", declaró.

Insistió no obstante, como en las reuniones anteriores, en el apoyo económico vinculado "a las condiciones favorables de financiamiento", a una caída del desempleo y al alza de los salarios, así como a la expansión actual de la actividad mundial, incluso desacelerada".

El Consejo de Gobernadores de la entidad sigue por consecuente considerando como "débil" la probabilidad de una recesión en el conjunto de la zona euro, agregó Draghi. Luego de estos anuncios, el euro caía frente al dólar 0,48%.

El crecimiento flaquea 

En 2016 y 2017, los bancos, en primer lugar los más frágiles, como los de Italia, se precipitaron para beneficiar de préstamos a tasa cero.

"Estas medidas no son una enorme sorpresa, pero el momento elegido sí lo es", resumió Carsten Brzeski, economista del banco ING, según quien el BCE busca evitar "un endurecimiento brutal" de su discurso.

El grupo de 19 países que utilizan la moneda única no está amenazado en su conjunto por una recesión, según ya dijo el presidente del BCE, Mario Draghi. Pero esta región, muy dependiente del comercio, sufre desde hace meses por la desaceleración de los intercambios internacionales y la debilidad del sector manufacturero, principalmente el de Alemania.

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La situación se reflejó en las nuevas previsiones de crecimiento e inflación para la zona euro, que presentó Draghi en conferencia de prensa. La mayoría de las organizaciones internacionales hicieron lo mismo. La última, la OCDE, rebajó incluso su previsión de crecimiento a  sólo 1%.

El primer objetivo del BCE es mantener un alza de precios a mediano plazo levemente inferior a 2%, un nivel que no alcanza desde hace 4 años, situación que parece que le escapará nuevamente.

El jueves, Draghi anunció que la entidad redujo su previsión de inflación que este año debería alcanzar 1,2% (1,6% en las previsiones de diciembre), 1,5% en 2020 (1,7%) y 1,6% en 2021 (1,8%). Los riesgos en el frente económico se acumulan con el Brexit y los conflictos comerciales entre Washington y varios países.

El conflicto comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea podría terminar con nuevos aranceles recíprocos. Esto sería un duro golpe para la industria europea, en particular el sector automotriz alemán.

En los últimos 20 años de existencia, el BCE elaboró los protocolos a utilizar si la situación se agrava, entre ellas el histórico programa de compra de deuda pública y privada, que alcanzó los 2,6 billones de euros, y que detuvo a fines de diciembre.

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* Con información de AFP.