El servicio estrella de esta firma, que es la mayor empresa operadora del sector en Europa | Foto: Archivo Semana

Internacional

"Multipropiedad", para ahorrar volando en medio del lujo

En la era de los vuelos internacionales a precio de autobús, el jet privado se mantiene como una alternativa, y sin restricciones de equipaje, para quien puede pagar la ahora módica suma de 5.500 euros por cada hora de lujo y mimos.

28 de abril de 2013

Esta es la nueva barrera "low-cost" a la que una empresa internacional, que opera en Europa desde Portugal, ha llevado el precio de los exclusivos vuelos en reactor particular gracias al sistema de la "multipropiedad", el mismo que permite compartir entre muchos un apartamento de vacaciones para usarlo dos semanas al año.

El éxito de esta opción, plato fuerte de NetJets Europe, cuya sede principal de operaciones está en la ciudad de Oporto, le acaba de permitir incorporar otra aeronave de última generación a su flota de aviones privados de lujo.

Como los viajeros que buscan el billete más barato en las ofertas de las aerolíneas o comprimen el equipaje para no pagar extras, los afortunados usuarios de los jets privados también ahorran costes, pero sin renunciar al lujo, la comodidad y los horarios a medida, gracias a la vieja idea de compartir.

"Si compras un avión tienes hacer el pago completo, contratar un piloto, mantenerlo..." y eso es carísimo, explica el presidente y jefe de operaciones de NetJets Europe, Mark Wilson, que subraya la poca rentabilidad de poseer una nave propia cuando su empresa ofrece paquetes desde 137.000 euros para volar 25 horas.

La división de la propiedad del avión permite a los dueños disfrutar de la mayoría de las ventajas de poseerlo en exclusiva, como la flexibilidad horaria y la privacidad, pero con una fracción de su coste.

El servicio estrella de esta firma, que es la mayor empresa operadora del sector en Europa, es la propiedad fraccionada, que hace a sus clientes dueños parciales de un jet que pueden usar durante un número determinado de horas al año.

Los dueños de la última adquisición de la empresa, el lujoso Bombardier Global 6000, pagan entre 2 y 2,5 millones de euros por poseer un dieciseisavo del avión.

Eso equivale a cincuenta horas de vuelo en un confortable y amplio espacio para pasajeros, separado de la tripulación y de la cocina de abordo y con acabados en piel de avestruz, madera de sapele y acero.

Pese a la crisis, la empresa asegura que vendió las participaciones del primer modelo de ese avión, del que va incorporar otras unidades, antes de que el aparato estuviera en manos de la compañía.

Para Wilson las claves del éxito de su negocio, que cuenta con una flota de 130 aviones, es que garantiza privacidad a sus privilegiados viajeros y les permite optimizar el tiempo que dedican a viajar al librarles de esperas y conexiones innecesarias.

"Es poco probable que hables sobre determinados detalles de tus negocios si tienes un desconocido a tu lado, mientras que aquí controlas quien está en el avión", razona Wilson, cuyo servicio pone en cualquier punto del mundo y en menos de 10 horas al cliente.

La idea de hacer el jet privado más asequible con la multipropiedad empezó a desarrollarse en 1986 en Estados Unidos por NetJets, Inc, la empresa estadounidense de la que surgió la europea.

La firma conquistó a Warren Buffett, el tercer hombre más rico del mundo según la revista Forbes, que vendió su avión privado y de cliente pasó a ser propietario de NetJets Inc en 1998.

Los ejecutivos adinerados componen el 70 % de los usuarios, según Wilson, y la compañía les ofrece muchas ventajas, como el lujo, la atención esmerada a bordo y actividades de ocio para completar una experiencia de viaje completamente privada y exclusiva, a pesar de la propiedad compartida.

La comida en los vuelos viene de restaurantes con estrellas Michelin, como el Hakkasan de Londres o el L'Arpège parisino, y se ofrece a los viajeros asistir a exhibiciones deportivas y eventos exclusivos, como conciertos privados de Katy Perry y Bono o un encuentro con el tenista Roger Federer. 

EFE/D.com