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Las consecuencias de la posible quiebra de la agencia de viajes británica Thomas Cook

La posible quiebra de la agencia de viajes británica Thomas Cook, que tiene su propia compañía aérea, podría provocar una operación inédita de repatriación de miles y miles de turistas en todo el mundo.

22 de septiembre de 2019

¿Qué pasa en caso de quiebra? Si Thomas Cook, con grandes dificultades financieras, no logra los fondos necesarios para su plan de rescate (unos 200 millones de libras, 227 millones de euros), la empresa tendrá que ponerse bajo el régimen de quiebra de Gran Bretaña. 

La primera consecuencia es que las actividades del grupo tendrán que cesar de inmediato. Sus agencias de viaje deberían cerrar, sus aviones dejar de volar y los empleados (unos 22.000 en el mundo, 9.000 de ellos en el Reino Unido) podrían perder sus empleos.

Luego habrá que nombrar varios administradores, probablemente procedentes de gabinetes de auditoría, para intentar buscar un comprador para la empresa, reestructurar la deuda o bien vender algunas actividades.

En caso de quiebra, unos 600.000 turistas en todo el mundo deberán ser repatriados, entre ellos 150.000 británicos, lo que sería la mayor operación de este tipo en Gran Bretaña desde la Segunda Guerra Mundial.

 La repatriación podría necesitar un plazo de dos semanas, el tiempo máximo de las estancias que comercializa Thomas Cook.

 ¿Quién se encargaría de la repatriación? La repatriación sería organizada por la Autoridad Británica de la Aviación Civil (CAA), como ya se hizo en el caso de la quiebra en octubre de 2017 de la compañía aérea británica Monarch.

El costo de la operación alcanzaía a centenares de millones de libras, unos 600 millones sólo en el Reino Unido.

La CAA tiene previsto un plan de urgencia, llamado "Matterhorn", inspirado en el nombre de una operación de bombardeos estadounidenses contra fuerzas japonesas durante la Segunda Guerra Mundial.

¿Como proteger los derechos de los turistas? Thomas Cook asegura a sus clientes británicos que están protegidos por la llamada garantía ATOL.

Este sistema, que emana de una directiva europea, está gestionado por la CAA y se aplica a los turistas que hayan comprado un viaje todo en uno (paquete), con vuelos y hotel incluidos.

Los turistas que ya estén de vacaciones podrán terminar su estancia y luego volver en vuelos de otros compañías. A los que todavía no se fueron les devolverán su dinero o les propondrán otras vacaciones.

La directiva europea de viajes ‘todo en uno‘ (‘Package travel directive‘) se aplica para los demás países de la UE, que podrán beneficiarse de garantías o fondos locales de reembolso.

Cada viaje organizado alimenta un fondo de garantías, que sirve en casos de emergencia como sería la quiebra de Thomas Cook.

El CAA asegura que hará todo lo posible para devolver a los turistas a sus casas el día previsto, pero volando en otras compañías aéreas.

Los viajeros que compran sólo billetes de avión de Thomas Cook no están cubiertos por el sistema ATOL, pero pueden reclamar a sus compañías de seguro o de tarjetas de crédito.