Santiago Botero, CEO Finsocial.

PUBLIRREPORTAJE

Finsocial hacia la Banca Digital

Por Santiago Botero, CEO Finsocial

26 de octubre de 2020

La Superintendencia Financiera de Colombia (SFC) viene aplicando con rigor un marco regulatorio sumamente estricto sobre aquellas compañías fintech que apuntan a captar recursos del público, originar crédito y, así, participar en creación secundaria de dinero a través de autopistas digitales. 

Pero está bien que la regulación sea severa, pues la intermediación financiera digital acarrea responsabilidades enormes y exige: i) impecable validación biométrica del cliente (para evitar fraudes de identidad y garantizar un proceso kyc idóneo), ii) core bancario sólido y funcional aún sin tanto ladrillo y cemento, iii) adecuada administración de los riesgos inherentes a la banca (que se exacerban en el ámbito LA/FT, operativo y de crédito cuando se trata del mundo digital), y iv) capacidad para garantizar plena continuidad y ciberseguridad de la operación. 

Es por esto que muchos nos preguntan por la visión que tenemos de convertir Finsocial en banco digital, vigilado y regulado bajo el inclemente rigor de la SFC. Parecería contra intuitivo querer navegar un río que no es propiamente de leche y miel. Pues bien, con todo y lo duro que pueda resultar, son varias las razones para hacerlo. 

En primer lugar, no sólo sabemos prestar, sino que hemos dado el gran salto digital, con todas las inversiones de rigor y robusteciéndolas cada día más. Es decir, en el frente tecnológico estamos más que preparados. En segundo lugar, porque con acceso a mayores volúmenes de fondeo gracias a los depósitos del público, el límite de crecimiento de Finsocial, incluso bajo nuestros estrictos anillos de seguridad, es enorme. Tercero, porque aumentará el valor de la compañía. En concreto, los modelos y simulaciones revelan que, de acceder a depósitos del público, la mera reducción en las tasas de fondeo de la compañía va a generar un incremento en su valor entre 1.8 y 2.0 veces. 

Cuarto, los requisitos de provisión no afectarán el balance de Finsocial. Resulta que la almendra de nuestros anillos de seguridad, un seguro de cumplimiento con garantía SURA por el 90% de saldos insolutos, funge como garantía admisible al regulador. Tanto así, que nuestro ICV nunca ha rebasado el 1%. En consecuencia, la provisión exigida no sobrepasará, en promedio, el 12%. Quinto, porque Finsocial está en capacidad de ofrecer a sus clientes condiciones tremendamente justas y atractivas para competir de forma sostenida y rentable con los demás actores de la industria. De hecho, apuntamos a trasladar a los clientes, ahorradores y tomadores de crédito, la totalidad del menor costo de transacción que resulta de una operación 100% digital. Finalmente, este paso nos permitirá profundizar en nuestra agenda de innovación y disrupción en una industria que tanto lo necesita. Por ejemplo, avanzamos en el diseño de un sistema de pagos que hemos denominado el ‘Uber’ de los cajeros. 

He ahí las razones por las cuales Finsocial hoy camina hacia la banca digital. Es nuestro camino, es nuestro destino.