| Foto: comercial

MOVILIDAD

El pago por uso, un modelo que toma fuerza

La movilidad, esa necesidad de los humanos que avanza cada vez más con pasos de gigante, ha abierto la entrada a soluciones que buscan mejorar la calidad vida de las personas y de las ciudades, aportándole al cuidado del medio ambiente.

1 de agosto de 2018

Tanto en Europa como en Estados Unidos ha llegado a un mayor grado de evolución la creencia de que, el ser dueños de los activos es un factor de estándares socioeconómicos altos, pero no solo es cuestión de cultura o regiones, sino que también las nuevas generaciones están cambiando esta creencia para preferir invertir su dinero en experiencias más que llenarse de activos improductivos.

En Colombia ya vemos la adopción de algunas tendencias y la llegada cada vez más de nuevos modelos. El pago por uso de los vehículos (el renting o el rent a car), por ejemplo, es un modelo que las grandes empresas del país han empezado a adoptar para solucionar la necesidad de transporte o de movilidad, y al que cada vez más se acercan las pymes.

Bavaria, Argos, Bimbo, Coca Cola y Postobón son algunas de las grandes empresas que en el país ya tienen una movilidad inteligente respaldada en el renting o sea en el pago por uso de sus flotas.

Y no es para menos si este modelo se analiza desde el punto de vista económico. Según estimaciones, con el renting se reducen los gastos asociados con los vehículos en un 15% en promedio, además, el empresario ya no debe preocuparse por impuestos, mantenimientos y depreciación de la flota, de esta manera, a través del pago por uso las empresas son más competitivas.

Para Carlos Mario Santa, gerente de marca y comunicaciones de Renting Colombia, la clave del éxito del renting tiene que ver con el hecho de que el cliente puede dedicarse a lo que sabe hacer, a la razón de ser de su negocio, olvidándose así de asuntos relacionados con los vehículos con los que transporta sus productos. “Además, ese dinero que se invierte en un carro, que se deprecia constantemente, lo puede destinar a activos productivos”, afirma el directivo.

El rent a car cuenta con varias marcas en el país, y consiste en alquilar entre un día y un año un vehículo. El carsharing es la opción de alquilar un vehículo por tiempos cortos, un par de horas, por ejemplo, y es una tendencia que ya comienza a verse en el país, en Bogotá se destaca Car B, una plataforma digital que permite que diferentes usuarios alquilen el mismo automóvil en diferentes horas del día; solo tienen que buscar el carro disponible más cercano, reservarlo y utilizarlo. Por supuesto, para que estos sistemas tengan mucha más acogida en el país, es necesario trabajar en la cultura de la confianza de los consumidores y en el desarrollo de la infraestructura tecnológica.

En cuanto a la tendencia del carsharing encontramos a TURO, una plataforma que nace en Estados Unidos en la que los propietarios de automóviles pueden alquilar sus vehículos a otras personas y establecer sus propios precios. Simplemente listan su auto, cargar algunas fotos y actualizan un calendario. La compañía le notifica si alguien quiere su automóvil, pero el propietario tiene control total e incluso tiene su propio seguro. 

Pero este es solo un modelo, si se tiene en cuenta que otras apuestas están dirigidas a la movilidad colaborativa, que busca que las personas compartan su carro, o el transporte intermodal, una versión más avanzada de lo que se está adoptando en la capital del país con el Sistema Integrado de Transporte. Bajo este concepto, los usuarios tienen la posibilidad de disfrutar de una red integrada de carros, bicicletas, buses y trenes, entre otros. Por otro lado, está el Ridesharing, que fácilmente podría confundirse con el Carsharing, pero tienen una gran diferencia. Este concepto hace referencia a un servicio de transporte sostenible y colaborativo conectando a pasajeros con conductores como es el caso de la aplicación Uber. En el transporte de mercancías y debido al alza de las tarifas, estas tendencias están planteando un cambio en el modelo de negocio, un ejemplo es que los espacios en los camiones de una marca en particular podrían compartirse por varios clientes que tienen una misma ruta, siendo incluso de la competencia, es decir aliados en la ruta, enemigos en el mercado…

En conclusión, en Colombia ya vemos que el pago por uso está avanzando en algunos sectores y algunos segmentos de usuarios, sin embargo, aún hay muchas oportunidades desde el tema cultural para mitigar la creencia de que el tener o ser propietario es lo óptimo. Para llegar a este nivel es clave que exista consciencia tanto desde la ciudadanía, las empresas y lo gubernamental para cerrar la brecha entre otras culturas y regiones donde ya estos modelos hacen parte de su ADN ciudadano y además promover la movilidad limpia, fluida y con rutas más eficientes que todos necesitamos para una mejor calidad de vida.