Especial Líderes Empresariales, El Legado
“Somos una constructora boutique, especializada en productos frente al mar para la familia”, dijo Rodrigo Puente Escallón. | Foto: Tico Ángulo

Líderes empresariales, el legado

“Nuestra evolución ha sido hacia la biofilia”

Al empresario de la construcción, Rodrigo Puente Escallón, conocer el mundo le permitió visionar una Cartagena capaz de satisfacer los gustos más desafiantes de los inversionistas globales, o de clientes que buscan conectarse con la naturaleza desde el lujo y la exclusividad.

Redacción Semana
16 de diciembre de 2023

Por décadas, el apellido Puente ha estado vinculado a grandes obras que fueron proyectadas para llevar a otro nivel el estilo de vida en Cartagena. Rodrigo Puente Escallón, el líder detrás de los condominios morros desarrollados al norte de ciudad, le heredó a su padre, el ingeniero civil Rodrigo Puente Arroyo, el gusto por la construcción, su buen nombre, disciplina; y también los tres lotes con los que inició el sueño de levantar este complejo de lujosos condominios. Más allá de querer conferir al paisaje modernidad y exclusividad, abrió paso a la biofilia, un concepto del que es pionero en el país.

¿Qué tanto influyó su papá en su decisión de convertirse en un líder del sector de la construcción en la Región Caribe?

RODRIGO PUENTE: Él era constructor de obras civiles y entre sus anhelos estaba que algunos de sus hijos nos encárgaramos de su empresa Rodrigo Puente & Cía. Por eso nací en el mundo de las volquetas, de los puentes, las carreteras. Usualmente, el plan de los domingos era visitar el almacén de una obra, por ejemplo. Tengo muy presente cuando me llevaba a la planta de tratamiento de agua de Alto Bosque, donde llegaba el tubo madre del Canal del Dique. Quizá por eso comencé a estudiar ingeniería civil en la Universidad de la Florida, pero al tercer año abandoné la carrera. A él eso no le gustó, pero seguí adelante con mi plan y terminé estudiando administración de empresas.

¿Y cómo eso lo llevó al negocio de la finca raíz?

R.P.: Al final de la carrera me faltaban dos créditos para graduarme y un amigo me sugirió tomar una clase de Real Estate. Hice el clic: finca raíz, Cartagena, empresa de construcción. Estaba seguro de que eso era lo mío, y además era el camino que me iba a permitir hacer las transformaciones con las que mi papá soñaba. Decidí seguir esa ruta, pero por la vía privada.

¿Cómo fue su regreso a Cartagena?

R.P.: En 1984 volví y me encontré con una ciudad bastante adelantada, en todo su desarrollo. Estar de regreso me ayudó a entender la bendición que fue estudiar en el exterior: ver el mundo de afuera y traerlo a Colombia. Ese privilegio me permitió estar varios pasos adelante y en constante evolución. Lo primero, fue buscar un nicho que me permitiera aprovechar lo aprendido. Por ejemplo, para ese entonces no existían las salas de ventas, fotografías, renders, ni web. Por ahí comencé, trabajando con acuarelas.

Han pasado ya cuatro décadas desde entonces, ¿cuál es la esencia de la empresa hoy?

R.P.: Fundamentalmente es una compañía con un equipo de trabajo de lujo que me enorgullece. Al que le he enseñado, pero del que aprendo constantemente. Ellos son el capital más valioso de esta empresa.

¿A que le atribuye su éxito como empresario?

R.P.: Definitivamente a la evolución, la capacidad de adaptación; que es transversal a todo el negocio: a la sala de ventas, el producto, la arquitectura, el diseño interior, la gerencia, la tecnología. Por ejemplo, cuando comenzamos los edificios eran más cemento y estructuras, el vidrio que nos distingue no era tan protagonista como ahora, y en nuestro proceso evolutivo hemos transitado hacia un producto cada vez más transparente, dirigido más hacia la parte de la naturaleza, a procurar su mínima afectación. Como parte de este salto en la construcción abrimos paso a la biofilia, del que fui pionero en el país. La meta es mantenernos siempre en evolución.

¿Exactamente qué es la biofilia?

R.P.: Biofilia es la necesidad que tenemos las personas de vivir en contacto con la naturaleza. La arquitectura desempeña un rol muy importante a la hora de aprovechar la belleza natural como parte de los espacios. Me refiero a estar circundado por la naturaleza, al mar, la playa, el mangle. Buscamos preservar y conectar a las personas con su entorno natural. De hecho, unos segundos después de que la gente atraviesa el lobby de los condominios morros, el cuerpo se relaja.

¿Hacía dónde se dirige morros? ¿Cómo están proyectando el futuro?

R.P.: Seguiremos desarrollando proyectos frente a la playa. Hoy nos encontramos diseñando un gran parque junto al mar. Igualmente trabajamos por integrar más a las comunidades y generar más oportunidades y desarrollo en nuestro entorno. También estamos trabajando en el proyecto de renovación y ampliación del Paseo de la Castellana; un centro comercial que construimos hace 25 años y que se ha convertido en el punto de encuentro de los cartageneros.

¿Por qué vale la pena invertir en bienes raíces en Cartagena?

R.P.: Primero por costos, en general las administraciones de estos condominios, e incluso el catastro, son mucho más asequibles que en otros lugares del mundo, además, en nuestro caso en particular, comercializamos la primera línea de playa, que es una ubicación preciada en términos de valorización.

¿Cómo ha contribuido a la región?

R.P.: Con empleo. Cada proyecto genera entre 400 y 500 empleos directos. El 25 por ciento de la mano de obra es de los corregimientos cercanos: Manzanillo y Tierra Baja.

*Contendo elaborado con apoyo de Epic diseño & construcción.