Nicolás Uribe, Cámara de Comercio de Bogotá
Nicolás Uribe, presidente de la Cámara de Comercio de Bogotá. | Foto: Cortesía CCB

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“Ante un entorno difícil, los empresarios tendrán que actuar con determinación, creatividad y cautela en sus decisiones”: presidente de la Cámara de Comercio de Bogotá

Nicolás Uribe, presidente de la Cámara de Comercio de Bogotá, habla sobre las proyecciones económicas para este año y los principales retos que deben asumir los pequeños y medianos empresarios del país.

18 de febrero de 2023

¿Cómo le fue al sector empresarial durante el cierre de 2022?

NICOLÁS URIBE: Son datos importantes. En comparación con 2019, Cundinamarca tiene un incremento de 11,7 por ciento más empresas, mientras que Bogotá tiene un 2 por ciento menos que las que tenía en ese mismo año. Esto significa que tenemos cerca de 500.000 empresas constituidas: 468.000 microempresas, 22.000 pequeñas, 6.000 medianas y alrededor de 3.000 grandes. Otro dato muy significativo es el número de empresas creadas en la Jurisdicción de la Cámara de Comercio Bogotá: 89.995 entre enero y diciembre del año pasado, un dato superior a los de 2020 y 2021, y tan solo 2000 empresas menos frente a 2019. Esto nos dice que estamos evolucionando y recuperando el tejido empresarial que se tenía antes de la pandemia: Cundinamarca va sobrada y Bogotá con un rezago, pero los datos son alentadores.

¿Cuál será el panorama para 2023 en términos económicos?

N.U.: Para nadie es un secreto que 2023 va a ser un año difícil: vamos a tener menores tasas de crecimiento y la inflación tendrá los principales efectos; los primeros meses del año serán duros para los ciudadanos. Hay dificultades en materia de consumo con la reducción de la confianza del consumidor y el impacto de la tasa de cambio, que le va a pasar factura a una serie de bienes que se producen en nuestro país y de productos disponibles en el mercado que tienen origen internacional. Desde esa perspectiva, será un año complejo, de trabajo duro, con una mezcla de factores internos y externos que hacen que los empresarios tengan que actuar con determinación, creatividad y cautela en sus decisiones frente a un entorno difícil.

La inflación y el incremento del precio del dólar han estado muy presentes en los últimos tiempos, ¿de qué forma influyen sobre la creación de empresas en la región?

N.U.: La inflación tiene un efecto en el consumo y en la tasa de cambio. Por su parte, el precio del dólar encarece bienes y servicios, no solamente físicos, sino, por ejemplo, toda la economía digital que se vende en dólares porque los proveedores son internacionales. Con una urgencia grande en materia de digitalización, hay un efecto directo en lo que significa, por ejemplo, la nube o la proveeduría de servicios digitales que tienen origen externo. Y desde esa dimensión, el reto más importante de los empresarios es la productividad; es decir hacer más con menos, ser más eficientes y, por supuesto, pensar en tecnología y productividad laboral.

¿Cuáles son los desafíos que tienen los pequeños y medianos empresarios?

N.U.: Cómo lograr contener la inflación sin castigar e inhibir el crédito empresarial y cómo se pueden aprovechar mercados cercanos externos que nos permitan explorar alternativas, elementos de internacionalización, de facilitación del comercio, simplificación de trámites y acuerdos comerciales. Hay muchas oportunidades, pero en lo práctico y en lo administrativo hay una serie de barreras para los empresarios que buscan lograr precisamente esos trámites.

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Para Nicolás Uribe, las necesidades más urgentes que debe atender el Gobierno nacional son las garantías de estabilidad laboral y la informalidad. | Foto: LILIANA RINCON

¿Cómo está apoyando la CCB a los empresarios para superar los retos que surgen frente al panorama económico?

N.U.: Tenemos un portafolio amplio de más de 600 servicios destinados para el sector empresarial en todos los tamaños y sectores. El año pasado atendimos a cerca de 165.000 empresarios. En segundo lugar, tenemos un claro enfoque en la base de la pirámide. Es decir, en las microempresas y pequeñas empresas, pues ahí es donde estamos básicamente trabajando. Para nosotros, las panaderías, las peluquerías, las ferreterías y las tiendas de barrio, todas las micro, medianas y pequeñas empresas, representan el corazón de la economía. Por eso la importancia de enfocarnos en quienes más necesidades de fortalecimiento empresarial tienen. Asimismo, vale la pena resaltar los ejercicios de digitalización y apropiación de nuevas tecnologías. Hoy, de nuestros cursos, el que más utilizan los empresarios es cómo vender por Whatsapp porque entienden que la venta de mostrador es importante, pero no suficiente para generar grandes ingresos.

¿Cómo están trabajando con el Gobierno nacional y regional para impulsar el desarrollo económico de los pequeños y medianos empresarios?

N.U.: Tenemos, por naturaleza, una misión de articulación entre lo público y lo privado. Recientemente se suscribió un convenio macro que define las áreas de trabajo en las que nos vamos a concentrar para satisfacer las preocupaciones de política pública que el Ministerio de Comercio quiere desarrollar; allí se encuentran todos los temas de productividad, internacionalización y economía popular con programas muy innovadores de la mano del cooperativismo. Por otra parte, con la Gobernación tenemos una articulación muy estrecha para fortalecer proyectos turísticos en municipios de Cundinamarca; y con el Distrito estamos trabajando de manera articulada desde jornadas locales de seguridad empresarial hasta en un Distrito de Innovación Ciencia y Tecnología. Así es cómo nos articulamos con procesos que le añaden valor al empresario y que crean oportunidades que le aportan al país.

¿Qué elementos debería considerar el Gobierno nacional para fortalecer el sector empresarial en las próximas reformas?

N.U.: Lo que necesita el sector empresarial es un entorno adecuado para los negocios y estabilidad en las reglas de juego. Claramente, unos menores tributos impactan favorablemente sobre unos altos tributos al sector. Se requiere de un ejercicio de flexibilización laboral que les permita a los empresarios alinearse con nuevas tendencias del empleo. Creo que, en el pasado, el sector productivo ha aportado los recursos que se requieren para financiar la política social y lo seguirá haciendo, a pesar de los costos tributarios. Frente a las reformas, hablaremos de ellas a medida que vayan siendo presentadas para no caer en la tentación de hablar sobre supuestos desde el desconocimiento. Hay que analizar qué sale del Congreso, qué propone el Gobierno y los gremios. Es importante ver cómo se atiende la necesidad de garantizar estabilidad laboral y, al mismo tiempo, atender el hecho de que el 48 por ciento de la gente hoy trabaja desde la informalidad en el país.

*Contenido elaborado con apoyo de la Cámara de Comercio de Bogotá