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Pablo Escobar hizo lo que quiso en La Catedral, todo ante la vista gorda de los guardias del Inpec, que lo vieron salir una noche, como quien sale de su casa, para nunca más regresar. | Foto: Patricia Rincón

Escándalo

Pablo Escobar y su fuga sin retorno: 30 años de una noticia que avergonzó a Colombia

Dos días después del día patrio de 1992, Colombia volvió a ocupar los titulares de la prensa mundial, cuando el capo del cartel de Medellín abandonó su celda, trece meses después de su entrega.

23 de julio de 2022

El lunes 20 de julio hacia las 11 de la noche y a pesar de la satisfacción que le había dejado el discurso de instalación del Congreso, con los anuncios sobre un inminente revolcón social para la segunda mitad de su mandato, el presidente César Gaviria se fue a dormir preocupado. Para las 10 de la mañana del martes había citado a un Consejo de Seguridad en el cual, según previo anuncio de fiscal general Gustavo de Greiff, se analizarían los muy inquietantes resultados de las investigaciones relacionadas con la situación de la cárcel de Envigado”.

Así comenzó el artículo de portada de la edición 534 (julio 28-agosto 4 de 1992) de la revista SEMANA, que registró múltiples ángulos de la noticia del año, la fuga de Pablo Escobar de la cárcel de máxima seguridad La Catedral, en Envigado, apenas un año, un mes y tres días después de la euforia nacional que provocó su entrega, el 19 de junio de 1991; horas después que la Asamblea Constituyente aprobó la no extradición, y 15 días antes de promulgarse la nueva carta política el 4 de julio de ese mismo año. En esos 399 días, ni el narcotráfico se acabó ni el terrorismo dejó de activar carros bomba.

Pronto se supo, con asombro, cómo el jefe del cartel de Medellín siguió despachando tras las rejas, pero con toda clase de lujos y excentricidades, y hasta cobrando cuentas a quienes habían sido sus socios en sus días de ‘libertad’ mientras era prófugo de la justicia. Todo, ante la vista gorda de los guardias del Inpec, que lo vieron salir una noche, como quien sale de su casa, cuando lo estimó conveniente. Nunca regresó, como lo intentó el Gobierno aquellos 498 días que Colombia tuvo que esperar, hasta el 2 de diciembre de 1993, para limpiar lo que se calificó como una “vergüenza mundial”.

Del cielo al purgatorio

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Expresidente César Gaviria, (1990-1994) | Foto: ARCHIVO SEMANA

Tras haber sido personaje del año en Colombia en 1991, el presidente César Gaviria cayó de la cima a la sima al año siguiente con la fuga de Escobar. El ministro Rafael Pardo respondió en el Congreso por el mayor escándalo del Gobierno, y se convirtió en el primer integrante de un gabinete en superar un intento de censura en el estreno de la moción que consagró la Constitución como garantía al ejercicio de oposición.

‘Libertad’

Instalaciones donde yacía Pablo escobar. | Foto: Carlos Vasquez.

Pablo Escobar se entregó en la tarde del miércoles 19 de junio de 1991, una vez la Constituyente aprobó la no extradición de nacionales a Estados Unidos. El miércoles 22 de julio de 1992 salió de la cárcel sin obstáculo alguno, después de haber tenido secuestrado en su celda al viceministro de Justicia, Eduardo Mendoza, encargado de informarle de la orden de traslado a otro penal.

El despacho

Cartel de búsqueda de Pablo Escobar donde se ofrecía recompensa a cambio de información sobre su paradero.

El 21 de julio de 1992, al día siguiente de su discurso en el Capitolio, el presidente César Gaviria conoció, de la Fiscalía y organismos de inteligencia, “evidencias” de “secuestro, tortura, muerte e incineración de algunas personas” en La Catedral. Las víctimas fueron previamente conducidas ante Escobar para una especie de juicio por deslealtad.

Teleobjetivo

Un teleobjetivo es un lente que permite hacer acercamientos de una imagen de forma clara. | Foto: HervÁsquez

Meses después de su entrega, una fotografía testificó el cambio de aspecto físico de Pablo Escobar en la cárcel, cuando fue capturado por un teleobjetivo mientras caminaba por un pasillo del penal, con ruana y abundante barba. No volvió a ser congelado en una imagen por las amenazas de bombardeos aéreos a La Catedral de Envigado.